La mitad de las muertes de ancianos por COVID en residencias de Castilla y León se produjeron cuando se prohibió derivarlos a hospitales
1 de cada 2 personas que falleció por la pandemia del COVID viviendo en una residencia de mayores o discapacitados en Castilla y León lo hizo en el primer mes y medio de la oleada de casos que asoló el mundo. 2.343 residentes, de un total de 4.406 decesos registrados a causa del coronavirus, murieron del 14 de marzo al 30 de abril del 2020, justo durante el periodo en el que estuvo en vigor -hasta el 16 de abril- un protocolo de no derivación de ancianos de las residencias a los hospitales y que fue publicado en exclusiva por elDiario.es.
Los datos que ahora se conocen aparecen en unas tablas que el Gobierno de Castilla y León ha tenido que publicar tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia autonómico que da la razón a Infolibre, y que obligaba a desvelar por residencia a residencia las estadísticas del coronavirus. La Junta de Castilla y León ha publicado en su portal de datos abiertos el desglose por periodos y residencias de los fallecimientos.
En el periodo inicial de la pandemia la mortalidad fue alta: el 53% de los mayores que enfermaban en residencias, morían, y eso ocurrió entre el 14 de marzo y el 30 de abril, la temporada en la que la Junta no derivó a los ancianos a los centros hospitalarios y decía tratarlos directamente en los centros, tal y como desveló este diario.
En el cómputo global de la pandemia, con datos hasta septiembre de 2022, el 10,6% de los residentes que enfermaron murieron a causa del coronavirus. Cuando empezó la crisis del COVID-19, los 1.214 centros sanitarios de Castilla y León contaban con algo más de 47.000 residentes y un sistema sanitario al borde del colapso.
El número de fallecimientos de residentes, 2.343 , del primer periodo (del 14 de marzo al 30 de abril), contrasta notablemente con la cifra del segundo periodo proporcionado, el mes de mayo y los primeros 21 días de junio, con 218 decesos, lo que supone la décima parte de los registrados en esa primera etapa. Desde mayo se empezó a derivar a los residentes enfermos a los hospitales. Los decesos del tercer periodo proporcionados por la Junta de Castilla y León son mayores debido a que abarcan 10 meses, desde mediados de junio del 2020 hasta mediados de marzo del 2021, con 1.440 fallecimientos en centros residenciales de la autonomía.
Por titularidad de los centros la mitad de los muertos en residencias en la primera ola, 1.218, tuvo lugar en centros gestionados por empresas privadas. El 25% falleció en residencias de titularidad pública (597) y el resto, 528, en centros gestionados por organizaciones sin ánimo de lucro.
Estos datos, divulgados gracias a la insistencia de varios medios al amparo de la Ley de Transparencia, revelan los centros donde más afectó la pandemia del coronavirus de forma mortal en la primera ola del COVID. La residencia que más decesos tuvo en el primer mes y medio fue la de Mensajeros de la Paz en La Bañeza (León), con 71 fallecimientos. La segunda más afectada fue la residencia Domus Vi de Arroyo de la Encomienda (Valladolid) con 61 decesos por coronavirus. La tercera más afectada fue el centro público que la Junta de Castilla y León tiene en Segovia con 55 residentes muertos por COVID. Con 46 fallecimientos figuran a continuación la residencia Domus Vi de La Virgen del Camino (León) y la de San Bernabé y San Antolín en Palencia.
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