Riaño vive desde hace un par de años un resurgir turístico que acabó de impulsar la pandemia de coronavirus covid-19 con la imposibilidad de viajar al extranjero por las restricciones y el consiguiente aumento de interés por las localizaciones nacionales. La clave, dejar de mirar de espaldas al embalse y tratar de sacarle el máximo rendimiento, “ya que está”. Así lo reconoce su alcalde, Fernando Moreno: “El embalse era el enemigo, algo que todo el mundo quería olvidar, pero lo tenemos ahí y hay que aprovecharlo”.
El regidor de la montaña leonesa entiende que todavía quedan muchas heridas abiertas porque las aguas cubrieran en el 87 los pueblos de Anciles, Salio, Huelde, Éscaro, La Puerta, Burón, Pedrosa del Rey, Riaño y Vegacerneja. Quiere ayudar a sanarlas manteniendo viva en la memoria su cultura, sus costumbres y tradiciones y sus gentes que se vieron obligadas a empezar una nueva vida en otra parte, a través del Museo Etnográfico de La Montaña de Riaño. Pero ve cómo las nuevas generaciones crecen sin esa referencia histórica, sin trauma, sin haber visto el valle sin agua, y que tienen delante un recurso a explotar.
“Hay que vender la tragedia y también sacarle beneficio, igual que hace Berlín con los museos que recuerdan la Segunda Guerra Mundial y el holocausto judío”, y eso es precisamente lo que están haciendo. Desde que se puso en marcha hace tres años el barco turístico por 'los Fiordos leoneses', el número de personas que se acercan a Riaño va en aumento año a año, llena hasta los topes las plazas hoteleras y los restaurantes de la zona y rebosa visitantes a los pueblos del entorno. Quitando los meses duros del invierno, la afluencia se mantiene los fines de semana y puentes a lo largo de todo el año.
Un grupo de personas con mucho ingenio y poco dinero, pero con el apoyo del Consistorio, empezó por recuperar hace más de una década el carnaval del Antruido, que en 2020, antes de la pandemia, reunió a más de medio millar de personas en la localidad. A partir de ahí se fue entretejiendo una oferta turística para toda la familia que da para pasar un día, un par o una quincena.
Un nuevo Riaño 'vivo'
Riaño está a menos de 100 kilómetros de León capital y hora y media de coche, a elegir por tres rutas diferentes: las tres son la misma hasta Puente Villarente por la A-60 y una vez allí puedes desviarte por la CL-624 hasta Boñar, coger la LE-213 por Santa Olaja de Eslonza o la N-625 por Quintana de Rueda hasta Sabero. Desde ese punto hasta el destino, las tres rutas vuelven a ser la misma, por la N-621 hasta la otrora capital de la montaña de León.
De las anegadas por las aguas, Riaño fue la única localidad que se reconstruyó piedra a piedra, intentando recuperar la esencia de lo que fue arrebatado. Después de décadas, los vecinos empiezan a hablar de un nuevo Riaño 'vivo'. “Nuestro potencial turístico es brutal. Gente llama a gente y las primeras iniciativas que hemos puesto en marcha desde lo público funcionan. Estamos esperando a que la iniciativa privada tome el relevo”, subraya el regidor, satisfecho por ver cómo lo están consiguiendo. En este momento, la localidad suma ya dos tiendas de recuerdos y “una tienda de chucherías, ¡eso es porque hay niños!”
'El paseo del recuerdo' y las sendas a la cueva de la Vieja del Monte y la de la Mitología Leonesa de Carande están pensadas para el disfrute de toda la familia. Complementan la oferta al aire libre y en torno al medio natural las rutas de montaña por el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre y las de Picos de Europa, como la del Cares, o la Senda de Arnua para observación de la naturaleza: safaris para ver bisontes y búfalos. “Se está haciendo un gran puzle con muchas piezas muy interesante”, explica el responsable de las redes sociales del Ayuntamiento de Riaño, vecino de Carande y propietario de una pequeña empresa Alejandro Díez.
El turismo de montañeros expertos que buscan descubrir montañas casi salvajes y vírgenes como el Pico Gilbo y el de caza, ya lo tenían, pero que vayan creciendo las empresas de recursos en el pantano es algo de hace tres o cuatro años. “Tenemos que conseguir que Riaño sea el motor turístico de toda la comarca en León, como lo es Cangas en Asturias o Potes en Santander”, manifiesta Toño Matorra, vecino de la localidad. Todo ello tirando de “ingenio”, para suplir la “inoperancia política”.
El último revulsivo ha sido el columpio más grande de España. El ejemplo de que la cultura Instagram, de reducir cualquier cosa o espacio a una foto, mueve masas. Y la masa quiere tener en su 'carrete' del móvil la misma foto. ¡Bienvenida sea si crea puestos de trabajo!, coinciden los tres.
“Si el mundo es una foto, tenemos el mejor marco”
Estar a la orden del día de lo que se demanda en Internet es algo que también han entendido a la perfección en el municipio vecino de Burón. “Si el mundo es una foto nosotros tenemos el mejor marco”, sentencia a este medio su teniente alcalde, Borja Fernández, que reconoce que en los últimos años “hemos perdido el miedo y hemos salido a promocionar la Montaña de Riaño en toda España”.
Ellos también tienen un columpio (en Lario) y un banco gigantes (en Burón) que les han dado “el mejor verano” en visitantes “de la historia reciente”. Por ello, asegura, “vamos a seguir poniendo un punto de atractivo en cada localidad del municipio. Cosas creativas que nos van surgiendo y que le gustan a la gente”.
El gran reto para la comarca es mantener ese turismo conseguido con el esfuerzo de todos en los últimos años y hacerlo de calidad, con respeto al medio ambiente como se insiste desde Agenda Riaño.