Fueron algo más de tres horas broncas. La gestora de Ciudadanos sabía que la Asamblea Extraordinaria en Valladolid del pasado miércoles no iba a ser fácil pero no esperaban un respaldo tan obvio a quien se ha convertido en piedra de toque de partido, Francisco Igea. El encuentro ya arrancó mal con el veto de entrada a dos cargos públicos: el viceconsejero de Transparencia, Fernando Navarro, afiliado en Baleares, y del concejal en el Ayuntamiento de Valladolid, Martin Fernández Antolín, militante desde el pasado mes de diciembre. Pero las cosas se torcieron más cuando intervino Igea.
El hombre que se enfrentó a la candidata de aparato para presidir la Junta de Castilla y León, Silvia Clemente, que denunció el pucherazo de 81 votos falsos que casi le arrebatan la victoria y que hoy se posiciona para disputar las primarias a Inés Arrimadas si fuese necesario, cosechó una cascada de aplausos, largos, tras una intervención que no llegó al cuarto de hora. Entre los que componen la gestora y presentes en esa reunión estaba Fran Hervías, el hombre que llegó a plantear el pasado mes de febrero que si Igea perdía las primarias debía abandonar Ciudadanos.
Igea planteó los cambios que hay que abordar en el partido y uno de los más importantes, según él, es que los territorios tengan peso y autonomía. O lo que es lo mismo: que la dirección nacional deje de designar a dedo, entre otros, a los secretarios autonómicos, que es una forma con la que el aparato se garantiza escasa disensión interna. De ello depende, insisten fuentes cercanas a eldiario.es, que él dé un paso al frente y el partido se vea abocado a un liderazgo disputado y con resultados inesperados. No sería la primera vez.
La intervención de la dirección nacional en la designación de cargos orgánicos en Castilla y León es uno de los motivos de la fractura interna del partido en la Comunidad, obvia por ejemplo en el grupo parlamentario, donde los diputados autonómicos están divididos en dos grupos: los que están con Igea, y los que están con el aparato y por tanto con el secretario autonómico Miguel Ángel González. Entre unos y otros se mantienen las conversaciones imprescindibles y ni una más.
En la fase de ruegos y preguntas la tensión se disparó entre los 110 asistentes. Los militantes reprocharon que “desde Madrid” se hubiese “hecho y deshecho sin contar con los afiliados de Castilla y León”, en referencia al fichaje de Clemente que abrió una brecha hoy sin cerrar.
Otro punto que encendió los ánimos es el doble sistema de voto para la Asamblea General de marzo. La gestora apuesta por poner urnas pero también por mantener el telemático, aunque este último en manos de una empresa que lo gestione. Para votar en urna habrá que solicitarlo antes. Esto supone, según fuentes del sector crítico, que el partido tenga plenamente identificados a los que desconfían del telemático y que estarían más cercanos a los 'igeístas'.
“Este partido encandiló a los ciudadanos cuando fue lo que decía ser y dejó de encandilarlos cuando dejó de ser lo que decía ser”, espetó un militante. Pero hubo críticas aún más duras: “Decimos defender un régimen constitucional que no practicamos en el interno de partido”, dijo otro. “Mucho decir que los militantes somos el capital más importante del partido pero las decisiones las toman unos pocos”, espetaron. “La organización nombra a quienes van a seguir sus decisiones”, acusó otra persona.
No faltaron además puyas contra la gestora por sus largas intervenciones. “Se supone que han venido a escuchar no a llevar esta asamblea al tedio”, apuntaron tras una larga explicación del presidente Manel García Bofill.
Además de las dudas sobre el doble sistema de voto se cuestionó la equidad en la elección de compromisarios en la Asamblea general. A los que elijan los afiliados de cada provincia se suman ya los del consejo general saliente, que se presupone son partidarios de la candidatura del aparato por lo que las votaciones de ponencias y de órganos del partido estarían ya viciadas.
La gestora seguirá pulsando los ánimos de la militancia en provincias de todo el país antes de abordar la Asamblea General el próximo 15 de marzo.