El amor y la soledad al llegar a los 60 es el tema que, a través del humor y del género epistolar, el vallisoletano Miguel Delibes abordó en su novela 'Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso', publicada por Destino en 1983.
La novela es una sucesión de cartas -42 en total- que Eugenio Sanz Vecilla, un periodista recién jubilado, dirige a una viuda de 56 tras ver su anuncio en una revista que consulta un día en la sala de espera de un médico.
En ella, la viuda, de nombre Rocío, pide cartearse “con caballeros de hasta 65 y de similares características” a las suyas, requerimiento atendido por Eugenio, lo que da pie a un intercambio de correspondencia del que la novela sólo muestra las misivas redactadas por el varón, en las cuales hace referencia -salvo en la primera- a las recibidas de la dama.
Las cartas de Eugenio -fechadas entre el 25 de abril y el 20 de octubre de 1979- van mostrando la personalidad del protagonista, un solterón egoísta y con aire de suficiencia que, sin embargo, ignora a su edad los detalles de una relación amorosa, lo que generará falsas expectativas en su mente a medida que avanza su intercambio epistolar.
Aunque abordada por Delibes con humor, la novela se sumerge en el problema de la soledad humana y la compleja relación entre las personas, para lo cual repasa, a través de las palabras escritas en sus cartas por el protagonista, el surgimiento, desarrollo y culmen de esta relación, pero también el desengaño y la frustración que se va desencadenando en Eugenio ante la creciente indiferencia, cuando no rechazo, de Rocío.
Evolución de las misivas
El amor, pero también la lujuria y el erotismo que bulle en el interior de Eugenio y que por largo tiempo ha permanecido constreñido, se desatan a medida que el personaje va intercambiando cartas con su pretendida, pasión que habrá de enfrentarse al enfriamiento que planteen las circunstancias.
Sevillana ella y castellano él como el propio Delibes -periodista como Eugenio y quien en el momento de escribir esta novela frisaba una edad cercana a la de su personaje, si bien presenta notables diferencias con el escritor a pesar de estos parecidos-, no pierde ocasión el autor de reivindicar una vez más el lenguaje rural, en este caso cuando Eugenio se defiende ante Rocío por emplearlo en sus misivas, lo cual justifica por el hecho de que estas expresiones no implican simpleza sino más bien “precisión y rigor”.
Tampoco faltan alusiones, aunque no tan evidentes como en otras novelas del vallisoletano -del que este 2020 se cumple el centenario de su nacimiento-, al sempiterno enfrentamiento entre las dos Españas, pues aunque publicada unos años después, la trama se desarrolla en plena Transición.