Un equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha descubierto en la localidad soriana de Deza un campamento romano y la ciudad celtibérica de Titiakos, que han pasado desapercibidos durante más de 2.000 años y que previsiblemente se crearon para que sus habitantes se defendieran durante las guerras sertorianas de Pompeyo, que finalmente ganó la guerra civil en Roma.
También se ha hallado una cantera de caliza que fue explotada “de manera rápida y de una sola vez” para la construcción de este gran campamento militar, indican desde la Politécnica en un comunicado.
La investigación, publicada recientemente en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, se ha realizado en la localidad de Deza (Soria) a cargo de un equipo del departamento de Ingeniería y Morfología del Terreno de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPM, junto a otro equipo de Patrimonio de las Obras Públicas del departamento de Ingeniería Civil.
Hasta el momento se desconocían todos estos yacimientos arqueológicos, que se han detectado recientemente gracias a la comparación en fotografía aérea de la geomorfología de las laderas de esta hoz con las hocecillas del resto de los arroyos que atraviesan la altiplanicie de la falda de la Sierra de Miñana.
Todas las hocecillas presentan un relieve idéntico, con laderas muy regularizadas hasta una superficie de erosión, excepto ésta, que tenía en su salida unas oquedades relativamente grandes en su ladera izquierda, con tramos de un camino excavado en roca y con roderas por el paso de carretas que accedía a la cantera por la parte de aguas arriba de la hocecilla.
Son tramos “fácilmente identificables” que terminan en un precipicio de 40 metros donde hay un gran bloque de piedra de 2,5 toneladas, visible desde el pueblo y “rodeado de misterio, ya que no se comprendía porque se había construido”, ya que la ruta no iba a la ciudad de Titiakos, sino que subía “inexplicablemente” y con pendientes suaves recorriendo unos 700 metros hacia aguas arriba de la hoz hasta alcanzar el altiplano.
Un campamento militar para proteger la ciudad
El catedrático que ha liderado esta investigación, Eugenio Sanz, explica que la explotación ha pasado “totalmente desapercibida” porque el lugar y la roca “están naturalizados de tal manera que, después de más de 2.000 años, los frentes de la cantera pasaban por ser accidentes naturales del terreno”.
Añade que este campamento militar previsiblemente tenía como finalidad dar protección a la ciudad celtíbera-romana por su lado “más vulnerable”.
En cuanto a la ingeniería militar, el catedrático apunta que la construcción estaba “muy bien hecha”, ya que se diferencian las zonas de extracción de bloques de piedras grandes y pequeñas, según las necesidades de la obra.
Concluye Sanz que de esta cantera se extrajeron unos 12.000 metros cúbicos de piedra caliza que corresponden con el volumen y tipo de roca de los restos de los muros que todavía se conservan in situ, y de las lindes de piedra reutilizada de las fincas de labor del entorno.