'Desde el centro de Europa. Fotografía checa, 1912-1974’ es el nombre de la nueva exposición temporal que hasta el 4 de junio puede verse en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca. A través de más de un centenar de fotografías, la exposición recoge más de sesenta años de historia de uno de los países europeos donde florecieron con especial intensidad tanto la vanguardia fotográfica de los años veinte y treinta como la fotografía del surrealismo y el informalismo.
La muestra incluye piezas individuales y obras pertenecientes a grupos, además de unos cuarenta libros y revistas editados en la antigua Checoslovaquia que muestran el uso característico de la fotografía en las publicaciones de la época.
Según apuntan en la Fundación Juan March, las obras proceden en su totalidad de la Colección Dietmar Siegert (Múnich), que por su especialización y por la cualidad individual de las obras de su fondo fotográfico permite contar esa historia, muy desconocida, combinando la visión de conjunto con la atención a la subjetividad de cada fotógrafo. El resultado es un fresco fascinante y variado en el que se combinan nombres internacionalmente conocidos como los de Drtikol, Teige o Sudek con brillantes desconocidos como Nožicka o Hák y corrientes como el surrealismo, el constructivismo, cierta fotografía subjetiva y el informalismo que inundó la postguerra y que en la antigua República Checa significó la alternativa expresionista al realismo socialista, el “estilo” artístico oficial.
Muchos de los trabajos fotográficos de los autores aquí escogidos acabaron ocupando la portada de revistas y publicaciones, un ámbito de la creación menos intensamente vigilado por la censura comunista. Un gran número de esas cubiertas, creadas por los mismos artistas que definieron la vanguardia (y no por diseñadores profesionales que intentaran imitarla), ponen de manifiesto el alto nivel del diseño gráfico checo de la época. La colaboración entre las distintas artes –poesía, fotografía, arquitectura, pintura o danza– dio lugar a piezas bibliográficas excepcionales, que permiten repasar la influencia de la vanguardia artística checa en el mundo editorial y que se convirtieron –transformando los escaparates de las librerías en auténticos espacios expositivos– en una forma de difusión y expresión de la libertad de los artistas muy eficaz y casi única, en un contexto oficial cerrado y antagonista.