Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lobato evita la humillación en el congreso del PSOE y allana el camino para Óscar López
Crónica - València, año cero: un retrato tras la hecatombe
Opinión - El bucle de la M-30. Por Neus Tomàs

El Sistema Solar más grande de España busca atraer turismo a Ciudad Rodrigo

Urano, en Carpio de Azaba (Salamanca)

Alba Camazón

5 de noviembre de 2021 22:24 h

3

Todo empezó con un grupo de amigos astrónomos amateurs y su pasión por lo que hay más allá del planeta Tierra. “Una panda de flipados con el cielo”, ríe Teresa Cazás, miembro de la asociación Astróbriga, que ha instalado el sistema solar a escala (1:290.000.000) más grande de España en Ciudad Rodrigo (Salamanca). Una iniciativa que, esperan, sirva de “revulsivo” para el municipio y la comarca. “Esto es el oeste del oeste y Ciudad Rodrigo ahora se está muriendo”, lamenta Cazás.

“La idea es crear nuevas oportunidades de desarrollo local alrededor del sistema solar”, agrega Cristina Iglesias, que ha coordinado las actividades de integración ciudadana del proyecto. “Queremos también promocionar Ciudad Rodrigo, que es una zona muy deprimida”, agrega Juanjo Rodríguez, vicepresidente de Astróbriga.

Inaugurado hace unos meses, el sistema solar de Ciudad Rodrigo ha respetado las escalas del tamaño de los cuerpos celestes y las distancias, de tal forma que cualquiera que quiera ir de un planeta a otro, lo hará exactamente a la misma velocidad –proporcionalmente– a la que viaja la luz. En urnas llenas de glicerina, los planetas y satélites flotan, cada una, en la que sería su órbita.

El objetivo principal es educativo: los millones de kilómetros que hay entre cuerpos celestes no significan nada para mucha gente, porque no se pueden hacer a la idea de qué distancia es esa. “El sistema solar es una herramienta didáctica muy potente, pero hay muy pocas herramientas para hacerse una idea”, explica el presidente de la asociación Astróbriga, Nicolás Cahén, que tiene experiencia en Cooperación al Desarrollo en materia educativa.

El tamaño de los planetas y la distancia entre ellos es una noción “muy difícil de transmitir”, agrega Domingo Benito, maestro de Ciudad Rodrigo. “A través del sistema solar podemos enseñar de todo”, asegura, más allá del orden de los planetas. “Queremos despertar el interés y la vocación científica y cultural”, remata.

Benito coordina un grupo de profesores y maestros en el Centro de Formación del profesorado e Innovación Educativa (CFIE) para elaborar materiales que unan el sistema solar con todas las asignaturas posibles y formar a los docentes. “Somos de distintas áreas: inglés, Educación Física, Arte, Lengua, Física y Química, Biología, orientadores, de Historia del Arte, de Latín...”, enumera Benito. “La idea es que cada docente sea capaz de integrar el sistema solar en su clase, que haya contactos también con otros centros y usemos el sistema solar como excusa incluso para la Filosofía”, relata.

El Sol y los planetas rocosos (Mercurio, Venus, Tierra –y la Luna– y Marte) están en Ciudad Rodrigo, pero es necesario ir más allá para visitar Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Algunos de estos planetas se pueden visitar en bici y otros –como Neptuno– están a varios kilómetros de Ciudad Rodrigo. Neptuno está en la entrada del yacimiento arqueológico de Siega Verde y Plutón está a siete metros de la frontera con Portugal, y ya están hablando de la posibilidad de incluir otros cuerpos celestes en Portugal.

Con 4,8 metros de diámetro, y sujeta por una viga curvada, el Sol es una esfera de manos de latón. Antonio Pérez–Solórzano dibujó el Sol y coordinó las actividades de construcción. Inspirado en el Pabellón de exposiciones de la Secesión vienesa, el Sol de Ciudad Rodrigo es un “ovillo de manos de latón” situado en la ciudad. Más de 1.700 personas pusieron su mano en el Sol (a cambio de un donativo para financiar el proyecto, que ha costado 90.000 euros), que al final tuvo 2.941 manos. ¿Por qué unas manos? “Por la frase esa de 'Somos polvo de estrellas reflexionando sobre estrellas’. Porque al final es lo que somos. Los elementos de la tabla periódica se crean en los procesos de vida y muerte de las estrellas. Y los recuerda a las pinturas rupestres, a las primeras pinturas en las cuevas, que hacían con sus manos”, reflexiona Nicolás Cahén.

Antonio Pérez–Solórzano, arquitecto, recuerda todavía las noches de insomnio pensando en cómo diseñar el Sol. Hay otras ciudades europeas que han usado la cúpula de la Iglesia como sol para sus sistemas, pero no terminaba de convencerle la idea. “El resto de cuerpos tenían que ir a escala”, indica. Cuando planteó en la asociación realizar este cascarón de manos de latón –que fuera rígido para que no bailara con el viento y no pesara en exceso–, la respuesta fue: “Ya tenemos proyecto”.

Pérez–Solórzano destaca la importancia de que todos los cuerpos solares se hicieran por profesionales de la comarca. Un herrero ha colocado las manos poco a poco en sus ratos durante varios meses. La parte metálica de otros planetas las ha hecho otro herrero, el cristal de las urnas lo ha ensamblado un cristalero de Ciudad Rodrigo, las placas fotovoltaicas de los monolitos las ha instalado un electricista.

Los cuerpos celestes están acompañados de unos paneles informativos que han revisado astrofísicos como Javier Rodríguez–Pacheco, investigador principal del Detector de Partículas Energéticas (EPD) de la Misión Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea en colaboración con la NASA. Rodríguez–Pacheco resume su participación en el proyecto como “asesoramiento científico” en esta “joya que impulsa a Ciudad Rodrigo en el siglo XXI y que da un motivo más para visitar”.

El apoyo del municipio ha sido enorme, coinciden todos los entrevistados por este diario. “Nos hemos quedado sorprendidísimos”, asegura Teresa Cazás, que se ha encargado de la financiación participativa y el patrocinio del sistema solar. Primero fue a las empresas más fuertes de Ciudad Rodrigo en busca de patrocinios, pero pronto se animaron empresas que no están tan vinculadas al turismo o que incluso no pasaban por su mejor situación económica. “Más de cien empresas han patrocinado la iniciativa. Lo de las manos también fue una barbaridad... Fijamos diez euros para que la gente participara y poníamos su nombre en el Sol. Había gente que me preguntaba si podría regalarle una a su hijo y cosas así”, recuerda. Astróbriga agradece la ayuda económica y la disposición que han tenido la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), los empresarios locales, el grupo de acción local Adecocir, la Diputación, Iberdrola, GNV y Acofarma, entre otros.

Cristina Iglesias se ha reunido con asociaciones, barrios y pueblos para explicarles el objetivo del proyecto y cómo podría beneficiarles. “Si la gente entiende para qué está ahí, lo van a cuidar y no lo van a vandalizar”, destaca. El siguiente paso que se ha fijado Iglesias es integrar el sistema solar en Ciudad Rodrigo a través de su tejido empresarial: con menús y tapas inspirados en las galaxias, recuerdos o decoración en las tiendas o aprovechar el cielo de Ciudad Rodrigo para realizar actividades de observación. “Nos preguntamos: ¿cómo lo podemos complementar para que la experiencia sea más holística?”, remata.

“Ha sido una labor de equipo”, apunta Juanjo Rodríguez, vicepresidente de la asociación y arquitecto, que comenta cómo en su momento se barajó la posibilidad de que los planetas orbitaran –y fueran cambiando de posición– o colocar varios planetas. “No creo que pare en esto”, comenta. La asociación Astróbriga tiene todavía varios retos por delante: primero, dar difusión al sistema solar y organizar visitas guiadas y escolares. Y luego, continuar con la instalación de una treintena de placas que recuerden al visitante que pasa por la órbita del planeta y que integren el proyecto en la ciudad. También están trabajando ya en una app de realidad aumentada multilingüe y la adaptación del proyecto para personas invidentes. A estas iniciativas hay que sumar una línea del tiempo en la que se pueda recorrer la historia del universo desde el Big Bang hasta el homo erectus.

“La asociación ha crecido demasiado, ahora somos 200 personas. Tenemos que bajar el ritmo y coger fuerza. La idea a partir de ahora es consolidar”, asegura Cahén. El sistema solar de Ciudad Rodrigo pretende fomentar el turismo de calidad y desestacionalizarlo: hay mucho que ver en Ciudad Rodrigo más allá de los carnavales, la Semana Santa y los puentes.

Etiquetas
stats