El periplo de Luis Tudanca en el PSOE: del apoyo sin fisuras a Sánchez a la actual guerra abierta con Ferraz

Antonio Vega

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1 de julio de 2014. Pedro Sánchez llega a la Casa de Cultura de San Andrés del Rabanedo, León, en su famoso Peugeot aspirando a ser el nuevo secretario general del PSOE. Lo hace más de una hora tarde, pero pese al calor nadie se ha movido esperando al candidato en unas primarias que le enfrentaron a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Cuando llega Sánchez, apenas atiende a la prensa y se dirige al abarrotado auditorio. Pero antes de entrar hace un alto para saludar afectuosamente con un abrazo a una persona y dirigirle unas palabras: “Cuánto me alegro de verte aquí, amigo”. Esa persona era Luis Tudanca, entonces precandidato a dirigir el PSOE de Castilla y León, que lograría en octubre de 2014, y hoy se enfrenta a la dirección federal del PSOE de Sánchez por el calendario de las primarias autonómicas del partido.

La guerra ha estallado entre Ferraz y Tudanca por una interpretación de las normas del congreso del partido y las fechas para renovar la dirección autonómica. El Comité Autonómico de Castilla y León aprobó el pasado jueves un calendario acelerado entre críticas internas, por 105 votos a favor y 14 en contra. Apenas un día después, el comité de Ética y Garantías del PSOE anulaba la decisión y el enfrentamiento entre la dirección autonómica y la federal subía a cotas inauditas. Desde Castilla y León se alegaba que así se hizo en 2021 y no pasó nada, aunque el criterio jurídico de Ferraz señala ahora que pese a ser interpretable debe seguir orden congresual y de normativas internas consecutivo.

En estos 10 años Tudanca no se ha movido del ahora llamado ‘sanchismo’, aunque ha habido temporadas mejores y peores en su relación con el líder socialista. Apoyó a Pedro Sánchez tras el Comité Federal en el que hoy presidente del Gobierno dimitió y volvió a coger el Peugeot para volver al liderazgo socialista. Lo hizo junto a una generación de dirigentes socialistas unidos por su edad y temprana militancia en Juventudes Socialistas, que les llevó a tener cargos y responsabilidades metiéndose en ‘jardines de mayores’. 

Tudanca llegó a la dirección del PSOE de Castilla y León en octubre de 2014, tras imponerse en las primarias al anterior líder, Julio Villarrubia. Contó entonces con la complicidad e impulso de Óscar López, exsecretario general de los socialistas autonómicos y hoy ministro de Transformación Digital, que ahora ha apoyado a Ferraz. Aquel grupo de jóvenes socialistas sin complejos hicieron caer a Villarrubia de una forma insólita. Cuando estaba dando una rueda de prensa después de una tensa Ejecutiva autonómica anunciaron la dimisión de más de la mitad de sus miembros, lo que automáticamente suponía el cese de Villarrubia. El entonces secretario general se enteró por la prensa de que acababa de ser cesado.

Muchos de los nombres de aquella maniobra, que se pueden consultar aquí, se mantienen en la órbita cercana a Luis Tudanca como sus números dos y tres, Ana Sánchez y Virginia Barcones. Entre ellos también estaba la hoy ministra de Igualdad, Ana Redondo, que se ha posicionado del lado de Ferraz en la decisión de anular el calendario de primarias y congreso del PSOE de Castilla y León. Por contra la hoy alcaldesa de Palencia, entonces en el bando de Villarrubia, es uno de los más fieles apoyos con que cuenta Tudanca entre los dirigentes socialistas.

Diez años después de su nombramiento como secretario general autonómico del PSOE, Luis Tudanca ha sido tres veces candidato a la presidencia de la Junta de Castilla y León, logrando en 2019 la única victoria del PSOE en más de tres décadas. Pero la negativa de Ciudadanos a pactar con los socialistas les dejó en la oposición. En las elecciones anticipadas de 2022 el PSOE volvió a perder frente al PP y Luis Tudanca dejó entrever su salida del cargo la misma noche electoral haciendo un balance de su mandato. “Durante estos 7 años y medio como secretario general del PSOE de Castilla y León y como candidato lo hemos dado todo, lo he dado absolutamente todo (...) Tened claro que otros vendrán que harán más y que el cambio llegue a esta tierra”. Con las semanas estas palabras se fueron matizando e instalando la idea de una transición de liderazgo con el paso del tiempo que nunca se ha materializado.

El enfrentamiento en el PSOE de Castilla y León llega con un panorama político nuevamente abierto a un adelanto electoral tras la ruptura del gobierno de PP y Vox. El sector crítico considera que Luis Tudanca ha agotado su ciclo político natural. “No hay precedentes en que se vaya a una cuarta elección tras tres oportunidades electorales fracasadas y una moción de censura, aunque una fuera una victoria donde no se logró el poder”, señala un dirigente enfrentado a la dirección autonómica. 

El comité autonómico del PSOE aprobó un calendario que abría el proceso de primarias el 8 de octubre y culminaba el 25 y 26 de enero con un congreso en Palencia. Fue contestado por el vallisoletano Javier Izquierdo, vicesecretario Acción Electoral del PSOE federal, y Javier Alfonso Cendón, diputado nacional y líder de los socialistas de la provincia de León. Valladolid, que lidera el ministro de Transportes, Óscar Puente; y León han sido las direcciones provinciales más críticas con la gestión de Tudanca en los últimos meses. La decisión de dejar a Nuria Rubio, número dos de Cendón, sin el sueldo y cargo de portavoz adjunta en el parlamento autonómico provocó las primeras críticas públicas hacia su figura sin cortapisas.

Luis Tudanca no ha aclarado públicamente todavía si será nuevamente candidato al cargo de secretario general, pero sus críticos le achacan que la maniobra de primarias aceleradas buscaba que no hubiera rivales y tuviera el paso libre. En una entrevista con El País apuntaba directamente a maniobras del secretario de Organización federal, Santos Cerdán, y su entorno como responsables de la situación de tensión del último año. En la dirección de Ferraz están Javier Izquierdo o Óscar Puente con Javier Alfonso Cendón, y el diputado por Ávila Manuel Arribas en la parlamentaria. La inclusión de este último como cabeza de lista en las elecciones generales del 2023 ya provocó un importante roce entre Ferraz y la dirección de Tudanca, que le habían descartado previamente.

Los roces entre Ferraz y la dirección de Castilla y León han sido continuos en los últimos años. Los vaivenes en el puesto de delegado del Gobierno en la comunidad han sido ejemplo de ello. Primero lo ocupó Virginia Barcones, de plena confianza de Tudanca y uno de los nombres que suena como posible sucesora, que fue sustituida por Javier Izquierdo. Volvió Barcones cuando las relaciones con Madrid mejoraron y ahora está en el cargo Nicanor Sen, cercano a Javier Alfonso Cendón y José Luis Rodríguez Zapatero.

Otro motivo de disputa reciente fue que los diputados provinciales del PSOE de León apoyaron la moción ‘leonesista’ en la Diputación para partir la actual autonomía provocando el enfado de Tudanca y los suyos por lo que suponía para toda la autonomía y dejando entrever que era una venganza por dejar sin sueldo a Nuria Rubio. El PSOE federal intervino minimizando el asunto pero respaldando a Cendón, que era quien había ordenado votar a favor de la autonomía para la Región Leonesa. Cendón ha criticado sin piedad la posición del alcalde de León, José Antonio Diez, conocido por su perfil leonesista, que apoya en cambio a Tudanca en la guerra interna hablando de “cositas de dentro, de silloncitos y suelditos”, y acusando a Santos Cerdán de “jugar sucio”.

El nombramiento de la diputada Esther Peña como portavoz federal del PSOE en enero de este año, amiga personal de Tudanca y secretaria general del partido en la provincia de Burgos, sirvió para evidenciar cómo existían ya dos bandos casi irreconciliables en el partido y cada uno contaba el hecho intentando que le favoreciera.

Pero pese a todo Sánchez y Ferraz le ofrecieron una salida a Luis Tudanca en las pasadas elecciones europeas, con un puesto en la lista a la Eurocámara, que el dirigente burgalés rechazó. Desde entonces la presión interna no ha dejado de subir al tiempo que corría el runrún de un adelanto de los congresos del PSOE. Los críticos reconocen la labor y dedicación de esta década, pero consideran que no son méritos suficientes para mantenerse en el poder del partido. Tudanca les reta a que presenten una candidatura y se dejen de enredos internos.

Luis Tudanca siempre ha sido un ‘sanchista’ pero, a la vez, se situaba en la órbita de la defenestrada vicesecretaria general y ahora delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra. Hace apenas unos meses el líder socialista acogía en la dirección autonómica a la diputada Andrea Fernández, exsecretaria de Igualdad en la Ejecutiva federal del partido, cargo que ocupó a continuación la ministra Ana Redondo. Fernández ha recurrido a la red social X para mostrar su apoyo total a Tudanca: “Es inadmisible que la interpretación de una norma varíe según convenga. Es inadmisible que se use para imponer relato lo que en otras instancias se califica como ”máquinas del fango“. No queremos un PSOE al servicio de la cosa nostra castellano y leonesa”, especificando que hablaba de “la mediática que se sostiene y sostiene al PP en Castilla y León garantizando un statu quo corrupto”.

Las miradas del sector crítico, que asegura que habrá una candidatura alternativa “en los plazos adecuados”, se fijan en el alcalde de Soria, Carlos Martínez, como uno de los posibles nombres para hacerse con el liderazgo. Él ha descartado presentarse “al menos en este momento” añadiendo el matiz de que no puede decir “de esta agua no beberé”, porque es consciente de que “la Alcaldía no es algo permanente”, en la que lleva 17 años con mayorías absolutas. Sí ha señalado esta semana: “Lo primero es escuchar al propio Luis (Tudanca), que es el que tiene que transmitir su decisión de dar un paso al frente una vez más o dar un paso al lado”.

Cada bando hace sus cuentas de apoyos, asegurando que son más que los que se pronuncian públicamente, en una cascada de opiniones que no han dejado de sucederse desde el comité autonómico y la decisión de Ferraz de anular el calendario. Lo cierto es que contar con el apoyo de la dirección de una provincia no presupone contar con todos los votos de la misma, ya que hay movimientos de oposición interna de calado en lugares como Segovia o León, por ejemplo. Lo que todos asumen es que al final la fórmula se resolverá con el 'un militante, un voto'.

Mientras se pactan unas nuevas fechas, que en todo caso serán después del Congreso Federal de Sevilla que termina el 1 de diciembre, la situación en el partido sigue siendo igual. Pendientes de saber qué hará Luis Tudanca, si decide seguir o se va. Sus críticos afilan: “Cuando conozca la candidatura que estamos preparando seguramente no se presente”.