La crisis del coronavirus amenaza con empañar el centenario de Miguel Delibes
“Habían sido tantos y tan largos los meses pasados desde que se inició la epidemia que los vallisoletanos llegaron a pensar en la posibilidad de una peste permanente. No veían salida. Los meses transcurrían sin que los partes de los comisionados dieran una sola noticia alentadora mientras se repetían las cifras de las bajas con reiteración”. En tiempos de coronavirus, la última novela que escribió Miguel Delibes, El Hereje, parece interpelar al lector como nunca, aunque cuente los pormenores de un grupo de protestantes durante la epidemia de peste del siglo XVI.
La COVID-19 amenaza con empañar el centenario del nacimiento del escritor castellano. El pasado 20 de marzo estaba previsto que los Reyes inaugurasen la exposición principal del año Delibes en la Biblioteca Nacional de España (BNE), pero la epidemia la ha retrasado sine die. “Está todo dispuesto a falta de colocar las obras en las vitrinas. No sabemos cuándo podrá abrirse. Ojalá que en algún momento de este año”, explica Elisa Delibes, hija del escritor y presidenta de la Fundación que tiene como objetivo mantener su legado. “Con el horror que están viviendo tantas familias en España, aunque sea un poco triste para nosotros que no hayamos podido hacer casi nada, parece lo de menos”, dice por teléfono.
Los primeros días de marzo, los operarios de la exposición se llevaron de la casa familiar del escritor el famoso retrato de su esposa, Ángeles de Castro, Señora de rojo sobre fondo gris, el premio Príncipe de Asturias, escritos, libros, dibujos y esculturas que ahora reposan en una sala oscura de la Biblioteca Nacional en el Paseo de Recoletos de Madrid. El año Delibes estaba llamado a ser, junto al aniversario de la muerte de Benito Pérez Galdós, el gran acontecimiento literario de 2020. Su pistoletazo de salida en Valladolid el pasado noviembre se convirtió en una acto político de primer orden en Castilla y León y contó con la asistencia de las primeras figuras de la política autonómica, actuales y pasadas.
Al gran autor castellano del siglo XX lo reivindican por igual conservadores y progresistas. Delibes logró quitarse el sambenito de ser un escritor del franquismo gracias a su compromiso y delicadeza con los débiles (Los Santos Inocentes), hacia el mundo rural (Diario de un cazador), hacia los hombres honestos (El Hereje); y en definitiva hacia los desarraigados. Sus obras, llenas de respeto por el prójimo y por la naturaleza, han resistido el embate del tiempo mejor que las de sus coetáneos. “El escritor Santos Sanz Villanueva nos decía que podíamos estar contentos porque escritores como Torrente Ballester o Cela no son tan reivindicados hoy como lo es mi padre”, explica Elisa. “Es curioso que tenga tanto éxito cuando era un pesimista”.
La muestra de la Biblioteca Nacional iba a estar abierta desde marzo hasta hasta el 21 de junio de 2020. De Madrid se trasladaría a Valladolid, la ciudad del escritor, y en la que sigue vivo su legado. El objetivo es que abriese durante la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo en el mes de septiembre, los días más importantes de la capital del Pisuerga. Pero debido a la pandemia el calendario es otro. O ninguno según se mire. “Estamos viendo cómo se van a resolver los tiempos. En cuanto termine la exposición en Madrid estaremos preparados para alojarla aquí”, explica la concejala de Cultura y Turismo de Valladolid, Ana Redondo.
No hay nada claro. Redondo se aventura y apunta que, si la cuarentena se mantiene más meses, la exposición podría no llegar a inaugurarse en Valladolid hasta 2021. Todo depende de lo que pase con la de Madrid, en la que el Ayuntamiento de Valladolid ha invertido alrededor de 40.000 euros. La presidenta de la Fundación Delibes no pierde la esperanza y espera que la muestra y otros acontecimientos previstos para estos meses no tengan que aplazarse hasta el próximo año. “Lo último que nos han dicho es que se baraja que pueda abrir en Madrid septiembre y que esté allí hasta noviembre, y entonces llevarla a Valladolid”.
El estado de alarma no ha impedido que siga habiendo iniciativas para acercar la obra del escritor. El miércoles pasado el escritor Sergio del Molino, que ha participado en el catálogo de la exposición junto a una veintena de autores, dio una conferencia en vídeo sobre la literatura y la vida de Delibes en la cuenta de Instagram de Ediciones Destino. Elisa Delibes ha mandado vídeos a varios institutos de Castilla y León después de que se lo pidiesen los profesores que han comentado con sus alumnos las obras autor y participará este jueves en una mesa redonda organizada por la Asociación Cultural de Novelistas 'La Sombra del Ciprés' de Ávila. El Ayuntamiento de Valladolid, por su parte, también plantea actividades alternativas.
“Teníamos un programa bastante amplio: lecturas de los libros y novelas, actividades teatrales, un ciclo de cine, presentaciones y revisiones en la Casa Zorrilla...”, desgrana la edil vallisoletana. “La situación nos permite que a través de internet hagamos actividades alternativas. Si esta cuarentena continua pondremos en marcha más iniciativas que queremos coordinar con la Fundación Delibes y con la familia”, explica. “Había un plan, y lleva tiempo plantear alternativas, aunque sean online”, remata. La Casa Zorrilla, una de las entidades culturales del Ayuntamiento de Valladolid ha habilitado un canal para que los ciudadanos que tengan anécdotas sobre el escritor, las compartan en su web, con la idea de publicar una recopilación a final de año. De momento han recibido más de sesenta de ciudadanos de toda España.
Aunque se paralicen los eventos presenciales y exista miedo a que el impacto del virus obligue a revisar los presupuestos municipales provocando reducciones para partidas de Cultura, el Ayuntamiento de Valladolid quiere contribuir a recordar al escritor como merece. La edil vallisoletana señala que, por ejemplo, durante estos meses en los que no hay nada previsto se podría avanzar en la adquisición de una casa para erigir el museo del escritor. La Junta de Castilla y León se comprometió a adquirir un inmueble en el centro de Valladolid mediante concurso. “Tenemos pendiente una conversación con el consejero de Cultura de Castilla y León y vamos a abordar este tema”, asegura Redondo.
Hay, sin embargo, una manera de mantener viva la memoria de Miguel Delibes que sí se puede hacer desde casa: releerlo si se conoce, o acercarse a su obra por primera vez si no se ha hecho todavía. La hija del escritor y presidenta de la Fundación confiesa que estos días ha decidido sumergirse en La parábola de un náufrago. “Dicen que mi padre se rindió a la moda vanguardista de los años sesenta; pero él era un escritor realista. Siempre me dio pereza ese libro... Así que creo que voy a leerlo para comprobarlo”, confiesa.
Para aquellos que no conozcan la obra de Delibes (o sí), Elisa recomienda Las guerras de nuestros antepasados, un libro que la entusiasmó desde la primera vez que lo leyó, a pesar de que fue una obra que “no tuvo mucha suerte”. El libro fue publicado justo de después de morir su esposa en 1974. “Mi padre siempre decía que a los libros, como a los hijos, hay que ayudarles a nacer y a vivir; y él creía que no había ayudado a esa novela. Creo que es un libro que quedó por debajo de sus expectativas, pero aun así animaría a leerlo estos días”.
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