Volver a caminar mandando con el cerebro esa orden a un dispositivo que activa un exoesqueleto robótico que permite iniciar la marcha. Eso es en lo que José Manuel Núñez Fernández está consiguiendo hacer con 'WALK', una interfaz cerebral que de forma “mágica” mueve un armazón que le hace “no tirar la toalla” y poder andar.
Este madrileño de 40 años, que llegó hace dos meses al Hospital Nacional de Parapléjicos con una lesión medular derivada de la complicación de una operación de espalda, ha demostrado este jueves cómo funciona este proyecto desarrollado de forma conjunta entre investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y el hospital toledano.
Ante la multitud de medios que han acudido a la presentación de este proyecto, y después de hacer varias demostraciones, José Manuel ha calificado de “mágico” que este proyecto de inteligencia artificial le esté permitiendo volver a caminar.
“Es como magia, pensar que he sido capaz de moverla y pararla yo solo pensando en mi hija”, ha contando emocionado a los medios, a los que ha confesado que su 'leitmotive' es Carla, su hija, por quien se esfuerza y trabaja de forma constante para recuperarse, sintiendo gran satisfacción por los pequeños “pasos” que va dando cada día.
De igual modo se ha mostrado “tremendamente orgullo” de participar en este proyecto que, además de ayudarle a él, da garantía y esperanza a mucha gente que ahora no puede caminar.
“Estar en este hospital me permite trabajar a diario, gracias a los profesionales de aquí, que se dejan el alma en cada uno de los pacientes”, ha agradecido José Manuel Núñez Fernández, que ha pedido aunar medicina y tecnología y mayor inversión en investigación, para que gente con lesión medular como él “no tire la toalla”.
El cerebro activa el sistema locomotor
Por su parte, José María Azorín, catedrático de la Universidad Miguel Hernández de Elche y director 'WALK', ha explicado que este proyecto conformado por un exoesqueleto y unos electrodos, arrancó en 2019 y está enfocado a personas con lesiones medulares o que han sufrido algún accidente cerobrovascular.
“Cuando caminamos de forma natural, las señales cerebrales viajan al sistema locomotor y esto permite que las personas caminen. En el caso de las personas que sufren una lesión medular esas señales se cortan y no viajaban al sistema locomotor. Con este proceso hacemos un 'bypass' para decodificar esa actividad, detectarla y enviarla al exoesqueleto” ha manifestado Azorín, que ha agregado que el paciente tiene que entrenar para que los algoritmos, basados en inteligencia artificial, se ajusten y detecten su intención de caminar.
Tras detallar que el sistema mostrado este jueves en Parapléjicos cuesta unos 100.000 euros, proporcionados por el Ministerio de Ciencia e Innovación, ha añadido que el objetivo es que este sistema se pueda usar para la rehabilitación de pacientes, tanto en hospitales como en domicilios, aunque para ello sería preciso reducir el coste del dispositivo y que éste fuese más automatizado y menos aparatoso.
“Quedan años para llegar a ese punto --ha admitido--. Ya hemos visto que sirve, pero para que llegue a un hospital o a las casas de los pacientes mínimo tendrán que pasar 10 años”, ha señalado Azorín, que ha añadido que el equipo que ha desarrollado 'WALK' está integrado por una decena de investigadores tanto de la Universidad Miguel Hernández de Elche, como de la Politécnica de Cartagena, la de Houston, el Hospital Nacional de Parapléjicos y el Hospital Central de Asturias.
Proceso cerebral
En la puesta de largo de este ensayo también ha participado el director médico del hospital de Parapléjicos, Juan Antonio Pastor, que ha destacado que la diferencia de 'WALK' con respecto a otros exoesqueletos que desde hace años se vienen usando en centro nacional de referencia es que éste activa una maquina a partir del cerebro del propio paciente, permitiéndole mantener intacto el proceso cerebral del inicio de la marcha y la detención.
De igual modo, ha precisado que los pacientes que experimenten con este exoesqueleto han de poder estar de pie y tener movilidad parcial de la marcha, pues eso les permite tener cierta estabilidad.