Cerrado por inundación: Valladolid se recupera de las fuertes tormentas: “Hay que dar una solución global”

“En cinco minutos pasó de estar muy nublado al tormentón que vimos. Y en cuatro minutos el agua caía en cascada desde la catedral hacia abajo”, explica mientras sigue achicando agua Raquel, trabajadora de la tienda de productos de belleza de la plaza Portugalete. El agua en la calle llegaba por las rodillas y ella tuvo que empujar la puerta para intentar que no entrara agua en el local, algo que no pudo evitar. Es la segunda vez en dos años que esta zona se inunda de esta manera en la zona, y por eso los comercios colindantes exigen al Ayuntamiento de Valladolid que mejore el alcantarillado.
“Esta zona se vació porque el del bar abrió las arquetas y limpió un poco las entradas”, explica esta trabajadora desde el local. Un vecino se asoma a la tienda para dar ánimos y preguntar cuánto les ha afectado. “Hay que dar una solución global a toda la infraestructura. Valladolid está en una zona inundable y hay que corregirlo, aunque haya que invertir mucho dinero”, reclama. El 30% de las viviendas de la capital del Pisuerga están en una zona inundable por los ramales del Esgueva: en total, 46.888 viviendas.
Unos metros más adelante, Teresa trabaja junto a otros compañeros en terminar de limpiar la tienda, ataviada con un cartel que dice: 'cerrado por la inundación'. Una turista intenta que la atiendan antes de marcharse de Valladolid porque ayer vio una blusa que le gustaba. Dos minutos después, otros potenciales clientes buscan una chaqueta para pasar el frío que ha sobrevenido a la ciudad. Nada, no hay manera, la caja ni siquiera está operativa. “Llevamos en este local 20 años y se nos había inundado dos veces, pero en estos dos años ha pasado ya dos veces. A ver si el Ayuntamiento pone un protocolo de limpieza del alcantarillado”, reclama.
Amigos de los trabajadores se acercaron a ayudar con la tienda poco después, pero aún así el agua llegó al tobillo de todo el local, que también se quedó sin luz.

A esta zona, los bomberos no llegaron y los comercios y bares de la zona se apañaron como pudieron: la de la floristería, con unos sacos de tierra; el del bar, con un palé. La tienda en la que trabaja Teresa, por ejemplo, no tiene ningún producto a ras del suelo. Y aún así, se han estropeado algunos productos. Hace unos años, el portero de uno de los edificios residenciales limpiaba de vez en cuando las arquetas, según explican desde el bar. Pero como se jubiló, es una tarea de mantenimiento que ya no hacen con tanta frecuencia.
La tormenta de este martes se saldó con más de 200 llamadas al 112 y un joven atropellado, que se fracturó la pierna. Ante la falta de información oficial, el alcalde ha justificado que el equipo de gobierno “se dedica a trabajar, no a poner tuits”. Los bomberos siguen actuando en propiedades privadas y comercios en la ciudad, que tiene ya todos los túneles abiertos, aunque permanece cortado el cruce de Juan Carlos I con la calle Villabáñez (Pajarillos) porque se levantó el asfalto. La tormenta también afectó al tercer sótano del párking de la circular
El centro cívico Canal de Castilla continúa cerrado, aunque está previsto abrirlo el jueves. El centro cívico José Luis Mosquera abrirá por la tarde la zona superior, aunque la parte inferior permanecerá cerrada hasta el viernes. También está previsto abrir la piscina de Huerta del Rey a partir de las 15 horas.
Los estragos se han dejado ver también en otras zonas de la ciudad, como la playa de las Moreras o la calle Platerías, donde permanece aún el olor a agua estancada y algunos locales amontonan cajas mojadas.

La empresa pública Aquavall defiende que el trabajo fue adecuado durante la tormenta, en la que se superaron los 30 litros por metro cuadrado en una hora, lo que “sobrepasó temporalmente la capacidad de absorción de las infraestructuras existentes”. “Semejante cantidad de agua era inasumible por la red que tiene la ciudad en un espacio de tiempo tan corto. Ante un chaparrón puntual así, difícil de prever, no hay túnel o calle que pueda asumir tanta agua”, ha manifestado en un comunicado el concejal de Medio Ambiente y presidente del Consejo de Administración de Aquavall, Alejandro García Pellitero.
Aquavall aclara que las inundaciones puntuales de bajos y locales en determinados puntos de la ciudad que se produjeron durante la tormenta estuvieron relacionadas con la saturación de colectores de pequeño diámetro, especialmente en el centro histórico, donde parte de la red es más antigua. “Este tipo de situaciones, aunque puntuales, justifican la necesidad de seguir avanzando en la renovación progresiva de infraestructuras”, ha señalado Aquavall en el comunicado.
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