Lo que hoy es el municipio de Lezuza, en Albacete, fue la colonia romana de Libisosa. Un territorio que basaba su riqueza en el control de las rutas ganaderas, lo que la convirtió en un enclave de excepcional importancia en la Antigüedad, constituyendo a día hoy uno de los yacimientos más potenciales de toda España.
La prueba de ello es el descubrimiento de algunos materiales hallados en el yacimiento, ubicado en el llamado “Cerro del Castillo” y que perfilan la imagen de un notable conjunto romano. Y es que esta colonia, tal y como apunta Héctor Uroz, codirector de las excavaciones en el yacimiento, pasa por una serie de fases históricas que la sitúan desde la prehistoria hasta el medievo, pasando por los periodos más imponentes ibérico y romano. Constituía, dice, “una especie de Pompeya Ibérica” ya que al igual que la ciudad arrasada por la erupción del Vesubio, Libisosa fue destruida en el contexto de las guerras sertorianas, las guerras civiles que se sucedieron en Hispania en el Siglo I antes de Cristo.
Pese a ello Uroz asegura que el nivel de conservación de restos es “absolutamente excepcional”. De hecho, desde 1996 hasta ahora las excavaciones ha proporcionado unas 100.000 piezas. Entre las características que definen el yacimiento de Libisosa es que hay “contextos cerrados unos dentro de otros, como las muñecas matrioskas”, explica el codirector de las excavaciones que está convencido de que, con apenas con el 10% del yacimiento excavado, “lo mejor de Libisosa está por llegar”.
Un yacimiento abierto
Con el fin de que todo el patrimonio y la información que se extrae del yacimiento pueda llegar a los vecinos tanto de Lezuza como del resto de la provincia, se mostraban año tras año los hallazgos conseguidos en las campañas de excavación. Esto derivó en que el yacimiento de Libisosa se confirmara como punto de interés turístico y que éste se abriera todo el año, junto con el museo.
El siguiente paso fue implicar a todo el municipio para que, en torno al Libisosa, se organizaran unas jornadas de recreación histórica que cumplen la próxima semana su quinta edición.
Será desde el próximo viernes 16 de junio y hasta el domingo 18, cuando Lezuza vuelva a su pasado romano. Un evento lúdico-cultural que arranca de las nuevas filosofías de puesta en valor y divulgación del patrimonio. “ El patrimonio no es algo muerto sino que es algo muy vivo”, explica Almudena Bejarano, técnico de promoción y desarrollo turístico de Lezuza.
Así, a lo largo de todo ese fin de semana el municipio vivirá la representación del 'Eunuco' de Terencio en los 'Ludi scaenici', de la mano del grupo de teatro local Ditirambo e intervenciones de recreación histórica militar, civil y religiosa en varios escenarios arqueológicos del mismo enclave de Libisosa.
Aunque sin duda el plato fuerte de las V Jornadas de Recreación Histórica es el 'Convivium Libisosano' o banquete a la manera romana, compuesto por doce platos, con recetas hechas exactamente igual que en la época y que contará con intervenciones artísticas en directo. “Se ha estado trabajando todo el año”, explica la técnico municipal, puesto que esta actividad es el reflejo de parte del trabajo de documentación y sucesivas pruebas sobre el recetario de Apicio (De Re Coquinaria) que se han venido realizando en el marco de un curso sobre Dieta y Gastronomía Romana.
Lo imprescindible para que cada año pueda llevarse a cabo es la implicación de sus habitantes, que gracias a estas iniciativas están más cerca de su pasado. “Las cosas cuando se conocen se valoran, se protegen, se publicitan y se extienden”, añade Almudena Bejarano. Se calcula que este pueblo, de alrededor de 1.400 habitantes, puede llegar a albergar con motivo de la recreación a unas 3.000 personas.