Arranca el Sonorama, en el punto de mira tras la ola de contagios en los festivales catalanes

Ni acampada, ni conciertos de pie, ni siquiera un mismo espacio para los 5.000 asistentes, pero el Sonorama, el principal festival de música de Castilla y León, se celebrará los días 12, 13 y 14 de agosto. Habrá cinco veces menos público que en la última edición antes del COVID-19, lo que ha llevado a reducir también el cartel y los conciertos, que pasan de ser más de cincuenta a unos 12. El festival, uno de los más importantes de música indie del país, se celebrará, como lleva haciéndose desde 1998 en Aranda de Duero (Burgos) tiene en cartel a grupos y músicos como el Kanka, Viva Suecia, Amaral, Anni B Sweet, Delaporte, La Habitación Roja o Vetusta Morla, entre otros.

“Ha sido un año complicado, que ha tenido un regalito la semana pasada”, explica Javier Ajeno, director del festival. Se refiere a los más de 2.000 contagios que en la Generalitat de Catalunya atribuye a los festivales de música catalanes celebrados durante el mes de julio. “Nos sentimos en el punto de mira, pero estamos currando para que esta edición sea lo más segura posible”, señala Ajenjo. “Nosotros vamos a hacer lo posible para que sea seguro, y pedimos a los asistentes responsabilidad y colaboración. Confiamos en ellos”, indica.

Entre las medidas que se impondrán, la obligatoriedad de llevar mascarilla, aunque sea en el exterior (salvo para consumir), la sectorización del público en cinco grupos de 1.000 personas que no tendrán contacto con el resto de las asistentes, y el doble de sillas de lo habitual para garantizar el espaciado entre el público. “También tendremos salidas y entradas independientes y el mismo personal de control e información que cuando venían casi 30.000 personas”. Las entradas este año serán nominales, aunque se podrán ceder a otros siempre que se cambie el titular. Cada entrada irá asociada a un código y este código a uno de los cinco sectores.

La Junta de Castilla y León no ha impedido la celebración del Sonorama este 2021 a pesar de que el gobierno catalán admitió que fue un “error” celebrar los festivales en pleno pico de contagios por COVID. Los eventos se celebraron en medio de un aumento desbocado de casos en la comunidad y contaban con un protocolo avalado por el Govern, que garantizaba la seguridad dentro de estos recintos, a los que se entraba tras pasar una prueba de antígenos. El festival burgalés estuvo barajando la realización de test, pero lo descartó tras ver el resultado en Cataluña.

“Creemos que los antígenos han provocado una falsa sensación de seguridad, lo que han acabado por generar más contagios. Así que nosotros confiamos en que la vacuna y la mascarilla van a servir”, apunta Ajenjo. Al contrario de lo que sucedió en Catalunya a principios de julio, cuando la tasa de vacunación entre los jóvenes era menor, ahora en Castilla y León, la vacunación de los menores de 40 años hace, según el director, que el festival sea más seguro. Sin embargo, es consciente de que la seguridad al 100% es imposible, por ello avisa. “Sabemos que puede haber contagios, como pasa en la hostelería, en los centros comerciales, en los hoteles, en las playas o en los aeropuertos. Pero como en todas esas industrias vamos a trabajar con todo el ahínco para que sean los menos posibles”, remata.