La Consejería de Sanidad de Castilla y León se plantea ahora hacer extensivo el cierre perimetral de la Comunidad a las provincias más afectadas por la incidencia de la COVID-19. Así lo ha explicado este martes la consejera, Verónica Casado, que considera que las propuestas del Gobierno central para los días claves de diciembre (Nochebuena, Nochevieja y Reyes) son acordes con las del Gobierno autonómico.
Casado, que ha avanzado las propuestas que maneja Castilla y León y que se dirimirán este miércoles en el Consejo Interterritorial con el resto de autonomías, ha precisado que que apuesta por mantener el cierre perimetral de la Comunidad y que hay que “valorar” si se cierran también las provincias más afectadas, algo que Castilla y León no ha hecho hasta el momento, a pesar de la situación de Burgos, la capital española con mayor incidencia en todo el país. “El cierre por provincias está encima de la mesa y es algo que se tiene que debatir”, ha advertido. Al igual que el Gobierno central, la Junta limita las reuniones a no más de seis personas mientras que las comidas de trabajo sólo podrían celebrarse con un máximo también de seis comensales.
Respecto al toque de queda, la consejera se ha referido a mantenerlo en Castilla y León de manera similar al actual (de 22.00 a 06.00 horas) y estudiar el cambio que propone el Ministerio en los tres días clave de las fiestas navideñas y que impediría la movilidad entre las 01.00 y las 06 de la madrugada.
Además, Verónica Casado también ha expresado su inclinación por cabalgatas de Reyes “evitando la asistencia de público”, al igual que en las competiciones deportivas típicas de las navidades así como que no haya campanadas en las plazas para que los ciudadanos no salgan a las calles a celebrar el fin de año.
Respecto a la situación epidemiológica en Castilla y León, Casado ha informado de una “tendencia general al descenso en la incidencia”. Según la consejera se trata de una clara bajada tras el pico a principios de noviembre y se espera que los datos sigan en descenso en los próximos 15 días. Para justificar sus afirmaciones, la consejera ha tirado de datos: en la última semana se han notificado 6.001 casos, mientras que en la anterior fueron 8.860.
A excepción de Ávila y Segovia, todas las provincias de Castilla y León tienen una incidencia por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes y el índice de reproducción del virus es de 0,8 en la Comunidad, si bien en Palencia es de 1,02. Con estos datos, Castilla y León tiene que mantenerse en el nivel 4 de alerta. El número de casos sigue siendo muy elevado en Burgos capital, donde no se van a levantar las restricciones específicas que han tomado la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento. También preocupa la incidencia en Zamora y en los municipios vallisoletanos de Laguna de Duero y Medina del Campo.
Pero por encima de estas poblaciones, están la zona de Eras de Renueva, en León, y Guijuelo y Peñaranda de Bracamonte en Salamanca, donde Sanidad va a realizar un cribado masivo con los test de antígenos de segunda generación
La presión hospitalaria se mantiene, con 1.460 personas ingresadas por COVID-19, 1.231 en planta y 229 en las UCIS, donde la ocupación es del 71%.