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Los homenajes al franquismo que Vox quiere salvar en Castilla y León: placas, monumentos y elementos derruidos

Tumba de Onésimo Redondo, en el cementerio de El Carmen de Valladolid.

Alba Camazón

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Para Vox se trata de “testimonios históricos” y por eso los quiere conservar tal como se construyeron y colocaron durante la guerra civil y la dictadura franquista. Se trata de 187 elementos de Castilla y León que, lejos de querer resignificar, esperan mantener tal cual: lápidas de 'caídos por Dios y por España', con el yugo y las flechas —símbolos de los Reyes Católicos de los que se apropió el franquismo— homenajes a Primo de Rivera, a Onésimo Redondo y a la Falange.

Vox ha elaborado un listado de vestigios que consideran que deben ser parte del catálogo de bienes culturales de la Junta de Castilla y León. Su objetivo final es que la Consejería de Cultura, en manos de Vox, los declare Bienes de Interés Cultural para evitar que se aplique la Ley de Memoria Democrática y se eliminen, retiren o demuelan esos restos.

La Ley de Memoria Democrática establece que serán considerados elementos contrarios a la memoria democrática, entre otros, las edificaciones o construcciones, conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial. El Ministerio espera aprobar una orden “próximamente” para confeccionar el catálogo de símbolos, al que Vox quiere adelantarse.

Principalmente son lápidas y placas con cruces, aunque también llaman la atención la pirámide fascista italiana de Burgos (actualmente abandonada), el Águila de Sagardía, el monumento al general Mola, los escudos y monolitos que quieren conservar. Las asociaciones memorialistas de Castilla y León aseguran que el listado de Vox es, cuanto menos, incompleto desde un punto de vista histórico, puesto que existen muchos más vestigios franquistas en la Comunidad. “Esta gente es perezosa hasta para su inquina”, valoran desde el Foro por la Memoria de Segovia. Además, comentan que se han incluido algunos vestigios sobre los que las asociaciones no han mostrado interés en derribar.

Además, Vox ha incluido en esa lista restos que ya han sido retirados o derruidos por el paso del tiempo, como el arco del Puerto de Pico, en Ávila. Vox lo clasifica como 'Bien monumental compuesto por arco y obelisco con cruz ornamental e inscripción', pero este conjunto amaneció derruido a finales de 2021 de la noche a la mañana. El arquitecto municipal ya había alertado del mal estado de conservación del arco.

Los escombros continúan en la zona donde antes estaba el arco. Se recogieron los elementos metálicos, pero no la piedra. El alcalde de Cuevas del Valle, Alberto Martín, explica a este diario que está previsto retirar “ahora” los restos y asegura no conocer nada de la investigación que comenzó la Guardia Civil. La Benemérita atribuyó entonces el derrumbe a los efectos de las fuertes lluvias, vientos y heladas.

No es el único caso. El Ayuntamiento de Labajos (Segovia) retiró en 2020 los escudos de la Falange del monumento a Onésimo Redondo, que recuerda el pueblo en el que murió en un tiroteo nunca del todo claro. Onésimo Redondo, fundador de las JONS y cercano a Primo de Rivera, murió el 24 de julio de 1936 y fue aupado como “héroe” y “Caudillo de Castilla”. El monumento y la cruz en honor a Onésimo Redondo continúan en pie, aunque ya sin el laurel, el escudo y las flechas.

El conjunto no incluye ningún texto, aunque algunos franquistas escriben cada cierto tiempo: “Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, Presente”. La alcaldesa del municipio se ha mostrado en contra de derruirlo porque lo considera parte de la historia del municipio, aunque se muestra partidaria de convertirlo en un “símbolo de la reconciliación”.

El portavoz del Foro por la Memoria de Segovia, Juan Carlos García Funes, reclama que este monumento y su cruz sean demolidos, porque continúa siendo un lugar de peregrinaje de los franquistas y no tiene “valor patrimonial, arquitectónico o artístico”. La organización es partidaria de que se retiren los elementos de exaltación de la dictadura y se puedan utilizar con fines pedagógicos y culturales. “Si tienen valor epigráfico pueden ir a un museo contextualizados y explicados o contextualización de monumentos más grandes. En el momento en el que están sin tocar y con la misma voluntad con la que los puso la dictadura, no dejan de ser elementos de exaltación del régimen y con una utilización espuria de mucha gente que fue movilizada al frente”, plantea García Funes.

Mausoleo de Onésimo Redondo

Vox también quiere catalogar como Bien de Interés Cultural el mausoleo en honor a Onésimo Redondo que está en el cementerio de El Carmen de Valladolid y que sigue siendo lugar de peregrinación de grupos pequeños. Después de la guerra civil, el Ayuntamiento de Valladolid cedió varios terrenos a la FET y de las JONS, el espacio más grande del que dispone el cementerio para una sola persona, con un espacio ajardinado que ocupan los franquistas en los aniversarios de Onésimo Redondo.

No es difícil encontrarse con el mausoleo, sobre todo si accedes al cementerio en coche, puesto que para salir, pasas por detrás. Además del mausoleo a Onésimo Redondo, también hay otro monumento funerario en memoria del general Martínez Anido, ministro de Orden Público del primer gobierno de Franco durante la guerra civil.

A su muerte en 1938, el Ayuntamiento realizó un concurso público y colocó el monumento a unos metros de Onésimo Redondo. Justo en medio, Valladolid conserva su panteón a los ilustres, que incluye a Miguel Delibes, José Zorrilla, Rosa Chacel o Pío del Río Hortega, entre otros. Vox no profundiza en esta cuestión y únicamente incluye 'Mausoleo de Onésimo Redondo' en su listado.

Este periódico ha intentado dar con el actual propietario del terreno, pero desde el cementerio aseguran que no está digitalizado y lo desconocen. El Ayuntamiento redirige al Archivo, que asegura que no puede proporcionar esa información a un periodista porque no es persona interesada. La ARMH de Valladolid no ha recibido respuesta por parte del consistorio.

En cualquier caso, el tiempo prácticamente no pasa para la tumba de Onésimo Redondo, sobre la que hace años se pintaron un yugo y unas flechas y ahora hay colocada una versión metalizada. Además, ahora la inscripción 'Caudillo de Castilla' está completa, aunque hace años faltaban letras. El presidente de la ARMH de Valladolid, Julio del Olmo, asegura que son “más partidarios” de señalizar con una placa y explicar el papel que jugó Onésimo Redondo en la historia.

Símbolos monumentales

Darle otro uso es lo que propone el alcalde de Valdebezana (Burgos), Juan Carlos Díaz (Iniciativa Merindades), para la pirámide fascista italiana abandonada. “Sería una auténtica barbaridad”, expone. Díaz propone informar de la batalla que se vivió en el puerto del Escudo y explicar la importancia que tuvo esa pirámide italiana. “Es lo mismo que un campo de concentración en Polonia, Alemania... ¿Tenemos que tirar todo eso?”, protesta. Además, el regidor asegura que podría utilizarse como espacio turístico y podría ayudar a dinamizar el pueblo. “Es el edificio que más se ve del pueblo. La gente lo ve pero no sabe lo que es, y es una pena”, comenta.

Las asociaciones preguntadas por esta pirámide no han mostrado mucho interés en demoler la pirámide, puesto que consideran que tienen suficiente con intentar exhumar a las víctimas de la guerra y la represión de la dictadura.

También en Burgos llama la atención el monolito de Alcocero de Mola en honor al general Emilio Mola, erigido por cientos de presos del franquismo, incluidos brigadistas internacionales, que estaban recluidos en el campo de concentración de Miranda de Ebro. Mola está presente también en el apellido del municipio, y el alcalde ha insistido en varias ocasiones que no modificará nada si no es bajo mandato judicial.

Begoña González, de la ARMH de Miranda de Ebro, explica que un poco más adelante había dos fosas comunes, en las que se tiraron 121 cuerpos aunque solo se han identificado 23.

El monumento a la Columna Sagardía, en recuerdo a Antonio Sagardía el 'Carnicero de Pallars' y su combate en el Frente Norte, también está en la lista de Vox. De nuevo, esta pieza está en mitad de la nada, aunque pertenece al Ayuntamiento de Cilleruelo de Bricia (Burgos).

Las placas no son casuales

Vox exige clasificar como Bien de Interés Cultural la placa de Bermillo de Sayago, la de Villarrín de Campos y la de Villalazán. En este último municipio se produjo el primer asesinato de Zamora tras el golpe de estado. “Fue el maestro del pueblo el 25 de julio de 1936. No hay nada que recuerda a Ildefonso Jambrina, pero sí a los que lucharon en la guerra civil”, protesta el presidente del Foro por la Memoria de Zamora, Eduardo Martín, que también recuerda que en Villarrín fue asesinado el alcalde y diputado provincial republicano, León de la Vega.

En Bermillo de Sayago se ha identificado a al menos 35 víctimas. “Hubo una cárcel y muchos asesinados. No hay nada que los recuerde, ni siquiera en el edificio en el que estaba la cárcel, actual biblioteca municipal. Pero sí hay un memorial por los combatientes franquistas”, rechaza.

En La Bañeza (León), Vox quiere conservar la placa de 'Caídos por Dios y por España', en la que figuran los muertos de la zona en combate.

Yagüe, Mola y Onésimo

Castilla y León conserva todavía dos municipios con nombre franquista Quintanilla de Onésimo (antes 'de Abajo', en Valladolid), y San Leonardo de Yagüe (antes 'San Leonardo', en Soria). Vox quiere conservar el “conjunto monumental con esculturas al General Yagüe” y la vidriera con la cruz de Santiago y otros escudos y fechas. La alcaldesa de San Leonardo de Yagüe, Belinda Peñalba (PSOE), se ha negado a hacer declaraciones o aclaraciones al respecto.

La Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad (ASRD) garantiza su colaboración con la Dirección General de Memoria cuando empiece la retirada de vestigios franquistas y les hará llegar todas las peticiones al respecto, especialmente las de El Burgo de Osma y San Leonardo. También destacan que Vox no ha incluido un escudo franquista que hay en la fachada del Ayuntamiento de Renieblas, por ejemplo.

El alcalde de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), Alfonso Romo (PP), asegura no entender por qué Vox ha incluido en su listado de vestigios franquistas un busto al capitán general Ricardo Oñate. “Nos escribió el senador de Compromís Carles Mulet y ya le dijimos que el busto se colocó en democracia y por solicitud popular. Ricardo Oñate fue nombrado capitán general en democracia. No sé por qué dicen que es de época franquista”, defiende Romo. Oñate y fue nombrado gobernador militar en 1978 y no movió a los militares durante el golpe de estado de Tejero.

Las asociaciones se muestran en contra

Las asociaciones en favor de la Memoria Histórica son claras: “Todas estas cruces se colocaron en esos lugares para significar el triunfo del fascismo o del franquismo en la guerra civil”, zanja Bruno Coca, de la ARMH de Ávila. El portavoz de la asociación vallisoletana defiende que se retiren esos 'por Dios y por España' y los salves a Primo de Rivera y Onésimo Redondo.

Luis Posadas, de la ARMH de Palencia, asegura que se apoyarán en los partidos políticos que les “escuchan”. “Nosotros hicimos un estudio de vestigios franquistas entre 2010 y 2014 y nadie nos hizo ni caso. Pusimos una denuncia ante el Defensor del Pueblo y obtuvimos la callada por respuesta. Ahora y ano dependerá de los ayuntamientos”, apunta.

Julio del Olmo propone que se realice un homenaje, si se quiere, un homenaje a “los soldados movilizados por el ejército sublevado y fallecidos en el frente”. Del Olmo reprocha el “uso político e interesado” de los muertos por parte de “derecha e izquierda”. “Hay que tener en cuenta que murieron por la sinrazón de la guerra. De no ser por el levantamiento, no habrían muerto. No son héroes, son jóvenes movilizados”, reflexiona. En Valladolid, una provincia que no vivió un frente de guerra ni prácticamente resistencia a la sublevación, fallecieron 1.700 personas por la guerra y 2.600 por la represión.

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