La Junta de Castilla y León cuenta con un stock de sólo 60.000 dosis de la vacuna de gripe del cerca del millón de inyecciones adquiridas para la campaña de vacunación de este año, que arrancó el pasado 5 de octubre en centros de mayores y de forma generalizada para toda la población el 13 de octubre.
Hace días que en algunos centros de salud no vacunan más que a población de riesgo, y ya ni siquiera se vacuna a embarazadas ya que las 60.000 dosis que restan se reservan para los mayores de 65 años.
La pretensión de la Junta es hablar con el Ministerio de Sanidad por si se pueden recibir más unidades de las 978.750 adquiridas.
La campaña de vacunación se ha adelantado este año -tradicionalmente se inicia a finales de octubre- por coincidir con la pandemia de la Covid-19 y por el hecho de que algunos de los síntomas se pueden confundir con los del coronavirus, por lo que la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la presentación de dicha campaña aseguró que era esencial “prevenir todos y cada uno de los casos” de gripe que se pudieran dar para evitar riesgos y más “presión” al Sistema Sanitario.
No obstante, una semana después de arrancar la campaña para toda la población, el pasado 20 de octubre, y ante el elevado número de vacunados, Casado hizo un llamamiento a la “tranquilidad” y aseguró que habría “dosis de vacuna para todos” y precisó que la población podría vacunarse a lo largo de octubre y noviembre.