Castilla y León oculta la magnitud de un brote durante la grabación de un programa de TVE que no se suspendió a pesar de las restricciones

Laura Cornejo

8 de febrero de 2021 19:33 h

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La Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León oculta la magnitud de un brote de COVID-19 durante la grabación de un programa de Televisión Española en el Auditorio Miguel Delibes, en Valladolid, que debía encontrarse cerrado por las restricciones que impuso el propio Gobierno autonómico. Ocurrió durante las cinco galas del programa 'Prodigios' que se grabó entre el 7 y el 29 de enero de 2021. El contrato entre Fundación Siglo, que gestiona el centro, y la productora Shine Iberia, se firmó el 17 de diciembre de 2020, una fecha en la que la tercera ola de la pandemia parecía lejana. Pero ni siquiera los preocupantes datos que empezaron a conocerse el 31 de diciembre hizo que ninguna de las partes renunciase a sus planes, y solo hizo una concesión para mantener el enorme escaparate publicitario: eliminar el público y devolver el dinero de las entradas.

El resultado, un número importante de positivos que ni Junta ni productora quieren precisar. El Gobierno autonómico confirma tan sólo “dos” positivos entre el personal de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y el coro: la ayuda de concertino (positiva el 22 de enero) y un miembro del coro ( positivo 23 de enero). Para el resto de contagiados la Junta remite a Shine Iberia. Pero desde la productora, más allá de desacreditar la información aparecida en El Confidencial Digital, se niegan a decir cuántas personas acabaron contagiadas a lo largo del proceso de montaje, ensayos y grabación de las galas o tan siquiera cuántas personas pasaron por el Delibes en esos días. Solo la Orquesta Sinfónica de Castilla y León cuenta con 54 músicos. A ellos hay que añadir el personal que montó el escenario, la iluminación, los cámaras, los ayudantes de producción, maquilladores, asistentes, jurado, presentadores y 27 concursantes.

Shine Iberia tan sólo alude a un positivo confirmado, el de la soprano Ainhoa Arteta, pero porque ella misma comunicó a través de sus redes que era positivo. Según la productora, Arteta, jurado del concurso, sólo llegó a estar en la grabación un día, porque estaba compaginando esta con otro trabajo en Valencia. Fue poco después cuando informó a Shine de que había estado en contacto con un positivo por lo que se optó por sustituirla, ya que tenía que permanecer aislada. Poco después, se conoció que era positiva. Del resto de positivos, Shine se niega a dar número o área de trabajo.

Según la Consejería de Cultura, “desde el primer momento”, “conscientes de la actual situación sanitaria”, durante la grabación se implantó “un importante y exhaustivo protocolo anti-covid, que ha incluido a todos los trabajadores que han participado en la grabación del programa, adaptando la grabación a la evolución de las circunstancias sanitarias”.

El espectáculo continuó a pesar de la alta incidencia de casos en Castilla y León y de los cierres perimetrales

En cumplimiento de la Orden CYT/47/2021 de 21 de enero que acordó la suspensión de los servicios presenciales que se prestan a los ciudadanos en los centros culturales de gestión autonómica se comunicó la cancelación de asistencia de público al programa y la devolución de las entradas el 15 de enero, “por lo que todas las galas se grabaron sin público y con la única participación de los trabajadores y equipo del programa”, dice la Consejería sin precisar el número de personas. El espectáculo continuó a pesar de la incidencia de casos en Castilla y León, a pesar de incidencia de casos en la Comunidad de Madrid, de donde venía el personal de la productora, o de que los niños y adolescentes que participaban venían de todas partes del país. Y todo ello durante un confinamiento provincial y un toque de queda a las 20.00 horas.

La grabación de las cinco galas estaban inicialmente previstas los días 18, 20, 23, 25 y 28 de enero de 2020. Finalmente, el calendario de grabación se modificó y se desarrollaron los días 20, 23, 24, 26 y 27 de enero. El protocolo consistía en someter a todos los trabajadores, incluidos los músicos de la Orquesta Sinfónica, a una prueba diaria de test de antígenos. De este modo, el 11 de enero se realizó un primer test serológico a todo el personal presente en las labores de montaje y a partir del día 13 de enero se realizaron test de antígenos a todos los integrantes del programa, incluyendo los miembros de la productora, participantes, orquesta, coros y técnicos cada dos días hasta el día 21 en el que este test comenzó a realizarse diariamente.

De ese modo, la Consejería se refiere a los dos positivos que se dieron en la Sinfónica y en el coro, y se niega a facilitar información del resto. La parte que se obvia es que el protocolo, por seguro que parezca, tiene huecos: el periodo ventaba que se da en cualquier contagio en el que el virus está presente pero es indetectable y la falta de sensibilidad que tienen los test en algunas personas asintomáticas. De ese modo, un test negativo no es garantía de que no exista el virus y cuando está, su transmisión en un auditorio en el que los concursantes cantan sin mascarilla o los músicos tocan instrumentos de viento con los que es obvio que no se puede usar, es posible.

Según Cultura, los dos positivos abandonaron el centro antes de que comenzase la grabación, no llegaron a acceder a la sala y no fueron considerados contacto estrecho por encontrarse, en todo momento, a una distancia superior a metro y medio y actuar siempre con mascarilla ffp2. La Consejería también señala que todo el material y espacios utilizados se han desinfectado diariamente y se ha mantenido una ventilación constante, “debiendo tenerse en cuenta que, aunque la actividad se ha realizado en un espacio cerrado, el gran cubicaje de la sala, con una altura de más de 16 metros, supone una importante ayuda”. Pero, además, precisa que en ningún el personal de la Fundación Siglo presentó renuncia a continuar con la grabación.

El funcionamiento del Centro Cultural Miguel Delibes, en el que de forma habitual desarrolla la actividad de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, cumple la normativa aprobada por las autoridades sanitarias de la Junta de Castilla y León. De cara a la actividad futura de la orquesta, se seguirán manteniendo las distancias entre atriles con el escenario ampliado, que ha conllevado la eliminación de cinco filas del público. Así mismo se continuará con el control de temperatura al entrar en el centro, la obligatoriedad de uso de mascarillas ffp2 (facilitadas por la Fundación Siglo) y pruebas de antígenos con carácter previo al inicio de cada programa de la OSCyL “para aquellos de sus miembros que, para el desarrollo de su trabajo, no pueden llevar mascarillas de forma continua como es el caso de las secciones de viento”.