El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y consejero de Ordenación del Territorio, Francisco Igea, ha presentado este viernes en las Cortes las conclusiones de la Agenda de Población, el proyecto impulsado por el entonces presidente, el 'popular' Juan Vicente Herrera, para frenar la despoblación entre 2010 y 2020. Igea ha admitido que se han incumplido “todos los objetivos” de aquella agenda. Según ha reconocido, a pesar de los intentos, Castilla y León es una de las regiones de toda la Unión Europea con peor evolución demográfica en la última década: de las 332 regiones que componen la UE, la comunidad ocupa el puesto 313 entre las que más habitantes pierde: “Solo hay 19 regiones con peor evolución poblacional. Es muy grave. Muy preocupante”, ha subrayado.
En términos absolutos, Castilla y León perdió durante esa década el 6,4% de su población, que descendió de los más de 2,5 millones de 2010 a los 2.394.918 habitantes, según los datos del INE a 1 de enero de 2020. Los datos arrojan que la comunidad perdió habitantes de forma más acelerada entre 2013 y 2017, periodo en el que la población española también se redujo. En esos años, la comunidad se dejó 98.559 habitantes. Cuando el fenómeno comenzó a revertirse en todo el estado, Castilla y León continuó decreciendo. Los datos provincializados sitúan a León como la que más habitantes brutos perdió, seguida de Zamora, que lidera la tabla de la pérdida en términos relativos. Zamora perdió el 12%; seguida de León y Ávila (8%); de Palencia y Salamanca (7%); Segovia y Soria (6%); Burgos (4%) y Valladolid, la que meno con un 2%.
Uno a uno el consejero de Ciudadanos, que no participó en la elaboración de la agenda hace más de dos lustros, ha repasado los objetivos que se fijaron entonces y que Castilla y León no ha cumplido. Entre los puntos estaban mejorar la emancipación de jóvenes, aumentar la natalidad, fijar población inmigrante extranjeros, el retorno de ciudadanos castellanos y leoneses en el extranjero, o atraer a españoles de otras comunidades autónomas. Todos los indicadores han empeorado en diez años, si bien ha matizado que, en algunos casos, la comunidad sigue mejor que la media nacional.
Igea ha reconocido, además, que, gracias a la pandemia de COVID-19, la llegada de habitantes de otras comunidades ha aumentado. “Registramos un saldo interior negativo todos los años, pero la pandemia ha hecho que en 2020 el saldo ha sido positivo: 3.400 personas a favor, 2.900 de ellos españoles”, ha asegurado el vicepresidente castellano y leonés. Esta inversión de la tendencia -ha explicado- se produce en un contexto global que ha provocado “saldos muy negativos en ciudades muy pobladas, mientras crecía en regiones con menor densidad de población”. Si se observa el periodo de estudio entre 2010 y 2020, sin embargo, el saldo sigue siendo negativo: -50.477.
El vicepresidente ha anunciado una nueva agenda contra la despoblaicón que llevará por nombre Estrategia de Dinamización Demográfica 2021-2027, que coincidirá con el Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea, la estrategia que marca la UE para su funcionamiento durante siete años. Igea ha reconocido que la anterior agenda adolecía de problemas como ser demasiado optimista, falta de metodología, financiación y liderazgo. Por ello, la nueva estrategia contará con agentes públicos y privados, se elaborará un cronograma de cumplimiento que permitirá un seguimiento de cada medida, entre otros cambios que serán anunciado en las próximas semanas. El vicepresidente sí ha concretado que en este nuevo proyecto se fomentará la llegada inmigrantes, refugiados y asilados. “De no haber venido hubiera supuesto una catástrofe”.