El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha participado este martes en un mitin en Valladolid junto al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo y el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. En el calor del discurso que estaba dando en la plaza de San Pablo, ha perdido la noción de cuáles eran sus competencias o de cómo se entra en cualquier ciudad. Carnero ha arremetido contra su antecesor en el cargo, el ahora ministro de Transportes, Óscar Puente, para llamarle “innombrable” y “aprendiz” y “bufón” de Pedro Sánchez.
“Sabemos que el aprendiz no había hecho nada por la Ciudad de la Justicia -el proyecto para unificar todas las sedes judiciales de la ciudad- y empezamos a encarrilarla, a ver si quieren desde el Gobierno de España”, ha dicho. Lo cierto es que el asunto está atascado en el Ayuntamiento desde hace un año y que el Ministerio de Justicia sigue a la espera de que el Ayuntamiento firme la cesión del terrenos, sin ese trámite, el Gobierno no puede avanzar.
“No había hecho nada con la Estación de Autobuses y gracias a Alfonso Fernández Mañueco, vamos a tener remozada la Estación de Autobuses”, ha llegado a afirmar. La realidad es algo distinta, la estación depende de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid no puede intervenir, no le compete. De hecho, la estación, con un deterioro notorio y sin un sólo panel informativo que funcione, apenas se ha tocado en décadas, pero porque la Junta ha ignorado las quejas de los usuarios mientras esperaba a que el proyecto de soterramiento fallido de Javier León de la Riva, alcalde en cuatro mandatos, saliese adelante y la estación se hiciese nueva junto a la de tren.
“No había hecho nada en el Arco de Ladrillo y lo que quieren es que lo demolamos ¿y por dónde entramos a Valladolid?, digo yo que ¿por dónde entramos a Valladolid?”, ha llegado a decir entre tímidos aplausos. El Arco de Ladrillo, un paso elevado sobre las vías que data de 1964, era una de las estructuras que Puente previó demoler cuando era alcalde y dentro del proyecto que pretendía integrar el tren sin soterrarlo. Carnero se ha negado a abordar esa obra y ahora se encuentra un informe de los técnicos que alerta de los riesgos de mantener la estructura, tanto por su desgaste como por el peligro que presentan las exiguas defensas laterales y que no podrían evitar la caída de un vehículo a las vías, si se diese el caso de un accidente. Pero quizás lo más curioso es que crea que al abordar esa obra Valladolid quede bloqueada y no se pueda entrar en ella a pesar de una circunvalación y cuatro rondas que hacen posible llegar desde cualquier punto.
También le ha acusado de no haber pagado la adquisición de autobuses eléctricos que presentó en enero de 2023 meses antes de las elecciones que ganó, o los ascensores de Parquesol, un barrio ubicado en una colina de fatigoso acceso a pie, y de no querer “hacer el soterramiento” para que “Valladolid sufra”.
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