Las residencias de Castilla y León permitirán visitas de familiares a enfermos terminales desde este martes
La Consejería de Familia de Castilla y León ha presentado este lunes el plan para desescalar las residencias de ancianos y de personas con discapacidad. Desde que se inició la epidemia de coronavirus, en estos centros se han contagiado 6.496 personas y han fallecido 4.339, es decir, 56% del total de las muertes por la COVID-19 en la Comunidad. Mientras la mayoría de las Zonas Básicas de Salud se preparan avanzar en el desconfinamiento, la Consejería ha presentado este lunes las líneas maestras de la desescalada en estros centros en los que viven 42.856 personas.
¿Cuándo se podrá visitar a los familiares? Según ha explicado la consejera de Familia, Isabel Blanco y de acuerdo con el Gobierno central, las residencias de personas con discapacidad podrán visitarse desde la Fase 2 del desconfinamiento general, mientras que las de ancianos, cuando la provincia o la zona de salud en la que se encuentren esté en Fase 3. No antes, aunque sí se permiten desde este martes las visitas por razones “humanitarias”, es decir, en caso de “fallecimiento inminente” de un familiar. A efectos de minimizar los riesgos, se limitará a una persona acompañante al residente, previa firma del consentimiento informado sobre los riesgos de contagio de COVID-19. El familiar deberá ir protegido y no presentar síntomas de la enfermedad.
Las residencias no se abrirán a visitas ordinarias hasta esta la Fase 3. A partir de ese momento, los familiares sólo podrán visitar a los residentes si no están ni contagiados ni con síntomas. Mientras no se llegue a la Fase 3, el plan explicita que las residencias deberán mantener los contactos con familiares mediante llamadas por teléfono y videollamadas. Además, se insta a la Dirección a informar “puntualmente de la situación y evolución sanitaria de los residentes del centro, especialmente de aquellos con infección confirmada o sospechosos de tenerla”.
Dos etapas que se podrán iniciar desde este martes
Los centros asistenciales podrán iniciar libremente las Etapas 1 o 2 de la desescalada residencial desde este mismo martes. La diferencia entre ambas Etapas radicará en cómo se desarrollará la vida en el interior de los centros. Las residencias que empiecen en la Etapa 1 no podrán avanzar de etapa hasta que no hayan pasado 7 días después del inicio de la 1 “y sólo si ésta ha sido exitosa”.
En la Etapa 1 las residencias se podrán dividir en tres tipos: mixtas, con COVID y sin COVID. A su vez, los usuarios deberán estar clasificados en cuatro grupos “diariamente”, según lo establecido por el Ministerio de Sanidad: a) Residentes sin síntomas y sin contacto estrecho con caso posible o confirmado de COVID-19. b) Residentes sin síntomas, en aislamiento preventivo por contacto estrecho con caso posible o confirmado de COVID-19. c) Residentes con síntomas compatibles con el COVID-19. d) Casos confirmados de COVID-19.
Todos los centros residenciales, independientemente del tipo, deberán habilitar una zona de cuarentena de al menos un 5% de plazas, a ser posible en habitaciones individuales, para posibles aislamientos ante la aparición de nuevos casos sospechosos de COVID-19. La cuarentena se mantendrá hasta que se obtenga un resultado negativo en las pruebas diagnósticas. Cuando los centros cuenten con usuarios con resultado PCR positivo deberán constituir tres zonas: Zona libre de COVID-19, aquella parte del centro ocupada por residentes libres de infección o sospecha de COVID-19 (asintomáticos y quienes hayan superado la enfermedad). Zona COVID-19: aquella parte del centro ocupada por residentes con infección y Zona de Cuarentena: la parte ocupada por residentes con síntomas compatibles sin confirmar (casos sospechosos de infección por COVID).
Desescalada interior
En la Etapa 1, en el caso de las residencias mixtas, el centro garantizará que los usuarios del grupo a), es decir, sin síntomas y sin contacto estrecho con caso posible o confirmado de COVID-19, no accedan a las zonas donde se encuentren los usuarios de otros grupos. En las mixtas y sin COVID, se permitirán a estos usuarios las salidas y se abrirán los espacios comunes para la realización de actividades, siempre respetando la distancia mínima de 2 metros en los centros. Los usuarios deberán llevar mascarilla quirúrgica.
Los ancianos sin síntomas y sin contacto estrecho con pacientes podrán realizar paseos en zonas al aire libre como el jardín, patio, huerto, o terraza, “siempre con supervisión, y acompañamiento en caso de personas no válidas”, y con un aforo qye garantice la distancia de seguridad entre personas. La duración de la salida podrá ser de 60 minutos máximo. Se podrá aprovechar la salida para realizar ejercicios de estiramientos, movilización o fortalecimiento musculas. Las sillas, bastones, andadores u objetos tocados en la zona exterior se limpiarán y desinfectarán.
Para estos usuarios, se podrán recuperar espacios comunes, como el comedor, aunque los residentes deberán estar repartidos por turnos “para evitar concentraciones y siempre que se garantice la distancia de seguridad de dos metros”. Las mesas que no garanticen la distancia mínima de 2 metros entre comensales deberán estar ocupadas por una sola persona.
Las zonas contempladas en esta Etapa tendrán los mínimos elementos imprescindibles “y, a ser posible, de fácil limpieza y desinfección (sillas y mesas de material liso lavable impermeable); se evitarán elementos de tela, moquetas, alfombrillas, cortinas, y decorativos o elementos sin función o innecesarios”, establece en Plan.
Mientras, los residentes del tipo d), es decir casos confirmados, podrán salir de las habitaciones para pasear y acceder a las zonas comunes siempre que sean exclusivas para este grupo en el caso de las residencias mixtas. En las residencias COVID, es decir, aquellas con todos los residentes confirmados de COVID-19, los usuarios ya sean sintomáticos o asintomáticos, “podrán circular por aquellas zonas en las que la propia organización del centro lo permita y realizar actividades comunes entre ellos”.
¿Y en la Etapa 2? Se podrán habilitar zonas cerradas y reanudar progresivamente actividades que impliquen distancias interpersonales menores de 2 metros. Se permitirá el acceso de profesionales de peluquería, podología, actividades de envejecimiento activo, estimulación física y cognitiva. Se podrán abrir las sala de TV, comedor en planta, organizando el centro el horario de distribución de residentes, manteniendo la distancia de seguridad y cumpliendo con las medidas preventivas (distancia de seguridad y usos adecuados de EPIs) por parte del trabajador y residentes.
Test para trabajadores y usuarios
Durante el proceso de desescalada se realizarán, a todos los trabajadores que presten servicios en los centros residenciales, pruebas diagnósticas para poder determinar que no son portadores de la enfermedad o que ya la han sido y no la transmiten. Estas pruebas se realizarán, además, “de forma periódica para ofrecer mayor garantía de que ningún trabajador sea portador/transmisor del virus, al menos mientras exista la alerta epidemiológica”.
En el caso de que un trabajador tuviese síntomas compatibles con COVID-19, además de procurar realizar pruebas diagnósticas de confirmación de COVID-19, se deberá proceder a la realización del estudio de contactos en trabajadores expuestos. La reincorporación de los trabajadores deberá producirse con una prueba diagnóstica PCR negativa u otra prueba que determine que ya no son portadores de la enfermedad.
En el caso de ingresos por prioridad social, o reingresos tras una estancia hospitalaria o domiciliaria de usuarios, la persona deberá estar asintomática al menos en los últimos 3 día, y presentar una prueba PCR negativa realizada al menos tres días antes del ingreso. En caso de no poder presentar la prueba diagnóstica, por razones de urgencia, será sometida a aislamiento preventivo durante 14 días.
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