La menor de 13 años a la que el capellán de la iglesia de Las Angustias de Valladolid, O.F.L, remitió distintos whatsapp de contenido sexual, entre ellos uno en el que aparecía masturbándose, ha dado plantón este miércoles al juez, ante el que tenía previsto prestar declaración en calidad de denunciante.
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid había citado a la menor y a su madre a partir de las 12.45 horas para que la primera prestara testimonio como prueba preconstituida al objeto de evitar su doble victimización, es decir, a fin de liberarla del trance de tener que comparecer en el juicio que se celebrará en su momento contra O.F.L.
Sin embargo, y para sorpresa no solo del juez y de la fiscal jefe sino también de los abogados del presbítero y de las propias denunciantes, ni la menor ni su progenitora han hecho acto de presencia en el juzgado, con lo que la toma de declaración ha quedado suspendida hasta la localización de las no comparecientes.
El religioso, que se encuentra apartado del ejercicio del ministerio pastoral por el Arzobispado de Valladolid, fue detenido el pasado día 12 de enero a solicitud de la Fiscalía, pasó a disposición judicial-se acogió a su derecho de no declarar-y quedó en libertad con cargos por un delito contra la libertad e indemnidad sexual de una menor de 16 años, en concreto en la modalidad contenida en el Artículo 183 ter del Código Penal.
El Juzgado de Instrucción número 1 le impuso además una serie de medidas cautelares de alejamiento, prohibición de comunicación con la víctima y obligación de comparecer una vez al mes en sede judicial.
Desde entonces, el párroco, de 39 años, se encuentra apartado “temporalmente” del ejercicio público del ministerio pastoral por parte del Arzobispado de Valladolid, que al día siguiente de su detención emitió un comunicado en el que refería que el religioso podría haber incurrido en un presunto “comportamiento deshonesto” con una menor a través de las redes sociales.
Antes de su detención, el investigado habría ofrecido, presuntamente, a la familia de la menor una importante suma de dinero con el propósito de que evitar la interposición de la denuncia que ahora se tramita en vía judicial. La supuesta víctima, de origen rumano, es la hija de una indigente que acostumbra a pedir a las puertas de la iglesia de Las Angustias.
El presbítero, quien permanece desde entonces en su domicilio en situación de 'vigilancia eclesial', a la espera tanto de la vía penal abierta como de la investigación canónica que se sigue en Roma, ya protagonizó un episodio similar en 2010 cuando era párroco de Zaratán por unos comentarios subidos de tono realizados a una menor de la misma edad y que entonces fueron archivados por el