El Sonorama Ribera, el festival de música indie de Aranda de Duero (Burgos) arrancó este jueves con claros incumplimientos de las restricciones que impone la Junta de Castilla y León para evitar la propagación del COVID-19. Los conciertos en espacios al aire libre deben celebrarse con con el público sentado y con uso de mascarillas no se puede mantener la distancia de 1,5 metros entre personas, salvo grupos de convivientes.
Aunque la organización ha sectorizado el espacio de los conciertos dividiéndolo en 5 para los 5.000 asistentes y con zonas distintas de terraza y accesos y salidas, los vídeos publicados en las redes demuestran que ni se respetó la obligación de permanecer sentado, ni la del uso de la mascarilla.
En uno de los vídeos puede observarse como parte del público salta, sube a las mesas e incluso pasea sin mascarilla.
Quien también ha tuiteado sobre el festival ha sido Jordi Évole, que ha asistido a los conciertos “fascinado” y ha asegurado que “todo el mundo” estaba “sentado y con su mascarilla”. Sin embargo, Évole muestra un vídeo en el que sólo se ve el escenario y no la zona de público.
A su tuit ha respondido otra usuaria, que irónicamente apunta “sentados y con mascarilla”, mientras muestra lo contrario en un vídeo de la zona de terraza.
Por este festival, que en ediciones anteriores ha llegado a congregar a 30.000 personas, pasarán en los próximos dos días Vetusta Morla, Amaral, La Habitación Roja o Arde Bogotá. Mientras, el festival Viña Rock, que iba a celebrarse en octubre en Villarrobledo (Albacete) ha anunciado su suspensión debido a la situación sanitaria.