La Alta Velocidad no puede convertirse en un servicio elitista de grandes ciudades

En las últimas semanas, han sido varias las veces que se ha relacionado el adjetivo “privilegiada” con la villa de Medina del Campo, por el ‘desbordante’ número de frecuencias de alta velocidad. Sin embargo, un movimiento de protesta, reivindicación e indignación no nace de una situación privilegiada, porque la población no lo percibe así, sino como un grave perjuicio colectivo. Estas son algunas de las declaraciones que el subdelegado del Gobierno en Valladolid, D. Jacinto Canales, publicaba en diversos medios. Por repetición pueden sonar convincentes, pero basta con ahondar en el asunto para darse cuenta de que muchas caen por su propio peso. Aquí van algunas de ellas:
En primer lugar, insisten en que “las frecuencias eliminadas tienen una media de solo ocho pasajeros diarios”. Esta afirmación se basa en datos del año 2024, en el cual los usuarios de Medina AV no podían formalizar con abonos los trenes AVLO, por lo que la contribución de esos trenes a la ecuación tenía un valor de cero. Además, la media de ocupación no refleja la demanda potencial, sino la falta de pre-reserva de asientos para estos usuarios, los cuales no pueden acceder a billetes porque el sistema los excluye por defecto, caso con solera en Medina. Es decir, justifican los recortes basándose en datos sesgados por las propias condiciones injustas impuestas a los viajeros de Medina.
Los artículos también incurren en una comparación engañosa al afirmar que “Medina seguirá teniendo 7 frecuencias diarias con Madrid, más que otros municipios como Monforte de Lemos”. Sin embargo, esta comparación omite un dato esencial: Monforte de Lemos se encuentra en la provincia de Lugo, a más de 400 kilómetros de Madrid. Resulta poco realista plantear la posibilidad de conciliar una vida laboral en la capital con la residencia en dicha localidad gallega. En cambio, Medina del Campo, situada a solo 160 kilómetros de Madrid, ocupa una posición geográfica estratégica que sí permite, en muchos casos, compatibilizar el empleo en Madrid con la vida familiar en Castilla y León. Las necesidades, ritmos y perfiles de los viajeros de ambas localidades son radicalmente distintos, especialmente en lo que respecta a la recurrencia y frecuencia de los desplazamientos. Por tanto, utilizar Monforte como punto de comparación no solo desvirtúa el debate, sino que desconoce la lógica territorial y social que debería guiar cualquier análisis serio sobre la oferta ferroviaria.
En términos de eficiencia y velocidad, el subdelegado argumenta que “cada parada adicional retrasa entre 10 y 15 minutos”. Para ello vamos a echar mano de la web de Renfe y vamos a elegir tres trenes que sucesivamente añaden una parada más, para luego comparar la duración del trayecto. El AVLO 04154 Zamora – Madrid tarda 1h y 8 minutos; el AVLO 04494 Zamora – Madrid con parada en Medina AV tarda 1h y 12 minutos; y el AVLO 04334 Zamora – Madrid con paradas en Medina AV y Segovia tarda 1h y 18 minutos. Aunque el tiempo que un tren permanece detenido en una estación no se desglosa explícitamente en los horarios públicos, sí podemos deducirlo razonablemente a partir de los tiempos totales de viaje. Si aplicamos un mínimo de sentido práctico, vemos que la parada real (ese momento en que el tren está completamente quieto en el andén) no supera los 3 - 4 minutos. El resto es maniobra. Así que no: no estamos ante paradas eternas ni maniobras torpes. Estamos ante horarios ajustados que se ven comprometidos, muchas veces, no por las paradas intermedias, sino por las salidas que rara vez se producen a la hora exacta.
Por último, y quizás el más desafortunado de todos, el comentario repetido de que “se busca el interés general de los usuarios del corredor Madrid-Galicia, en su mayoría gallegos”. Priorizar a un grupo mayoritario no puede hacerse a costa de eliminar derechos de las minorías. El transporte público, especialmente el que se ampara en Obligado Servicio Público, tiene un carácter vertebrador e igualitario, y no debe regirse exclusivamente por lógicas comerciales. La Alta Velocidad no puede convertirse en un servicio elitista de grandes ciudades. La España de las pequeñas y medianas localidades, como Medina del Campo y su Comarca, también tiene derecho a conectividad y oportunidades de desarrollo.
No vamos a rendirnos. Seguiremos defendiendo a nuestro pueblo con firmeza, porque sabemos lo que nos corresponde y no vamos a aceptar menos. Nuestra comunidad merece ser escuchada y valorada, y lucharemos para que así sea.
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