La crisis por el bulo de Vox sobre las ayudas de 3.000 euros a los enfermos de ELA se ha llevado por delante al director de gabinete del presidente del Parlamento de Castilla y León, Carlos Pollán, que cesó el jueves a José Antonio Maté cuando no había cumplido un año en el cargo. Maté había saltado del Partido Popular a Vox para ser la mano derecha de Pollán, debutante en política. Con un perfil más moderado pese a haber entrado en las filas de la extrema derecha, Maté estaba en cuestión por no ceñirse a las imposiciones de su nuevo partido, con un ritmo marcado desde la sede de la calle Bambú de Madrid y por el choque continuo con el secretario del Grupo Parlamentario, David Hierro.
El tuit en el que Vox aseguraba que no se había aprobado una enmienda de Ciudadanos para dar 1.000 euros al mes a los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica y que aún se mantiene, ha sido el detonante. No sólo pusieron en marcha un bulo que se desmontaba fácilmente, y así lo hizo la Asociación de Enfermos de ELA en Castilla y León, sino que generó un enfrentamiento con el socio de gobierno al recular afirmando que había sido el PP quien lo había explicado así.
José Antonio Maté, curtido en la estrategia política, fue la piedra de toque entre Carlos Pollán y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo. Hace unos meses, cuando García-Gallardo afirmó en un Pleno de las Cortes que el PSOE era una “banda criminal”, Pollán instó a que retirase esas palabras y lo hizo varias veces ante la negativa del vicepresidente. Resolvió entonces que no se reflejaría en el Diario de Sesiones. Lo hizo después de que tras varias salidas similares de García-Gallardo en ocasiones anteriores se hubiese cuestionado su capacidad para presidir el Parlamento por falta de imparcialidad. Pero eso generó, en privado, una monumental bronca con García-Gallardo y unos días sin que ambos se dirigiesen la palabra. Y señalaban a Maté como el causante del problema.
Con el tuit de la ELA aún fresco, Maté no logró que el Grupo Parlamentario se desdijese del todo y mucho menos que lo eliminase. A ello suma la más deslucida celebración del Estatuto de Castilla y León en su 40 aniversario, que arrancó con un discurso de 12 minutos de Pollán vacío de contenido. Ni se habló de Comunidad, ni de Estado de las Autonomías ni de nada parecido. Coherente con el ideario de Vox que quiere eliminar las autonomías, pero chocante por estar al frente del Parlamento autonómico. A eso se sumó el desplante de los expresidentes de la Junta del PP, que no acudieron al acto, a excepción del socialista, Demetrio Madrid.
José Antonio Maté fue gerente del PP de León, jefe de Gabinete del Alcaldía, cuando Antonio Silván era regidor de León y jefe de gabinete del alcalde de Palencia, Alfonso Polanco. Previsiblemente acabará su trayectoria en la fontanería de la política con el rechazo de Vox que, eso sí, le agradecerá los servicios prestados, una fórmula habitual cuando se formalizan los ceses.