Son apenas siete minutos de vídeo pero sobra para lanzar el mensaje de socorro ante la desaparición de más de la mitad de fuentes naturales en el Valle del Cabriel en los últimos 15 años. Es la denuncia de una situación que ha mermado en pocos años los recursos hídricos de la comarca de La Manchuela, que comprende territorio albaceteño y conquense. La causa directa de la pérdida de fuentes y manantiales, en este caso, es la extracción de agua para riego de cultivos leñosos. La sobreexplotación de los acuíferos subterráneos, de los que emanaban estas fuentes naturales, viene del siglo pasado.
Fue en los años 90 cuando, según Ximo Azorín, miembro de ACEM Ecologista en Acción La Manchuela, comenzó la extracción del agua para regar el viñedo. Ahora el regadío también se hace en leñosos, fundamentalmente almendro, que ha proliferado en la zona en los últimos años. La relación causa-efecto está más que clara para el colectivo ecologista que asegura que esta lucha por mantener las fuentes la comenzaron hace años: “fue empezar el riego de leñosos y en pocos años empezaron a secarse las primeras fuentes”, se lamenta Azorín.
Han sido siete meses de trabajo grabando las fuentes perdidas con testigos, vecinos de los pueblos, que han visto cómo el agua dejaba de caer. Una realidad que para algunos pronostica un futuro poco halagüeño. Así se expresa un vecino de Alcalá del Júcar, Paco Torregrosa: “Cuando las fuentes se secan la tierra de su entorno queda huérfana”. Ahora el esfuerzo del colectivo ecologista es mostrar que hay solución “si dejamos de esquilmar los recursos”, apunta Azorín.
Todo parte de los estudios que durante años ha hecho Gregorio López Sanz. Un trabajo a pie de campo en el que este miembro de ACEM Ecologistas en Acción La Manchuela relata cómo han ido desapareciendo fuentes imporantes para los municipios más destacados de la zona: Casas Ibáñez y Villamalea. Uno de éstos, ya desaparecido, era el nacimiento de la Fuente del Piojo, el mayor manantial de la Ceja del Valle del Cabriel, sito en el término de Villamalea. “Los 12 litros por segundo aforados a finales de los años 70 del pasado siglo, corrían por el Arroyo de la Aldea, permitiendo el riego de multitud de huertas en la Casa Grande (o Casa de los Señoritos), las Casas Nuevas y Tabaqueros.
Justo en Tabaqueros sus aguas formaban un monumental tollo a cuya sombra se construyó un lavadero, un abrevadero y un caño para agua de uso de boca“, cuenta López Sanz en su blog. Hace apenas dos años esta fuente terminó por desaparecer. Lo que antes fue un nacimiento de agua que mantenía los huertos, ya no existe. ”Hoy, las gentes que tienen casas de campo en Tabaqueros se abastecen a través de un pozo que han realizado“, se lamenta toda vez que apunta a la causa: ”la proliferación descontrolada de pozos obliga a construir nuevos pozos o a profundizar los existentes“. Con la pérdida del agua se ha perdido también el encanto y las visitas habituales. ”Hoy todo está colonizado por las zarzas“ y ha convertido el territorio aledaño en hostil para la vida humana.
El de la Fuente del Piojo no es el único caso. Son medio centenar de estos recursos naturales que a día de hoy ya no existen. Otro ejemplo es el de la Fuente del Pájaro, ubicada en el término municipal de Casas Ibáñez. El caudal histórico de esta fuente era de 0,2 litros por segundo (l/s) aproximadamente, pero tras la sobreexplotación de las aguas subterráneas en su zona de influencia, su caudal descendió a 0,1 l/s en 2005, a 0,04 l/s en 2010, hasta terminar secándose por completo en 2015. “Las personas mayores del lugar nunca habían visto seca esta fuente, como tampoco otras cercanas como la Fuente Nueva”, apunta Gregorio López Sanz en otra de las entradas de su blog.
¿Hay solución?
“Si los cambios climáticos y las extracciones de agua siguen en la misma línea esto va a ir a más”, dice López Sanz que ha sido testigo de cómo año tras año, nuevos manantiales se están secando. Ahora, dice, “tememos que aquellos manantiales que siguen vivos se terminarán secando” si se sigue sacando agua subterránea para regadío. Según los datos aportados por este miembro de ACEM Ecologistas La Mancuela, en el caso de la provincia de Albacete, el inicio de la política de extracción está en los años 70, momento en el que empieza la transformación agrícola. Fue entonces cuando la agricultura pasó a ser intensiva. En aquellos años apenas se contabilizaban 10.000 hectáreas de regadío en la provincia, “hoy estamos entre las 130 y las 150 mil”, añade y apunta a la falta de agua como la principal causa de despoblación de los pueblos.
La solución está clara, para el presidente de ACEM en Villamalea, Quinciano Borja, que pide que se exija a las autoridades que paren ya “con esta locura” que supone la extracción de aguas subterráneas que afectan a todos los manantiales de la comarca de la Manchuela. Una extracción que, tal y como apunta Borja, se hace simplemente para regar cultivos leñosos que en muchos casos son “producciones excedentarias”.
Una campaña desde Ecologistas en Acción sobre el agua
Este vídeo es el primero de otros que quieren realizar desde Ecologistas en Acción Albacete con el tema de agua como argumento. La sequía que ha llevado al estado de emergencia a las demarcaciones que se encuentran en esta provincia es uno de los motivos que aduce el colectivo.
“Vamos a hacer unos dípticos, folletos informativos, para difundir junto con el video en charlas y mesas redondas que queremos ir haciendo en distintos puntos de la provincia”, explica José Julio del Olmo, miembro de Ecologistas Albacete. La idea es llevar este vídeo a todos los rincones del territorio albaceteño para mostrar una realidad evidente que a veces no se sabe que existe. Es por ello que en esos dípticos o folletos informativos que acompañarán a este trabajo audiovisual, se incluirán “datos concretos de la extracción de agua y el consumo de agua para la agricultura en la provincia”, añade Del Olmo.
A ello se suma que Ecologistas quiere denunciar “que en lo que llevamos de campaña, hasta ahora, nos han llegado para presentar alegaciones a proyectos para más de 30 nuevos regadíos”, añade. Más regadío, más extracciones de agua mientras, tal y como dice en el vídeo el vecino de Alcalá del Júcar, “los manantiales ahora son polvo sin vida donde ya no vive nada”.