El juez encausa a tres personas por un delito de odio y resistencia a la autoridad tras increpar a simpatizantes de Vox en Valladolid

El Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ha concluido la instrucción de la causa en la que investigaba a tres personas por increpar, insultar y amenazar a varios simpatizantes de Vox, que habían instalado una mesa informativa en la calle Embajadores de Valladolid, y por forcejear con los agentes de Policía cuando trataban de identificarlos. Los tres investigados tendrán que sentarse en el banquillo por un delito de odio y otro de resistencia/desobediencia. El altercado tuvo lugar el pasado 23 de marzo sobre las 13,45 horas. Según el juez, en la mesa se encontraban J. C. M.N G., J. R. D. C.“ y otras personas relacionadas con Vox. Junto a la mesa se colocó L. M. P. H. quien ”comenzó a realizar fotografías, a reírse de los componentes de la mesa y a incitar a los transeúntes a hacer lo mismo“.

Pasadas las dos de la tarde, otras personas se unieron a L.M.P.H, que en voz alta llamó “fascistas de mierda” y “putos maricones” a quienes estaban al cargo de la mesa y los acusó de defender “la puta mierda de la corrupción”, al “rey corrupto” y a una “bandera manchada de sangre”. Además les instó a marcharse del barrio y los amenazó de muerte“. Siempre según el auto judicial, el hombre se dirigió especialmente a uno de los simpatizantes con las palabras ”hijo de puta, te voy a buscar por todas las mesas de Valladolid, te voy a matar“, dio manotazos a la carpa y lo agarró de la pechera para intentar golpearle, cosa que no consiguió.

A pesar de que dos compañeros protegieron al hombre amenazado y que un compañero de L.M.P.H , le agarró del cuello para contenerlo, se zafó y siguió amenazando. También incitó a los transeúntes a que apoyasen su postura. Hasta el lugar de los hechos se desplazó la Policía, que habló con quienes estaban al frente de la mesa de Vox, pero L.M.P.H se acercó para decir que quería “denunciar” y que había llamado a varios amigos para que echasen de su barrio a esa “gente fascista y asquerosa”. Los policías le requirieron la documentación y le dijeron que le iban a sancionar en base a la Ley de Seguridad Ciudadana.

Mientras, se había acercado el matrimonio formado por P. J. G. G. y M. I. G. G. El marido recriminó a los agentes que su función no era defender la mesa sino “echarles del barrio” mientras que uno de los policías le decía que todos tenían derecho a estar allí. Este segundo hombre se interpuso entre los agentes y el que había comenzado el altercado. La mujer también increpó a los agentes, a los que llamó, entre otras cosas “fascistas”. Los hechos fueron grabados por algunos testigos que estaban en la zona, si bien el auto no hace referencia a las imágenes.

“Dado que impedían la actuación con L., e insistían en entorpecer la labor policial, fueron requeridos también para que se identificasen”, continúa el auto. El matrimonio se negó y un agente dijo que los tres iban a ser trasladados a comisaría, momento en que volvieron a increparlos, a empujarlos y a agarrarlos. “A ti todavía re doy dos hostias” llegó a decir uno de ellos cuando lo iban a meter en el vehículo policial. La situación se complicó hasta tal punto que tuvo que llegar otra dotación policial porque los tres se resistían a la detención a golpes y patadas.

En el auto que transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado, el juez aprecia indicios de delito para juzgar a los tres investigados: a uno, por un delito de odio y otro de resistencia/desobediencia. A los otros dos encausados, el matrimonio, les imputa sólo el delito de resistencia. Con esta resolución, el magistrado da un plazo de diez días a las partes para que digan si se abre juicio oral, en cuyo caso las acusaciones deberán presenten sus escritos de acusación; también cabe la posibilidad de solicitar el archivo o, de manera excepcional, pedir más diligencias complementarias.

En la misma resolución, notificada este viernes a las partes, el instructor ha sobreseído la causa contra los agentes al no considerarlos responsables de las lesiones que sufrieron dos de los encausados al resistirse a la actuación de los agentes para que no pudieran detenerla y ponerle las esposas. A este respecto, el juez señala que tales lesiones “no aparecen causadas de modo doloso, y cabe deducir tras las diligencias realizadas que tampoco culposo. Se enmarcan por un lado en el curso de las inmovilizaciones y por otro y sobre todo en los actos propios, el agarrarse de la mano (teniendo I. la muñeca lesionada previamente) y tirar para no ser separados, cuando los policías les decían que no lo hicieran, que se estaban causando daño”.

La intervención policial fue cuestionada por el alcalde Óscar Puente, que pidió explicaciones a la subdelegación del Gobierno. “No creo que ofreciera ningún peligro ni una gran resistencia, una mujer normal, con su trabajo, sin ningún tipo de antecedente penal que acabó en el suelo esposada de mala manera, a mí eso no me gusta, y esto sólo se produce en actos de estos señores, en actos de otras formaciones políticas no se producen este tipo de situaciones”, declaró tras conocer las detenciones.