Para poder ejercer como senador en representación de Castilla y León, Javier Maroto se empadronó en Sotosalbos (Segovia) en la vivienda de un alto directivo de la consultora Accenture, según ha podido saber eldiario.es. El domicilio que sirvió al político vasco para acreditar “vecindad administrativa” con Castilla y León y facilitar su designación como representante en la Cámara Alta de una comunidad que hasta entonces le era ajena, es además sede social de empresas, entre ellas un negocio de explotación de ganado bovino y búfalos que tiene 14 años de antigüedad. Este diario intentó contactar con el propietario de la casa donde supuestamente vive Maroto para saber si la vivienda ha sido alquilada, es un préstamo o ambos conviven allí, pero no ha habido respuesta.
La inscripción de Maroto en el padrón municipal de Sotosalbos, una pequeña localidad segoviana, se realizó el pasado 26 de junio, un mes después de las elecciones autonómicas que determinaron que el PP tendría un senador por designación del Grupo Parlamentario Popular y no dos, como en la pasada legislatura.
Los resultados electorales en las autonómicas de mayo acabaron con la mayoría PP después de tres décadas y el PSOE fue la fuerza más votada. Pero las negociaciones de PP y Ciudadanos cristalizaron primero en un acuerdo programático que se firmó el 21 de junio, y poco después, el 28, en un acuerdo de Gobierno conjunto. A Maroto se le vio en los pasillos del Parlamento autonómico, pero como se demostraría poco después, poco tenía que ver su visita con el pacto, y sí con el acomodo que le buscó el partido tras no lograr escaño como diputado por Álava y haber sondeado la posibilidad de que el político vasco representase a otra circunscripción.
No había pasado ni un mes del empadronamiento en Sotosalbos cuando Maroto logró su objetivo de ser senador por Castilla y León. Eso sí, por primera vez en las Cortes de Castilla y León, hubo que votar dos veces. El PSOE, partido mayoritario en la Cámara, trató de bloquear la designación por considerarla fraudulenta, incluso a costa de sus propios senadores, ya que se votaba en conjunto. Ciudadanos, que se abstuvo en un primer momento, acabó salvando la situación de su socio de gobierno y votó a favor de que un vasco sin vinculación con la Comunidad defendiese los intereses de esta.
Tal y como informó este diario, Javier Maroto ni siquiera había realizado personalmente el papeleo en el ayuntamiento del pequeño municipio: alguien se encargó de los trámites. Para su inscripción, la persona encargada aportó un documento de autorización de alguien ya empadronado en la misma vivienda en la que Maroto dice residir. Hay varias documentos válidos para un empadronamiento, desde una escritura del inmueble, a un contrato de alquiler o recibos de suministros de agua, luz o gas a nombre del solicitante, o la autorización de la persona que permite que otra se inscriba como habitante en la misma casa.
A pesar de que la designación de Javier Maroto salió adelante, el PSOE no se dio por vencido y presentó una solicitud en el Ayuntamiento de Sotosalbos para que lo diese de baja en el padrón municipal. El asunto aún está por resolverse y los socialistas ni siquiera descartan acudir a la vía judicial si la administrativa no le da la razón. No sería la primera vez que un juzgado se pronuncia sobre el empadronamiento de un vecino y que acaba anulándolo.