Mañueco asume el discurso de Vox sobre la “inmigración ordenada” y la “violencia intrafamiliar” y pide que se le juzgue por sus acciones

Laura Cornejo

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El presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, ha comparecido este viernes ante los medios para repetir que su pacto con Vox es “un triunfo para Castilla y León”. Además de descargar la responsabilidad del acuerdo que convierte a la Comunidad en la primera en la que gobierna la extrema derecha, en Pablo Casado, Mañueco ha intentado aligerar los puntos más controvertidos del pacto y que asume postulados del partido de Santiago Abascal. “Lo único que les pido a todos es que no nos juzguen por lo que ustedes piensan que puede ocurrir y que nos juzguen por lo que vamos a hacer”, ha dicho. “Yo creo que puedo pedir eso, que se me juzgue por lo que hago y por lo que digo, no por lo que alguien piensa que puedo hacer o decir”, ha añadido.

Mañueco aseguraba hace una semana que Castilla y León no tendría “un gobierno machista, racista o xenófobo”, pero no ha sabido explicar por qué acaba pactando con Vox, que niega la violencia de género y asegura que los “ciudadanos del Norte de África” son la “verdadera amenaza” para las mujeres. “Yo le digo ¿ha encontrado usted algún elemento machista, racista o xenófobo en el documento que hemos firmado? Le pregunto yo a usted, porque a lo mejor yo lo he leído y no lo he encontrado”, ha respondido a pregunta de eldiario.es. Lo cierto es que Vox, que 24 horas antes de firmar el pacto, exigió al PP, entre otras muchas cosas que un compromiso para que la Junta de Castilla y León “colaborase con la Policía” para “expulsar a ”inmigrantes ilegales“, consiguió colocar un punto sobre inmigración en el pacto, en concreto el último, que dice textualmente que Castilla y León promoverá una ”inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de Castilla y León“.

La “inmigración ordenada”, un concepto que no ha aclarado

Mañueco no ha podido explicar en qué consiste la “inmigración ordenada”, aunque lo ha intentado: “La inmigración ordenada es precisamente eso...atender a lo que es el recibir a las personas, a las que, bueno, permite la ley que puedan venir a nuestro país y a la Unión Europea, de eso sabe usted perfectamente como yo, y por supuesto vamos a estar...esta tierra es una tierra de acogimiento porque durante el último siglo y medio hemos sido tierra de emigración a otras comunidades autónomas, a otros países de la Unión Europea y a otras latitudes fundamentalmente Iberoamérica, por tanto nosotros somos una tierra de acogida y bueno, yo traslado la tranquilidad a todo el mundo de que somos una tierra de acogida y sobre todo vamos a ser un gobierno que vamos a atender a los inmigrantes que vengan a esta tierra y que respeten la ley, lógicamente”, ha comentado entre titubeos. Teóricamente no habría cambios, porque además la Junta de Castilla y León carece de competencias para regular la inmigración o para expulsar a ciudadanos de otros países. Así, al preguntarle por qué se incluye en el pacto un punto que no cambia nada, ha zanjado la cuestión. “Pues para que quede claro”, ha respondido.

Una “ley de violencia intrafamiliar” para proteger “a las mujeres y a sus hijos”

Respecto al desarrollo de una “ley de violencia intrafamiliar”, un término con el que Vox pretende borrar el de violencia machista o violencia de género, el presidente ha recordado que la ley “mejorará” un “plan de violencia intrafamiliar” que la Junta de Castilla y León puso en marcha en 2019 y que expirará en 2023. Lo cierto es que el plan se denomina “plan de prevención de la violencia en el ámbito familiar”, si bien en el mismo se menciona la violencia intrafamiliar. “Da igual como se llame”, ha dicho Mañueco al tiempo que justificaba su mejora para proteger a mujeres y niños, entre otras víctimas.

El propio contenido del Plan desmiente las explicaciones del presidente. “Algunas manifestaciones de la violencia intrafamiliar cuentan con un marco jurídico y una red específica de actuación, como es el caso, por ejemplo, del maltrato infantil o de la violencia de género que, tras las reformas llevadas a cabo por la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, han reconocido la condición de víctimas de esta violencia a los hijos menores y a los menores sujetos a su tutela, o guarda y custodia, de las mujeres que sufren esta violencia y, en consecuencia, destinatarios por derecho propio del sistema de protección contra esta lacra social, algo que ya había reconocido en nuestra comunidad la Ley 13/2010, de 9 de diciembre, contra la violencia de género en Castilla y León, que reconocía como víctima no solo a la mujer sino también a las personas que de ella dependan”, dice la introducción. Sin embargo, Mañueco ha justificado el desarrollo de la nueva ley para que haya “una protección mayor” para las personas que puedan padecer violencia “en el entorno familiar” o la vicaria, algo que que está ya protegido por la Ley de Violencia de Género, como recoge el propio plan que pretenden convertir en ley. Aun así, el presidente ha asegurado que ambas leyes “coexistirán” y que no se derogará la de Violencia de Género, una exigencia de Vox al arrancar las negociaciones del pacto.

Un punto sobre el “adoctrinamiento en las aulas”, inexistente según Mañueco

Mañueco no ha sido concreto sobre el punto del pacto que dice que el nuevo gobierno considerará “un modelo educativo basado en el mérito, el esfuerzo y la capacidad, que tenga por objeto la excelencia, generador de oportunidades y libre de adoctrinamiento ideológico” y ha descartado que la parte que habla del “adoctrinamiento” se refiera a la puesta en marcha del pin parental. “El adoctrinamiento ideológico es el adoctrinamiento ideológico”, ha dicho, para a continuación negar que lo hubiese en las aulas de Castilla y León. “Nos parecía importante hacer hincapié en esta materia”, ha justificado.

Por último, Mañueco ha comentado que todavía no hay una decision sobre qué consejerías que ocupará Vox, que tendrá tres y que no hay fecha aún para su debate de investidura.