La “invisibilización” no es nueva para los y las profesionales del trabajo social. Desde que en España comenzó a conformarse el complejo sistema de servicios sociales públicos, atención socio-sanitaria, dependencia, infancia o familias, que permiten atender a las personas más desvaforecidas, este colectivo profesional ha venido denunciando tanto las dificultades y trabas para su labor como la falta de medios, personal y presupuesto para llevarlas a cabo.
Tras decretarse el estado de alarma por la pandemia de coronavirus, se convirtieron en servicios esenciales y se las ingeniaron para atender lo que ya hace más de dos meses denominaban una crisis socio-sanitaria. Y ahora, con el proceso de desescalada siguen en primera línea.
La cuestión es que este colectivo profesional vuelve a sentirse “invisibilizado” tras décadas de lucha contra la exclusión. De hecho, denunció su “olvido” en el acto de homenaje del pasado Día de Castilla-La Mancha, que se dedicó a los fallecidos y a todos aquellos trabajadores y trabajadoras que han luchado y luchan contra la pandemia. Había representantes del ámbito sanitario, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Protección Civil, entre otros. No hubo ningún trabajador ni trabajadora social.
Precisamente, ha sido el Colegio Oficial de Trabajo Social de Castilla-La Mancha el que ha querido hacerse eco de las labores tan complejas y variadas que ha llevado a cabo en estos meses y que se verán también ampliadas por los efectos sociales de la crisis entre las personas en riesgo de exclusión social o pobreza. Con este objetivo, ha realizado una serie de vídeos desde diferentes puntos de la región donde trabajadores y trabajadoras sociales detallan buena parte de su labor diaria. Son las voces y las caras de quienes siguen en primera línea:
También desde el Consejo General del Trabajo Social han realizado duras críticas al trato recibido por el colectivo. Un estudio propio que ha contado con la participación de 1.500 trabajadoras sociales, con ámbitos de intervención tan diversos como los Servicios Sociales públicas, el sector sanitario o personas mayores, familias e infancia.
Al trabajar más de un 65% en un organismo público no se trata de un colectivo especialmente afectado por ERTE puesto que el 95,3% afirma no haber sido despedida temporalmente. Esta cuestión está relacionada también con la declaración de los Servicios Sociales como servicios esenciales el pasado 26 de marzo.
No obstante, más del 60% de las profesionales afirma que no se les ha protegido adecuadamente en términos sanitarios para desarrollar la atención directa que precisa su trabajo. Finalmente, cabe destacar que un 70% de ellas afirma no haber precisado ayuda emocional por profesionales de la atención psicológica a pesar de la sobrecarga de trabajo.