El pasado martes 26 trabajadores del Hospital Comarcal de Medina del Campo (Valladolid) firmaban un contundente escrito sobre la conducta irregular de un médico traumatólogo. El asunto, del que nadie quiere hablar porque “hay muchas sensibilidades en juego” según la consejera de Sanidad, Verónica Casado, está en la Fiscalía y se ha cobrado ya dos dimisiones. Además, el aludido en el escrito falleció el pasado jueves, en un accidente de tráfico en la N-601. En una recta, su vehículo se estrelló contra un camión. Murió en el acto.
El pasado viernes, cuando sólo los trabajadores autores de la denuncia estaban al tanto de los hechos que habían comunicado internamente el martes, la Junta de Castilla y León se situó el en punto de mira al remitir un comunicado a los medios en el que se refería a la apertura de una información reservada que se había producido un día antes, cuando “se tuvo conocimiento de una denuncia presentada por trabajadores del Hospital de Medina del Campo, relacionada con una presunta conducta irregular de un profesional de dicho centro”. La Gerencia Regional de Salud había procedido “de manera inmediata a la apertura de una información reservada, sin perjuicio de otras responsabilidades que pudieran concurrir”. La Gerencia precisaba además que se han adoptado “todas las medidas pertinentes al entender que dichos hechos justifican la apertura del citado expediente, hechos que además se han puesto en conocimiento de la Fiscalía para que, en su caso, pueda llevar a cabo las actuaciones que considere necesarias”.
Lo que no se reveló en esa nota de prensa es que el presunto autor de esa “conducta irregular” se había matado un día antes en un accidente, cuando se le comunicó su baja temporal y la apertura de una información reservada, y se le aconsejó acudir a un servicio de atención psicológica para personal de Sacyl.
Una vez que se hizo pública la nota, el gerente del Hospital Clínico y del Hospital de Medina del Campo, José Manuel Vicente, dimitía de su cargo “por motivos personales”, tal y como se comunicó por correo electrónico al personal de los hospitales. No fue la única renuncia, también dejó su puesto la directora médica del hospital medinense, Laura Gil Zarzuelo. Vicente, que fue nombrado hace dos años y dejó la gerencia del Hospital de Segovia, es padre de un concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valladolid.
La delicada situación hizo que en la noche del jueves a través de un mensaje se suspendiese la reunión telemática de cada viernes de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, con los gerentes de hospital, área y atención de las nueve provincias de Castilla y León, sin se les diese más información que la cancelación. El relato de los hechos de los trabajadores del hospital que decidieron actuar después de reclamaciones reiteradas sin respuesta, provocó un auténtico terremoto en la Consejería. Vicente se negaba a dimitir y, a día de hoy, en Sanidad no dan una sola explicación tras su salida. Tampoco precisan qué presuntos delitos cometidos por el médico ya fallecido le han hecho poner el asunto en manos de la Fiscalía, y tampoco desde este órgano quieren hacerlo.
Este lunes se ha producido una tercera dimisión, la de la directora de enfermería, Teresa Sánchez Muñoz, que ha puesto su cargo a disposición de la Consejería de Sanidad, sin que desde la misma se hayan facilitado más datos.
Los hechos que se investigan trascienden a los cometidos por el médico traumatólogo ya que su muerte acaba con cualquier procedimiento penal. Lo que Fiscalía y la Inspección de Servicios de la Junta tratan de dilucidar es si los hechos ahora denunciados se produjeron y se prolongaron en el tiempo, y si fueron silenciados por alguien.