La Junta de Castilla y León ha detectado una mortalidad de ciervos por encima de las tasas normales en la provincia de Zamora, que ha atribuido a la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), con un casi un centenar de casos en dos meses, en el último verano.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha ofrecido esos datos en respuesta a una pregunta formulada en las Cortes de Castilla y León por los procuradores socialistas por Zamora. En su respuesta, Medio Ambiente ha ofrecido una relación de los ciervos encontrados muertos en esa provincia entre septiembre del año pasado y de este año.
En ella, se ha indicado que en septiembre del pasado año se encontraron un total de diecinueve ciervos con síntomas de EHE, la mayoría muertos, aunque de los cinco a los que se tomaron muestras solo tres dieron positivo a la enfermedad. Este año, entre el 25 de julio y el 24 de septiembre, se han encontrado 92 cadáveres de ciervos con la EHE como causa sospechosa de muerte.
De ellos se ha tomado muestras para constatar el motivo de la muerte a nueve que han dado positivo en EHE y dos que han arrojado resultado negativo, mientras que en la fecha de la contestación de la pregunta parlamentaria había otros dos análisis pendientes de resultado.
Medio Ambiente ha indicado que en la campaña 2023-2024 se ha detectado una mortalidad de ciervos por encima de las tasas normales debido a la EHE y que el anterior episodio de mortandad de ciervos se remonta al año 2010, cuando fue la pasteurelosis la que provocó la muerte de 95 ejemplares.
Del mismo modo, ha recordado que los ciervos muertos por EHE no son una fuente de infección de la enfermedad ni para otros animales ni para las personas. Por su parte, la Consejería de Sanidad ha precisado que existen dos tomas de agua para el abastecimiento del embalse de Valparaíso y otra del embalse de Agavanzal, así como doce captaciones de aguas subterráneas en la zona de la Sierra de la Culebra.
En ninguna de esas captaciones se han detectado posibles casos de contaminación del agua por los ciervos muertos, con analíticas que han arrojado en todos los casos parámetros conformes a la normativa vigente.