El cambio climático está aquí y ha llegado para quedarse

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Durante los últimos diez días hemos sufrido una ola de calor como no se recordaba en España, batiendo récords de temperatura máxima y mínima en muchos sitios de la península. Se suma a la que sufrimos durante el mes pasado, que es la más temprana e intensa registrada en un mes de junio.

Las consecuencias derivadas de esta ola de calor son devastadoras. Según el Instituto de Salud Carlos III, 679 personas han perdido la vida como consecuencia del calor extremo. Además, hemos visto como una plaga bíblica de incendios ha asolado miles de hectáreas, principalmente en Castilla y León y Extremadura, pero también en otros puntos de la geografía española.

Lamentablemente, un bombero forestal ha fallecido en el desempeño de sus funciones en el incendio forestal de Losacio en Zamora, y alguno más ha resultado herido. Esta situación ha puesto de relieve la precariedad de las brigadas de extinción de incendios en Castilla y León con jornadas laborales interminables y unas condiciones de trabajo inasumibles. Hemos visto cómo la Ong del chef José Andrés o Cruz Roja, han tenido que llevar comida a los brigadistas ante la incapacidad de la Junta de Castilla y León de proporcionar una alimentación adecuada a los héroes y heroínas que están jugándose la vida por defender nuestra tierra.

Es necesario señalar que el 59% de la plantilla de bomberos forestales en la región está privatizada a través de subcontratas, algo que les gusta mucho a los partidos del Gobierno de Castilla y León. También merece la pena destacar que el 22 de junio de este año PP y Vox rechazaron una moción en las Cortes de Catilla y León para que el operativo de incendios esté activo todo el año. Otro dato que creo importante es que, en el primer incendio de la Sierra de la Culebra durante la ola de calor del mes de junio, el 75% del operativo de incendios forestales estaba fuera de servicio, a pesar de que el verano es cada vez más largo.

De aquellos barros estos lodos, tenemos un gobierno regional incompetente y negacionista del cambio climático, que es el principal motivo de todos estos episodios y los que están por venir. El presidente de Castilla y León habló pasado martes de anomalía climática excepcional. Sin duda un bonito eufemismo para no hablar claramente de algo en lo que no cree. Señor Mañueco, se llama cambio climático y los científicos llevan alertando sobre ello más de 50 años. Se ve que la coalición con la ultraderecha que sostiene el gobierno de Castilla y León obliga al presidente a utilizar ese lenguaje negacionista que tanto les gusta. Sin embargo, por mucho que lo nieguen, el cambio climático está aquí y ha llegado para quedarse. Sin duda va a ser el reto más importante al que tendremos que hacer frente durante las próximas décadas, y el asunto que más va a influir en el desarrollo de nuestra región, y de todo el mundo, a todos los niveles.

Mal empezamos si tenemos un gobierno autonómico que niega una evidencia científica que, además, ya empezamos a sentir en nuestras propias carnes. No tenemos tiempo para chorradas ideológicas y gobernantes incapaces. Tenemos que actuar ya o las generaciones futuras sufrirán nuestra desidia e inacción. Como decía Harrison Ford en su discurso en 2018 durante la Cumbre Global de Acción Climática en San Francisco: “Elegid líderes que crean en la ciencia y entiendan la importancia de proteger la naturaleza”, y, ¿quiénes somos nosotros para contradecir al mismísimo Indiana Jones?