Desvelado el misterio. No era un vídeo deepfake de un perro robot de Boston Dynamics paseando en León el que se hizo viral el pasado 8 de octubre. Era real. Y bien que lo hemos podido comprobar. La empresa leonesa propietaria de Spot –que es como se llama este modelo robótico de la empresa estadounidense– lo volvió a pasear por la calle central de León, Ordoño II, montando un enorme revuelo con la gente sorprendida y arremolinada ante el espectáculo... y, en una curiosísima estampa, los perros reales ladrándole e intentando interactuar con él.
Esta máquina, que tanto se parece a un animal en sus movimientos, pertenece a una compañía tecnológica de León. Sí. Y precisamente hoy Plain Concepts –una multinacional miembro de Aletic con sede en León y presencia en nueve provincias españolas y seis países– anuncia en Madrid que se va a encargar de desarrollar en España el software para las herramientas de este perrobot tan peculiar y sorprendente.
Su CEO, Pablo Peláez, acordó que Spot, como se llama este modelo robótico de Boston Dynamics, realizase una visita a la redacción. Y la cosa se volvió un tanto loca, sobre todo con la enorme expectación que se creó en la calle Ordoño II con la gente alrededor, dijéramos que alucinando en estéreo. Hasta el robot se puso un poco nervioso –si es que es posible eso en una máquina controlada por unos y ceros– porque necesitó un cambio de batería.
Y también algo distópica, puesto que los perros que circulaban por la avenida central leonesa comenzaron a interactuar con este simpático autómata. Primero con miedo, luego con precaución, luego ladrándole y al final, como no podía ser de otra manera, oliéndolo. Todo entre la diversión de los humanos que lo rodeaban.
Pero Spot, por muy simpático que parezca una vez has estado unos minutos con él, impresiona en el primer vistazo. Incluso da un poco de miedo verlo actuar como cualquier otro animal. Es lo que se llama el valle inquietante –una especie de rechazo inicial del cerebro humano ante los robots demasiado similares a la naturaleza, dándose cuenta de que no es biológico; aunque es más fuerte en cuestión de androides con forma humana–, ya que da un poco de cosa verlo actuar como si de un animal se tratara. Sobre todo al subir escaleras, con el ruido de los actuadores de sus patas.
Lo de subir (y bajar) escaleras es quizás lo más impactante. Lo hace solo. Aunque se dirija con un mando a distancia –con una cámara que permite a su operador ver por dónde transita– su programación le permite superar toda clase de obstáculos. Y lo hace a buena velocidad. Tanta, que si delante de él hay un humano, éste debe transitar el tramo de escaleras a un más que buen ritmo. El sonido, como se ve en el vídeo, es lo que más impresiona. Una especie de 'chuic, chuic, chuic' constante que deja clara la presencia de Spot. Y cómo observa los escalones antes de afrontarlos, bajando uno de sus extremos como si estuviera olfateando el lugar, aunque lo que hace es calcular las posiciones de las paredes y la inclinación de los peldaños para afrontarlos con decisión
Y es que este perrobot está diseñado como un todoterreno. Sube escaleras, cuestas, escombreras, zonas rocosas difíciles de transitar para un humano y, además, no se cae. Conserva el equilibrio de forma sorprendente. Incluso si se le intenta tirar a mala leche.
Labores de videovigilancia y rescate
Sus funciones son variadas, sobre todo si se le incluye un brazo robótico en su lomo (el vídeo de aquí abajo ya da un poco más de cosa), ya que aparentemente no tiene cabeza como tal. ¿Para qué sirve? Para lo que la tecnología quiera. Y en eso están los de Plain Concepts, desarrollando programación para todo tipo de trabajos que se les venga a la cabeza.
Pablo Peláez lo explica de forma clara, tecnológica, pero sencilla: “Aprovechamos la plataforma para en la parte de arriba del robot desarrollar software para utilizar instrumentación que se le pone en el lomo para videovigilancia autónoma, ya que Spot es capaz de hacerlo él solo y enviar las imágenes. O crear gemelos digitales ya que es capaz grabar día a día todo lo que hace enviando con un Lidar [un tipo de láser] una nube de puntos con los que crear una imagen 3D con lo que el cliente, por ejemplo en una obra, puede ver las diferencias de un día para conocer cuánto está acabado del proyecto o detectar algún error de construcción. Sus posibilidades son infinitas. Esto es una oportunidad para León. Hay muy pocas empresas que desarrollen este tipo de tecnología”.
Plain Concepts no vende el cacharrín –cuya versión básica ronda unos 63.000 euros, 77.500 la versión más avanzada–, como se ha indicado en algunos medios de comunicación. Lo que hace es crear el software que lo controla. “Nosotros lo que hacemos es el programa que hace eso. Hay que tener en cuenta que sirve para rescates, puede subir montañas, digamos que lo bueno que tiene –que es lo que pagas– es que el robot sabe andar y mantener el equilibrio, que es lo importante. Lo que no puede es estar en el agua, se puede mojar, pero no sumergirse ni nadar”, concretó su CEO.
Peláez recuerda eso sí, que pese a que sea tan vistoso y parezca un animal de compañía, Spot no lo es. “Es un robot industrial, no una mascota aunque lo parezca por la apariencia que tiene y porque es divertido por lo que piensa la gente”, puntualizó. Y reconoció divertido: “el otro día se nos fue de las manos el asunto, estábamos grabando su paseo para una acción de marketing y al final alguien lo grabó dentro de un coche y lo hizo viral por WhatsApp... y mira la que se montó”.
Pudimos comprobarlo, incluso tocarlo y pasarle la mano por el lomo y, la verdad, una vez te acostumbras a él parece que es un animal más de la casa. Aunque cuando se marchó, pensándolo bien, seguía dando un poco de vértigo ver cómo la tecnología cada vez se parece más a la naturaleza. Y da que pensar qué ocurrirá con estos autómatas cuando hagan trabajos de verdad, cómo interactuarán las personas con ellos. Sobre todo en labores de vigilancia, ya que podría darse el caso de que fuera atacado por indeseables; que poco podrían hacer, porque ya les habría grabado en vídeo.
¿Pero qué pensó Pablo Peláez, este genio leonés de la informática, cuando lo vio por primera vez? “Me llamó mucho la atención, la verdad es que cuando lo ves subir escaleras, cuando lo empujas para que se caiga y él mantiene el equilibrio automáticamente es muy, muy espectacular. Sobre todo las reacciones de la gente son lo mejor”.
Él ya está acostumbrado y le parece más natural, así que le preguntamos si lo sacaría más a pasear por León. “Cuando en Plain Concepts tengamos desarrollado algo más chulo, dentro de seis o nueve meses, se lo mostraremos a todo León y lo verá toda España”, prometió.