El surfista que tuvo que entrenar en el río Pisuerga

Alba Camazón

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“Siempre quise probar el surf, pero viviendo en Valladolid era imposible”. Las olas de Valladolid no se pueden coger; los ríos no dan de sí. Cuando tenía 32 años, Ángel Curiel 'Curi' se rompió el cuello tras una mala zambullida en el mar. En 2012 se quedó tetrapléjico, aunque ha conseguido recuperar parte de la movilidad gracias a la rehabilitación y el ejercicio: ahora tiene una hemiplejía. Se fue a Salamanca a estudiar Comunicación Audiovisual y después a Sevilla para estudiar realización de televisión.

En 2017 conoció el surf en las playas de Málaga y descubrió en este deporte una gran pasión. Animado en el festival de longboard de Salinas (Asturias), no se atrevió a ir de pie sobre la tabla, pero sí a surfear tumbado. “Fue la primera vez y lo tuve claro. He descubierto el deporte que me va a enganchar”, afirma. Y así ha sido.

Ahora, forma parte del equipo español de surf adaptado y es subcampeón de España en la categoría PS–P2 prone–asistido. Curi se llevó el quinto puesto del Mundial de Surf celebrado en California en el pasado mes de diciembre. “Es curioso, ¿no? Tengo un accidente en el mar y en vez de cogerle miedo al mar uso ese mismo espacio para la rehabilitación, consciente de que el agua nos aporta tanto a nivel físico como mental”, apunta.

Este vallisoletano vive entre Cádiz y Canarias, pero durante el confinamiento volvió a la fría capital del río Pisuerga. El estallido de la pandemia le pilló en Estados Unidos tras el campeonato mundial de surf adaptado en el que la selección española fue campeona por equipos. Curi decidió volverse a Valladolid para estar cerca de su padre, pero se encontró con un gran obstáculo: aquí no hay playa.

“Me dieron un permiso especial por ser deportista de alto rendimiento para salir a hacer deporte y yo surfeaba en el Pisuerga como podía”, relata a elDiario.es este surfista. “Era muy curioso estar en el río que me vio nacer y cómo utilizaba la corriente y la contracorriente para poder hacer ejercicio”, continúa. No podía pillar olas, pero sí remar contracorriente para fortalecer el brazo e intentar no perder la forma física.

Curi también participa en talleres de Aquavall –la entidad pública que gestiona el servicio de agua de Valladolid– para hablar sobre la importancia del agua, el deporte y el cuidado del medio ambiente. “Estamos hablando también de hacer talleres en colegios vinculados al agua, con talleres para que él [Curi] hable también de la superación, el deporte y la integración”, explica la concejala de Medio Ambiente de Valladolid, María Sánchez. La idea que tiene Curi –embajador del agua de Aquavall– es “devolver a la sociedad las cositas que me ha dado estos años”. Además, el Ayuntamiento de Valladolid patrocina a este surfista, que lleva el logo de la ciudad en sus entrenamientos y competiciones.

Este surfer destaca la importancia del agua y el medio ambiente también como elemento de rehabilitación física y psicológica. “El deporte en el medio natural nos ayuda de forma más tangible. Nos encontramos en un espacio abierto, que compartes con otras personas, en el que se respira un aire más sano, no estás encerrado. Vas en la naturaleza, observas... el ambiente es más relajado”, describe Curi, que relata cómo en Cantabria varios surfistas han detectado que las actividades en el mar reducían los espasmos en los casos de lesión medular. “Estamos viendo con la Universidad de Santander a ver si lo podemos medir esto que nosotros intuimos”, agrega.

Nadar en el mar o realizar deporte acuático le proporciona una sensación de libertad y relajación “absoluta”, también a personas con autismo o con otras discapacidades. “Tiene mucho riesgo y te obliga a estar más atento. Un niño autista está muy en su mundo normalmente, pero el surf le obliga a estar muy presente, porque si no la ola le tumba o le revuelca”, cuenta Curi, que recuerda a unos niños que entrenan en Málaga. “Te hacen caso y salen de su mundo para estar más presente. Les dabas una instrucción y la aceptaban y usaban. A sus padres les parecía increíble”, relata.

Curi apuesta no solo por fomentar el deporte adaptado en personas con discapacidad, sino por integrar a personas con y sin discapacidad en las clases, sobre todo una vez ya se tiene un nivel mínimo. “Muchas escuelas tienen miedo a mezclarnos por la seguridad o porque no saben cómo hacerlo”, explica. La modalidad de surf que realiza Curi incluye un técnico de surf avanzado que le asiste durante el ejercicio, aunque este asegura que puede practicar surf él solo en determinadas circunstancias.

Al surfer del Pisuerga no le basta con surfear en las playas de Cádiz o Tenerife como hasta ahora, y se ha fijado un nuevo propósito para este año: volver a hacer snowboard de pie.