Agentes de la Comisaría Provincial de Burgos detuvieron la noche del pasado domingo en Burgos a un varón de 32 años como presunto autor de los delitos de Malos Tratos y Agresión Sexual a una joven de 21, según explica la Delegación del Gobierno en un comunicado. La intervención se inició después de que la mujer solicitase en la calle el auxilio de una viandante para que llamara a la Policía. La joven denunció que había sufrido una agresión por parte de su pareja quién también había roto su teléfono móvil. Dos patrullas se personaron rápidamente en la dirección indicada, encontrando a la joven en la vía pública visiblemente nerviosa, observando que presentaba marcas evidentes y compatibles con una agresión.
De forma inmediata se solicitó la presencia de personal médico para que la atendiera. En los primeros momentos la chica contó que esa tarde había sufrido una agresión sexual y física por parte de su novio, con el que había iniciado una relación sentimental sin convivencia hacía dos meses. Una vez facilitó el domicilio dónde se encontraba el presunto agresor, los agentes subieron a la vivienda procediendo a su detención, interviniendo su teléfono móvil por si pudiera contener imágenes de la víctima obtenidas contra su voluntad.
Tras los trámites oportunos y una vez que la víctima fue asistida en el hospital y estuvo en condiciones de prestar declaración acudió a dependencias policiales. Manifestó que previamente a la agresión, su novio le había exigido que ella le entregara su teléfono móvil. Ante su negativa, se lo arrebató por la fuerza para acceder a los contactos y datos del terminal.
Después este episodio, él continuó preguntando si tenía otro novio, mostrándose violento cuando le contestaba que no; por lo que golpeó el móvil de ella contra la pared hasta romperlo. Seguidamente y empleando la fuerza, la vejó, le quitó la ropa y empezó a grabarla con su teléfono al tiempo que quería obligarla a mantener relaciones sexuales. La víctima refirió que al gritar fuertemente y pedir ayuda, su agresor siguió golpeándola y finalmente la echó del piso semidesnuda, sin permitirle recoger su ropa. La joven recordó que desde el principio de la relación se había mostrado celoso y controlador y era habitual que se enfadara con ella, aunque hasta la fecha no la había agredido.