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Caso Sara: Un policía destaca la “extrema tristeza” de la niña en fotos tomadas un mes antes de morir asesinada

La madre de la pequeña Sara guardaba en su teléfono móvil 6.669 archivos de imagen de sus hijas. En ellas puede verse el antes y el después de la pequeña Sara, la niña que murió violada y asesinada a manos de la era nueva pareja de su madre en agosto de 2017. Un agente de la Unidad Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, ha destacado en la séptima jornada de juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Valladolid, el cambio que puede percibirse desde que el presunto autor material de los hechos, Roberto H.H, empezó una relación sentimental con su madre. En las fotos anteriores al último mes de su vida, Sara aparecía riéndose, en el resto, según el agente, se observa la “extrema tristeza” de la pequeña de cuatro años. Otro funcionario de la misma unidad ha dicho que su cambio físico era evidente, y que además de la expresión triste, estaba “demacrada”.

Los policías que han declarado este miércoles han puesto de manifiesto tanto el contenido incriminatorio hallado en los teléfonos móviles de los acusados, la madre y su pareja, como la frialdad de la progenitora al conocer primero la doble agresión sexual que sufrió su hija y su muerte después.

Roberto H.H. había eliminado información de su teléfono, en concreto más de 2.000 archivos de un total de 18.000. De las imágenes que se han podido recuperar, los agentes sólo consideran relevantes cinco: tres fotos de la niña con “media cara amoratada” por un golpe que supuestamente se ocontra una mesita el 28 de julio, y dos de su habitación desordenada que envió a su pareja y madre la víctima, Davinia M.G.

La UFAM, que intervino en un primer momento cuando un médico de un hospital privado activó el protocolo por presuntos malos tratos sobre la niña el 11 de julio de 2017, volvió a ver a la madre el día 2 de agosto en el Hospital Clínico de Valladolid, donde ingresó la pequeña en situación de muerte cerebral. Uno de los agentes le preguntó por las lesiones que tenía la niña, especialmente las de la cara. Davinia dijo que se produjeron accidentalmente por un golpe contra una mesa y que la había tratado un pediatra. Pero, cuando el agente quiso saber qué pediatra, de qué hospital o centro de salud o si este era hombre o mujer, no respondió.

También destacaron su frialdad cuando quiso abandonar el despacho en el que le comunicaron que su hija estaba clínicamente muerta, argumentando que al día siguiente tenía que trabajar. Su comportamiento fue similar al día siguiente, cuando ya detenida le comunicaron la muerte de la niña. “Tuvo un ligero sollozo, y le dijimos si prefería declarar más tarde, estábamos todos un poco en shock, pero dijo que no y siguió adelante”, ha recordado una inspectora de la Ufam. A preguntas de una de las acusaciones, esta misma policía ha explicado que Davinia no preguntó nada sobre su hija, ni cuando podía ser el entierro, ni si podría estar presente. “No dijo nada, ningún comentario, sólo le preocupaba Roberto y sólo preguntó por él”, ha añadido.

Roberto H.H fue interrogado en calidad de testigo el mismo día en que la niña ingresó en el hospital, el 2 de agosto. Sin embargo, su declaración se paralizó para proceder a su detención cuando la jueza de guardia comunicó las lesiones que presentaba la niña, y la agresión sexual que había sufrido. El acusado dijo que eso era “imposible” porque él “quería mucho a las niñas”. La Policía también indagó sobre la personalidad del acusado a través de agentes de Medina del Campo que recabaron información facilitada por sus padres, con quienes vivía. Según la Policía se refirieron a él como “agresivo” y “adicto a la cocaína”.

La declaración más confusa fue la de la hermana mayor de Sara, una niña de 12 años que se contradijo “todo el tiempo” y que no quiso contestar a la mayoría de las preguntas que se le hicieron. El padre biológico de la víctima, Marinel F., estaba en Rumanía cuando la Policía contactó con él para comunicarle la muerte de Sara. Su declaración está prevista para este jueves.

El jurado también ha podido ver hoy las fotografías y las muestras de sangre tomadas por la Policía Científica en sábanas tanto de la habitación de la madre como de la niña el 15 de septiembre, pasado un mes y medio desde el asesinato. El piso donde ocurrieron los hechos no se precintó hasta el 7 de septiembre.

El juicio comenzó con más de hora y media de retraso, debido a la incomparecencia de uno de los miembros del jurado, que tenía que acompañar a un familiar a una prueba médica a primera hora. Ante la imposibilidad de localizarlo y la demora considerable que se estaba produciendo, el presidente de la sala optó por sustituirlo por uno de los dos suplentes.

Tanto Roberto H.H como Davinia M.G, se enfrentan a una pena de prisión permanente revisable, el primero como autor material de la violación y asesinato de Sara y la segunda como autora por comisión por omisión. Entre las acusaciones particulares se encuentra su expareja y padre la niña, Marinel F, que pide su absolución.