El hospital de pandemias de Castilla y León acogerá a enfermos leves de COVID pero también a terminales y a desahuciados por edad y demencias
El viejo edificio Rondilla que antes acogía el Hospital Río Hortega de Valladolid y que se ha reconvertido en un 'hospital de pandemias' de referencia para toda Castilla y León, no es únicamente una unidad de hospitalización para enfermos leves de la COVID-19 que provengan de hospitales de la Comunidad. Tal y como ha podido comprobar elDiario.es a través del documento interno en el que se definen entre otros su misión y características de los pacientes, será también el lugar donde ingresarán pacientes infectados que además de coronavirus sufren otras patologías de base como enfermedades terminales o un importante deterioro cognitivo y que no serán ingresados en UCI porque apenas les beneficiaría. Su traslado a esta unidad permitirá descargar a los hospitales para admitir enfermos más graves pero con un pronóstico favorable.
La Junta de Castilla y León remitió el pasado lunes una nota de prensa en la que daba detalles sobre la inversión para acondicionar el antiguo hospital que ya está en funcionamiento (más de tres millones de euros), el personal con el que cuenta (98 profesionales entre los que figuran médicos internistas y geriatras) o el número inicial de camas con el que cuenta (48). Pero, además del comunicado, el Gobierno autonómico remitió un audio del coordinador de esta unidad, el jefe de Medicina Interna del Hospital Clínico Universitario, José María Prieto de Paula. La nota no reproducía lo que este responsable médico decía al final de la nota de voz: que además de un bloque para pacientes leves, estables y con buen pronóstico, había otro “para enfermedades de base avanzada, deterioro funcional grave con beneficio improbable por ingreso en UCI o con demencia grave”, y el mensaje pasó desapercibido.
Informar a los familiares de los terminales o con poca esperanza de vida de que no hay UCI
En el documento Hospitalización en el edificio Rondilla, misión, características de los pacientes y estructura y organización , al que ha tenido acceso este diario, los datos son aún más precisos. Así, ingresarán allí, además de pacientes estables y leves, aquellos positivos en COVID que además sufren una “enfermedad de base avanzada y/o por deterioro funcional basal grave con beneficio improbable de ingreso en UCI”, es decir, aquellos a los que no les beneficiaría un soporte vital avanzado como un respirador. En este caso cita a las personas con una “enfermedad de órgano en fase avanzada o terminal” como las pulmonares, cardiacas, hepáticas o renales crónicas. También entran en esta categoría las neoplasias (cáncer) en fase terminal, las enfermedades de cualquier naturaleza que condicionen una expectativa de vida inferior a un año, la fragilidad o dependencia grave o la demencia grave. En ese mismo punto hay una nota al margen que precisa que “antes del traslado, el médico responsable en su centro de origen debe informar al paciente y/o, en su caso, a los familiares o allegados, de las características del centro receptor, especialmente en lo relativo a la inexistencia de UCI”. Se trata de una acotación con la que se pretende que los familiares sepan que cuando el enfermo entre en una situación crítica no accederá a la Unidad de Cuidados Intensivos.
No se derivará a pacientes desde Urgencias ni a ancianos desde las residencias
Además se establecen varios criterios de exclusión que harían imposible el ingreso en el Rondilla. No podrán entrar los enfermos que estén en situación inestable que precisen cuidados intensivos, como el soporte ventilatorio invasivo mediante intubación orotraqueal. Tampoco los pacientes que pasan de la UVI a planta, estables pero con un soporte ventilatorio no invasivo y que podrían ser susceptibles de un nuevo ingreso en UVI, o con una traqueotomía que precisa cuidados y revisión. Por último, tampoco podrán ingresar “pacientes procedentes de su domicilio, de algún centro sociosanitario (residencia de ancianos o de personas con alguna discapacidad) o de los servicios de urgencias de los hospitales. Esta última excepción elimina la posibilidad de que los ancianos de las residencias en una situación complicada puedan derivarse a Rondilla tras un paso por Urgencias o directamente. La función de este unidad de hospitalización no es otra que drenar a los pacientes de hospitales colapsados. De esta manera, si desde una residencia se traslada una persona a Urgencias y no hay espacio en planta hospitalaria, su derivación posterior a Rondilla será imposible.
La situación se acerca a la vivida en los peores momentos de la pandemia en marzo, cuando varios protocolos de la Junta ordenaron evitar el traslado de ancianos de residencias a los hospitales y se crearon los 'Equipos Covid Residencias' formados por médicos y enfermeros de Atención Primaria que los visitaban en los propios centros, algo que la Consejería de Sanidad denominó “hospitalización a domicilio” a pesar de que la mayoría de estos enfermos ni fue valorada nunca en un hospital, ni se le practicó pruebas específicas, ni tuvo atención médica las 24 horas como habría ocurrido en un hospital. De hecho, tal y como reveló elDiario.es, aunque los equipos Covid Residencias se pusieron en marcha en marzo, avanzado el mes de abril, muchas residencias no habían recibido a estos equipos y había enfermos sin tratamiento. En esta segunda ola se ha puesto en marcha este sistema, si bien desde el principio de la misma sí que se ha ingresado a muchos ancianos de avanzada edad. El colapso que ha llegado ya a varios hospitales volverá a hacer necesario priorizar ingresos tanto en planta como en UCI.
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