El 16 de noviembre se celebra el Día Internacional Patrimonio Mundial UNESCO. Este año Toledo celebra sus 30 años como ‘Ciudad Patrimonio de la Humanidad“. El gerente del Consorcio de Toledo acaba de participar en el coloquio ‘Ciudades Históricas y Patrimonio en la encrucijada del siglo XXI’, que estos días acoge la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Toledo
Su participación coincide además con los 16 años de vida del Consorcio. Con una plantilla de 15 personas (al margen de las asistencias externas) hoy dedica el 70% de su esfuerzo económico a la restauración o rehabilitación de viviendas, tras un largo periodo volcado en el patrimonio monumental, según explica Manuel Santolaya.
Desde hace unas semanas su planificación está pendiente, entre otras cosas, del Plan de Ordenación Municipal de Toledo (POM) tras la anulación judicial del aprobado en 2007 que obliga a la ciudad a retrotraer su planificación urbanística al POM de 1986, con consecuencias jurídicas y económicas aún sin definir. “Esperemos que no nos afecte”, dice Santolaya quien comenta que el Consorcio tiene ya sus líneas de actuación fijadas pero, insiste, “esperaremos acontecimientos porque nosotros trabajamos aplicando una ordenanza municipal que emana del POM”.
En cualquier caso señala que el Consorcio se centrará “en mantener el patrimonio residencial de Toledo” y, de hecho, una de las “sorpresas” es que “está ya muy cerca de tener la misma importancia que el patrimonio monumental” porque los con los trabajos de rehabilitación “ha aparecido muchísimo”. Y es que, explica, “nos encontramos con viviendas que se han mantenido desde el siglo XIV, tal cual. Y se siguen usando como residencia. Es un patrimonio inconmensurable y solo empezamos a ver la punta del iceberg”.
Cree que la labor realizada por el Consorcio ha conseguido “cambiar la mentalidad” a la hora abordar obras de restauración o rehabilitación en el Casco Histórico toledano. “Ahora hacemos la tramitación completa a los propietarios y se les da ayudas que oscilan entre el 50 y el 100% de lo que cueste restaurar cada elemento”.
Después de años de trabajo en las iglesias o los monasterios del Casco Histórico, emerge otro Toledo. “Lo que ha ocurrido es que lo que antes se escondía en las casas, porque costaba, tenían que venir técnicos especializados…ahora no ocurre. La gente se siente orgullosa de mostrarlo, lo cuida y lo mantiene”.
El organismo invierte con fondos propios unos 700.000 euros en esta cuestión con una media anual de actuaciones que ronda las 250 viviendas rehabilitadas, no siempre en su totalidad, pero que han recibido ayudas.
Después está lo que aportan los particulares en el proceso de rehabilitación del patrimonio y el Plan de Ayudas a la Regeneración y Reurbanización Urbanas (ARRU) derivado del Plan de Vivienda estatal que Santolaya califica como “un mecanismo un tanto complejo. Si nos gastamos 100.000 nos subvencionan con 20.000 o 30.000. Son mecanismos más lentos pero eficaces para mantener un número de viviendas muy alto y al mismo tiempo realizar obras de urbanización”.
¿Ha crecido la población en el Casco toledano? “No manejamos esas cifras aunque las conocemos. Nuestra intervención persigue, precisamente, fijar población en el Casco Histórico” dice el arquitecto quien reconoce que “la crisis ha supuesto un bache. La población iba creciendo entre 2008 y 2010 muy poquito pero, de repente esa línea quebró y ahora se recupera muy lentamente, también por el turismo. Se fueron muchos inmigrantes y estudiantes que residían en el Casco”.
El alquiler como alternativa a vivir en el Casco
Santolaya reconoce una cada vez mayor proliferación de apartamentos turísticos en el Casco Histórico de Toledo. “En los temas del turismo nosotros no nos metemos. Conocemos por supuesto los datos”, dice, aunque elude comentarlos. Ofrece tan solo una cifra: en la actualidad por las rutas gratuitas que ofrece el Consorcio pasan unas 150.000 personas al año.
Una de las funciones del Consorcio es la rehabilitación de edificios que después se dedican al alquiler ajeno (no siempre) al turismo. En este sentido, comenta, “nosotros utilizamos otra vía. Por ejemplo el trabajo de rehabilitación en el callejón de Menores por el que nos han premiado. Es otra manera de intervenir para dedicarlos exclusivamente al alquiler. No quiere decir que sea solo un alquiler turístico”.
“Todos somos conscientes que en España el tema del alquiler es muy complejo. Son cosas que hay que ir trabajando poco a poco para que haya oferta de todo tipo y que no te tengas que comprar un piso y te cobren lo que quieran”, señala el gerente del Consorcio.
Sobre los precios del alquiler en el Casco histórico cree que “la cosa estaba muy bien estos años atrás y ahora se ha vuelto a poner caro por los apartamentos turísticos. Pero eso se corregirá cuando las aguas vuelvan a su cauce. Cuando se encuentre una compatibilidad entre la residencia y el turismo. El estudiante que tiene su Facultad en el Casco no se va ir a vivir al Polígono con la cantidad de viviendas vacías que hay (aunque no haya tantas como hace 20 años), sería una locura. Y no puede pagar un apartamento turístico”.
“Nosotros promovemos alquiler, entre comillas, para adecuar edificios abandonados y que se destinen exclusivamente al alquiler mediante convenios con la propiedad. Pero no gestionamos alquileres”. Se trata, explica, de edificios “patrimoniales, que tengan cierto interés, algunos del siglo XVII con policromías en todas las plantas como el que hemos rehabilitado recientemente y que nos ha llevado cinco años”.
“Las viviendas sociales no tendrían sentido en el Casco Histórico”
Lleva ya nueve años en la Gerencia del organismo. En todo este tiempo ha visto evolucionar las condiciones de habitabilidad de los edificios. Era uno de los objetivos del Consorcio. “Hemos mejorado mucho. Cuando llegué se subvencionaba todo. Ahora nos centramos solo en cubiertas, fachadas y patios. En la accesibilidad, la eficiencia energética y la sostenibilidad que no se puede garantizar en todos los edificios”.
Santolaya no contempla la vivienda social en el Casco Histórico de Toledo. Recuerda que hace 20 o 30 años hubo actuaciones en este sentido pero, curiosamente, la aparición del Consorcio fue cerrando esta posibilidad. “Que yo sepa no hay ninguna promoción prevista. No tendría mucho sentido tampoco. ¿Vamos a tener viviendas sociales en todos los sitios? Pues no. Tienen que estar donde se puedan hacer. Las normas son bastante rígidas. Tienen que costar una determinada cantidad…En las ciudades patrimonio hay que verlo de otra manera”.
“¿Tienes 14 monasterios abiertos en Toledo y no estás preocupado? Hay que estarlo”
Toledo tiene hoy varias asignaturas pendientes en opinión del arquitecto. Consolidado el patrimonio monumental del Casco Histórico ha surgido un problema con el que no se contaba. El progresivo abandono de los conventos por parte de las órdenes religiosas. Santolaya no comparte la opinión de quienes apuntan a la reconversión de estos monumentos en hoteles. “Oigo a la gente decir: Esto para un hotel. ¿Y qué vamos a hacer con 14 hoteles? Sería una locura, además de destrozar el patrimonio”.
Cree que este problema “incipiente” hay que “afrontarlo” y empezar a buscar alternativas. “Toledo es una ciudad espiritual. ¿Tienes 14 monasterios abiertos y no estás preocupado? Hay que estarlo y aportar soluciones entre todos. No se puede resolver de un plumazo. Las órdenes han mantenido la propiedad durante 500 años. No está mal. No hay que demonizar a nadie porque ahora no puedan y hay que ayudar”.
Otra de sus reivindicaciones pasa por “entretejer” actividad cultural en el Casco Histórico que evite la ‘fuga’ de la ciudadanía a Madrid aprovechando que “pasear por esta ciudad es como hacerlo sobre un libro abierto”.
Tras un año “revuelto” en lo presupuestario, tanto en Castilla-La Mancha como por parte del Gobierno central, esperan aprobar sus cuentas para 2018. “Estamos hablando con todos y creemos que las cantidades pueden ser similares a las de este año”