La ciudad de Salamanca rinde tributo a los vecinos que, desde sus calles y plazas, llegaron a cumplir el sueño de participar en los Juegos Olímpicos, y lo hace a través de un mural junto a la Plaza de la Concordia, un mural que recuerda sus gestas y participaciones. Entre ellos está Fabián Vicente del Valle.
Hasta este otoño, en este lugar se podían ver los nombres de ilustres deportistas que nacieron o fueron vecinos de la ciudad como José Luis Sánchez Paraíso, Dori Ruano, Agustín Tamames, Blanca Cerón o Alejandro Sánchez, más de una veintena de atletas de alto nivel, y el 16 de noviembre se sumó el que faltaba, el único de ellos que llegó a ser abanderado de la delegación española, Vicente del Valle. Eso ocurrió en los Juegos de Londres en 1948.
Ahora, el mural de los olímpicos ya luce su foto y su nombre, apodado como 'Hércules olímpico'. Así se refiere a él el escritor Jorge García, autor de un libro que repasa en sus páginas las vivencias de este hombre, que tuvo una intensa vida deportiva pero también militar, investigadora, emprendedora con patentes y de promotor del deporte.
Ya en la presentación de la placa, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, recordó la dilatada trayectoria Vicente del Valle, quien tuvo opciones de hacerse con medalla en los juegos de Berlín en 1936 pero la Guerra Civil se lo impidió.
Posteriormente, ya en la cita de Londres, el que fuera campeón de España de Pesos Pesados portó la bandera de la delegación española. Sobre él, Juan Antonio Samaranch llegó a decir de él que “pasarán cien años para que alguien tenga su currículum deportivo y profesional”, según ha recordado recientemente el alcalde de la ciudad.
Sobre su vida militar, en la información facilitada por el Ayuntamiento de Salamanca, Vicente del Valle accedió a la Aviación, donde llegó a ser Coronel del Ejército del Aire y vocal del que fuera Estado Mayor de Defensa.
Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Salamanca, fue nombrado técnico de la sección Anti-Gas de Defensa Química de la ciudad, y se encargó de organizar la compañía de bomberos de Salamanca.
Colgó los guantes
Cuando colgó los guantes, no se desvinculó del boxeo sino que fue nombrado seleccionador nacional y ahondó en esta disciplina al escribir el libro 'La técnica del boxeo'. También, su ingenio le condujo a inventar un nuevo guante de boxeo que patentó en 1949.
Este modelo mejoró las prestaciones y evitó desde entonces numerosas lesiones del dedo pulgar, por lo que, según la información aportada por el Ayuntamiento de Salamanca, se convirtió en un éxito y actualmente, este diseño “se sigue comercializando en todo el mundo”.
En el campo militar, tal y como recoge la misma documentación municipal recogida, fue admitido en la base aérea de la Virgen del Camino. Años más tarde, en la recién creada Academia General del Aire de San Javier, organizó sus laboratorios de física y química, donde también fue el profesor de educación física.
Su labor castrense le llevó a recibir distintas condecoraciones, entre ellas la Medalla de la Campaña con distintivo de Vanguardia, Cruz Roja al Mérito Militar, Cruz de Guerra, Cruz del Mérito de la Orden del Águila, Cruz de San Hermenegildo y Cruz del Mérito Aeronáutico.
También fue nombrado presidente de la Federación Española de Lucha y miembro del Comité Olímpico Español, desde donde trabajó para que España acogiera en 1964 el Campeonato de Europa de Atletismo.
La Federación Española de Lucha y la Delegación Nacional de Deportes le encargaron en 1951 organizar y otorgar personalidad jurídica a los emergentes clubes de judo, con lo que impulsó la creación de una federación propia para este deporte, ha recordado el Ayuntamiento de Salamanca sobre esta figura del deporte que ya tiene su placa en el mural de los olímpicos.