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OPINIÓN
La Trastienda

Momento Carlos Martínez

El secretario general electo del PSOECyL, Carlos Martínez

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Seis semanas después de que el alcalde de Soria, Carlos Martínez, fuera proclamado nuevo secretario autonómico del PSOE, los socialistas de Castilla y León celebran este fin de semana el Congreso que, de la mano del renovado liderazgo, abre una nueva etapa en sus filas. Atrás queda un periodo de 10 años bajo el mandato de Luis Tudanca en el que, pese haber sido la fuerza más votada en una de las tres elecciones autonómicas celebradas, las de 2019, el PSOE de Castilla y León no ha conseguido poner fin al ciclo de 37 años ininterrumpidos del PP gobernando esta comunidad autónoma.

Volver a ganar unas elecciones con un resultado que le permita desbancar a la derecha apalancada en la Junta desde 1987 es el reto que tiene ante sí Martínez, décimo líder que se hace cargo del PSOE de Castilla y León desde la restauración democrática de 1977. Una empresa, a nadie se le oculta, harto complicada en una comunidad sociológicamente conservadora y carente de un partido de centro o de derecha moderada que pudiera actuar de bisagra para conformar una mayoría alternativa frente al bloque que, llegado el caso, volverán a integrar la derecha pura y dura del PP y la extrema derecha de Vox. 

Bajo el lema “Quedarse es el futuro, atrévete al cambio”, que llama a rebelarse contra la sangría poblacional registrada en las dos últimas décadas, la ponencia marco del XV Congreso del PSOE de Castilla y León diseña una estrategia integral para revertir el declive causado por unas lacras estructurales que se han hecho endémicas. Junto a la despoblación -paliada últimamente por el flujo inmigrante-, el envejecimiento, la dispersión poblacional y unos desequilibrios territoriales con una creciente brecha entre Este y Oeste que lastran la cohesión social y política (el auge del leonesismo y su bandera segregacionista tienen su mejor caldo de cultivo en la indolencia de la Junta ante el desplome demográfico y ese declive económico y social de las provincias que integraron el antiguo Reino de León).

Esa bandera de la segregación enarbolada por el sector -minoritario pero nada desdeñable- del PSOE leonés que encabeza el alcalde de la capital, José Antonio Díez, se hará oír este cónclave autonómico, si bien la discrepancia se salvará previsiblemente con una resolución de compromiso que permita a todos salir del paso. Algo asi ocurrió en el congreso autonómico celebrado en 2008 en Valladolid, en el que, a iniciativa de los socialistas leoneses, liderados por el entonces alcalde, Francisco Fernández, se adoptó la definición de Castilla y León como una comunidad autónoma integrada por dos regiones, algo que nunca ha tenido una plasmación práctica. A su vez, Martínez ya ha tenido ocasión de comprobar el resquemor que producen en influyentes estamentos de la capital del Pisuerga las críticas a un centralismo vallisoletano por otra parte dificil de negar.

 A dos días de la cita prevista en Palencia, el nuevo líder socialista de Castilla y León no ha soltado prenda sobre la composición del equipo que le asistirá en la próxima Ejecutiva autonómica del partido. No hace falta especial sagacidad para aventurar que en ella tendrán presencia muy relevante los socialistas de León y Valladolid, cuyos respectivos secretarios provinciales, Javier Alfonso Cendón y Óscar Puente, han sido los máximos valedores de la candidatura del nuevo secretario autonómico. A continuación, la próxima semana asistiremos al reajuste de en la dirección del grupo parlamentario socialista de las Cortes, donde si no el de Tudanca -que está por ver si de momento permanece como portavoz a la espera de otro destino supuestamente pactado a cambio de su renuncia a presentarse a las primarias-, está cantado el relevo de alguno de los tudanquistas que han integrado el núcleo duro del exsecretario autonómico.

Durante este largo paréntesis entre su proclamación como nuevo líder y el congreso de este fin de semana, Martínez ha tenido ocasión de pulsar el estado de ánimo de la militancia en todas y cada una de las provincias, constatando un cierre de filas muy generalizado en torno a su liderazgo. Y se ha permitido además ofertar al presidente de la Junta un consenso en torno a los Presupuestos de la Comunidad que el gobierno de Alfonso Fernández Mañueco se sigue negando a presentar en las Cortes, incumpliendo con ello tanto del Estatuto de Autonomía como el compromiso adquirido en sesión plenaria del Parlamento de la Comunidad.

Martínez se ha mostrado hasta el momento como un político que sabe lo que se trae entre manos. Su primer error puede ser el de obcecarse en compatibilizar su nueva responsabilidad con la alcaldía de Soria, a la que por el bien tanto de dicha ciudad, que no merece tener un alcalde a tiempo parcial, como por la plena dedicación que requiere el reto de impulsar una alternativa de gobierno en Castilla y León, debe renunciar para centrarse en cuerpo y alma en este último objetivo.

 

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