Agentes del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Soria han denunciado a dos empresas que comercializaban carne de caza para consumo humano y que cometieron carias infracciones de la Ley de Ordenación del Sistema Sanitario. Según informa la Guardia Civil en un comunicado se ha comprobado que las empresas recogían piezas de caza sin que ningún veterinario realizara el primer y preceptivo examen sanitario y colocara los correspondientes precintos de identificación en el lugar de la actividad cinegética.
Posteriormente y una vez en las instalaciones, veterinarios contratados por estas empresas, colocaban los precintos de color azul y cumplimentaban los certificados sanitarios, haciendo creer de esta manera al servicio oficial de Sanidad que los cadáveres de los animales habían sido reconocidos e identificados en el lugar donde habían sido cazados. En el momento de las inspecciones, se localizaron en las instalaciones de estas empresas 28 canales de jabalíes, 18 canales de cérvidos y 3 canales de corzos, sin contar con ningún tipo de identificación sanitaria.
Según la normativa sobre la materia, las piezas de caza abatidas que puedan ser destinadas a la comercialización para el consumo humano deben ser sometidas en el lugar de la actividad cinegética a un examen veterinario con el fin de detectar posibles anomalías y verificar que la muerte no se debe a motivos distintos de la caza. Las piezas deben ser identificadas con los precintos suministrados por el Servicio Territorial de Sanidad.
El veterinario que realice el examen deberá cumplimentar en el precinto identificativo la información correspondiente al número de coto de procedencia de la pieza, la del día de la fecha de la actividad cinegética y el del número del documento de acompañamiento. Por todo ello, el Seprona de la Guardia Civil procedió a la inmovilización de las citadas piezas de caza.