La extrema derecha tiene en sus manos el Gobierno de Castilla y León. El Partido Popular, con 31 escaños, ni siquiera roza la mayoría y si quiere alcanzarla necesita a Vox, que obtiene un resultado excepcional con 13 procuradores. El adelanto electoral ha traído una victoria amarga a Alfonso Fernández Mañueco. El PP solo ha ganado dos escaños más que en 2019 y estará obligado a cambiar de socios tras el hundimiento de Ciudadanos que pierde 11 de sus doce escaños. El Partido Popular obtiene ahora el peor resultado de su historia en Castilla y León al haber conseguido solo el 31,43% de los votos con una pérdida de 0,06 puntos respecto al 2019 y 55.000 votos menos de los que logró entonces.
Vox multiplica su fuerza: suma un total de 13 escaños desde el único con el que contaba y el partido de Santiago Abascal ya ha repetido en las últimas semanas que ha llegado al momento de entrar en los gobiernos. Hace dos años, Francisco Igea, que resiste como el único representante de Ciudadanos en Castilla y León, exigió cuatro consejerías, además de la vicepresidencia y la portavocía. En sus primeras palabras, Santiago Abascal, ya ha advertido de que a su candidato Juan García Gallardo “se le está poniendo cara de vicepresidente” dando a entender que esa será una de las condiciones para garantizar la investidura de Mañueco.
Sobre la formación del futuro Gobierno, Fernández Mañueco ha adelantado en su primera comparecencia que “el mandato” de las urnas “es claro: gobierno del Partido Popular, con diálogo y acuerdo”. “Voy a empezar el diálogo con todos. Voy a dialogar con todos para formar un gobierno de todos y para todos. Quiero alcanzar acuerdos para tener un gobierno eficaz, estable, sin la amenaza de mociones de censura”. En cuanto al orden de ese diálogo, Mañueco ha explicado que comenzará las conversaciones con los partidos que han obtenido mayor representación.
Tras el PP, ese partido es el PSOE, que ha perdido la condición de primera fuerza y ha sufrido un desplome, de los 35 escaños de 2019 a 28, lastrado por las candidaturas de la España Vaciada. Su candidato y líder en Castilla y León, Luis Tudanca, ha asumido la derrota electoral y ha dejado entrever una posible dimisión tras más de siete años al frente del partido en la región. “Durante estos siete años y medio como secretario general del PSOE de Castilla y León y como candidato lo hemos dado todo, lo he dado absolutamente todo, Me he vaciado por esta tierra a quien tanto quiero, pero no ha sido suficiente. Tened claro que otros vendrán que harán más y que el cambio llegue a esta tierra”, ha concluido.
Por provincias, el PP solo ha ganado en Salamanca, Ávila y Segovia. En León, Palencia, Valladolid y Zamora han empatado en procuradores con el PSOE, pero con los socialistas por encima en votos. En Burgos se impone el PSOE y en Soria la candidatura de Soria ¡Ya!.
Unidas Podemos, que por primera vez concurría en coalición, pierde uno de los dos diputados que habían logrado por separado. Unión del Pueblo Leonés ha pasado de uno a tres escaños, y Soria ¡Ya! es la gran triunfadora de la noche, que irrumpe en el Parlamento de Castilla y León con tres procuradores, más del 40% de los votos en la provincia y la mitad de los votos en la capital, un registro similar al que logró el PSOE en 2019. Sin embargo, el resto de plataformas no consigue representación. La candidatura España Vaciada se queda fuera en el resto de provincias: ha conseguido en total 20.000 votos, un 1,6% de los votos. Por Ávila mantiene el único escaño que tenía, aunque incrementa su respaldo electoral.
Ciudadanos se ha convertido en el gran perdedor del 13F con una caída evidente: de 12 escaños pasa a 1. El que fuera vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, volverá a pisar el hemiciclo, pero en solitario y formando parte del Grupo Mixto junto a UPL, Soria Ya!, Unidas Podemos y Por Ávila.
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