La `exprocuradora de Ciudadanos ahora no adscrita, María Montero, no descarta acudir al Tribunal Constitucional para defender su derecho de participación política, después de que la Mesa de las Cortes le niegue la posibilidad de presentar una moción sobre el pequeño comercio. La negativa está fundada en el Reglamento de las Cortes, que según Montero “es interpretable”. Así, ha explicado que en el Pleno anterior defendió una interpelación sobre el asunto, y que lo habitual es que las interpelaciones se sustancien posteriormente en mociones.
“Lo denuncio públicamente. La Mesa dice que el Reglamento no permite presentar una moción si no se está en un grupo parlamentario, pero tampoco me permiten pasar al Grupo Mixto”, ha declarado. Efectivamente, la normativa del Parlamento de Castilla y León está blindado para los tránsfugas, e impide que un procurador haya pertenecido a distintos grupos en una legislatura. “Intentan hacerme la vida imposible para que yo abandone las Cortes, para que me vaya y no me voy a ir. Quitarles la mayoría les ha hecho mucho daño porque estaban acostumbrados a vivir en la mayoría absoluta el PP y con Ciudadanos a un gobierno fácil. Les han sacado de su zona de confort cuando estaban acostumbrado a pasar el rodillo, y hacer con la Comunidad lo que han querido”, ha criticado la procuradora salmantina.
María Montero ha ofrecido la rueda de prensa desde la biblioteca de las Cortes, un edificio “enorme” y “con multitud de despachos vacíos” a los que no se le da acceso. “Lo hacen para castigarme, no me importaría compartir un despacho, pero es que incluso respecto al material, tengo un solo armario en lugar de los dos que me corresponden, no puedo ni guardar la maleta ni cosas personales, y la semana pasada he trabajado aquí mientras se desarrollaba una visita guiada”, denuncia. M59ontero también recurrió a la Mesa para que se le asignase un lugar más adecuado y más medios pero se le respondió que el Reglamento no especifica nada al respecto. “No es una cuestión de si se habla de un sitio o no, es cuestión de voluntad”, lamenta.
Pero, desde el pasado 19 de marzo, momento en que la procuradora abandonó Ciudadanos, las cosas no han hecho más que empeorar. La última jugada es que se le asignó el escaño 59 y se retiraron los asientos que lo rodean, según Montero, para evitar que otros procuradores puedan sentarse a su lado para comentar algo con ella durante los Plenos. Está aislada. “Me parece algo de patio de colegio. Mi escaño está junto al Grupo Mixto pero han quitado las tres butacas que había entre el escaño de la procuradora de Vox y el mío. Esto lo permite las Cortes por medio de su presidente y vicepresidente. No hay democracia cuando están cercenando mis derechos”, reclama.
Respecto a la posibilidad de “ejercer acciones legales” recurriendo en amparo al Constitucional, recuerda Montero que en otros parlamentos, diputaciones y ayuntamientos, los no adscritos sí han podido integrarse en los grupos mixtos. “No me han quitado el voto pero sí la voz, porque no puedo fijar mi posición y explicar por qué voto una cosa u otra. Este Reglamento es injusto, se redactó para que cuando algún procurador se fuera o se le expulsara, se quedara sin derechos y no ocurre en otros parlamentos”, apunta.