El escultor Alonso Berruguete tiene una casa en Valladolid —que se conserva—, una placa, un colegio, una calle... Todo vallisoletano que se precie sabe, por lo menos, que Alonso Berruguete era un escultor renacentista. Lo que se desconoce exactamente es dónde está enterrado. Según la documentación, Berruguete falleció en Toledo pero pidió ser enterrado en su señorío, Ventosa de la Cuesta, un pequeño municipio de Valladolid que no llega ni al centenar de habitantes.
No hay placas ni marcas de tumbas, por lo que la búsqueda ha empezado con un georradar que localizase sitios de enterramiento no señalizados. “Hemos realizado una prospección por georradar que muestra una estructura oculta en el baldosado”, explica Roberto Losa, de la empresa que se ha encargado de este estudio, Patrimonio Global.
Se han localizado tres tumbas cerca del altar mayor. Dos en una posición central, de las que —sospechan— una podría ser de Alonso Berruguete y la otra de su mujer, Juana de Pereda. En la otra, un poco más “desplazada” pero también en un sitio destacado, estaría un cura que en el siglo XVIII ordenó enterrarse allí.
“Sabemos que hay unas tumbas con cierta preeminencia, pero la prospección no da para más”, advierte el técnico. El siguiente paso, si finalmente el Ayuntamiento, la Iglesia y la Junta de Castilla y León así lo quieren, es levantar esa parte de la iglesia y realizar una intervención arqueológica.
La Consejería de Cultura asegura que en septiembre recibió el informe de prospección y explica que con los datos actuales no se puede determinar el estado de conservación de las tres estructuras, “si conservan las lápidas funerarias o albergan aún restos humanos que pudieran ser los de Alonso Berruguete”. Esto solo podrá certificarse mediante la correspondiente intervención y excavación arqueológica, añaden.
El delegado de Patrimonio de la Archidiócesis de Valladolid, Jesús García-Gallo, insiste en que debe haber “cierta seguridad” de que los restos de Alonso Berruguete están ahí antes de permitir la excavación. “Si hay que buscar la tumba, intentaríamos colaborar y lo compatibilizaríamos con el uso católico, pero los costes económicos que habría que asumir, no los asumiremos nosotros”, asegura García-Gallo a este diario.
Existen varios condicionantes que pone la Iglesia: tiene que pilotar la excavación “una entidad de investigación”, una investigación en los archivos históricos, una propuesta arqueológica y “cierta garantía” de que se va a excavar solo en la zona seleccionada. “Nosotros estaríamos dispuestos, pero hay que aclarar bien toda la documentación histórica porque puede ser que 150 años después enterraran a otra persona en la tumba de Berruguete”, valora el responsable de Patrimonio de la Archidiócesis.
La alcaldesa de Ventosa de la Cuesta, María Luisa Escalante, asegura que el Ayuntamiento no podría financiar la excavación con fondos propios. Según sus cálculos, la intervención puede costar entre 60.000 y 70.000 euros “como poco”. “Si Patrimonio está interesado, nosotros encantados. A lo mejor ahora que hay campaña electoral... [ríe], pero no sé yo”, apunta la regidora.