Las plataformas contra las macrogranjas y las plantas de biogás claman en Valladolid: “No es progreso, es destrucción”

Cerca de un millar de personas – 700 según fuentes policiales y 2.000 según cifras de los convocantes - han protestado este sábado en Valladolid para exigir el fin del centenar de proyectos de macrogranjas y macroplantas de biogás, tanto vigentes como en tramitación, en Castilla y León.
Los participantes en la movilización han comenzado una marcha en la Plaza de Colón bajo el lema 'No es progreso, es destrucción', convocados por la plataforma que aúna a todos los colectivos afectados y que han apoyado organizaciones ecologistas como Green Peace, en el marco del Día Mundial del Agua. También se han sumado otros colectivos de Madrid y Castilla-La Mancha.
La portavoz de los vecinos de estos 45 pueblos repartidos por las nueve provincias de Castilla y León, Aurora Vilariño, en declaraciones a los periodistas ha pedido la paralización de 101 proyectos de macroplantas de biogás y 81 macrogranjas porcinas, por su impacto en el medio rural y la vida de sus vecinos, que en un primer momento se concentraban en Zamora, pero que “no dejan de proliferar”.
“Queremos que la administración pública empiece a velar por los intereses públicos y deje de velar por los intereses de empresas privadas financiadas con fondos públicos y que por una vez nos hagan caso, nos escuchen, porque es importante que escuchen a la ciudadanía”, ha reclamado.
La plataforma, que representa a 90 colectivos locales, ha acusado a las Consejerías de Sanidad y Medio Ambiente, dependientes de la Junta de Castilla y León, y a las Confederaciones Hidrográficas, que dependen del Gobierno central, de permitir “un saqueo ambiental” del medio rural sin control ni transparencia.
Sin embargo, el problema no solo afecta a Castilla y León, como ha narrado en declaraciones a los periodistas Eduardo Adán Almeida, de la asociación vecinal 'Luchando por Torrejón de la Calzada' (Madrid), que después de “seis meses de lucha muy ardua” consiguieron paralizar un proyecto de planta de biogás a escasos 300 metros de una vivienda y a 160 metros de un colegio.
“El movimiento ciudadano es fundamental para esto, lo que hay que hacer es salir a la calle y decirle al político que no queremos estas macroindustrias cerca de las casas”, ha apostillado, antes de señalar que la manera de hacer frente a estas instalaciones es la lucha vecinal y las alegaciones a los proyectos.
“Ni en mi pueblo ni en el tuyo”
Durante la marcha, se han coreado lemas como “Basta ya, ni en tu pueblo ni en el mío” y el lema general de la protesta, “No es progreso, es destrucción”.
Tras la pancarta principal, carracas, cencerros y batucadas, disfraces de ovejas, equipos de protección y sobre todo pancartas de cada uno de los municipios afectados como Fuentemolinos (Burgos), Jambrina (Zamora), Villamunñío (León) y San Esteban de Gormaz (Soria), entre otros.
Javier Martín, de la Plataforma vecinal 'No a la Planta de ¿Bio? gas en Montemayor de Pililla' (Valladolid), ha criticado en declaraciones a los periodistas que vinculen la proliferación de macroplantas a la gestión de los purines cuando, a su juicio, “habría que reducir la cantidad de macroplantas de la Comunidad”.
“Las están colocando en localidades como Montemayor, que somos 800 vecinos, y quieren gestionar 150.000 toneladas de residuos y que eso supone llevar hasta la localidad aproximadamente unos 100 camiones diarios de purines y de estiércol. Eso es la ruina del pueblo”, ha advertido.
Acuíferos contaminados
En la plaza mayor vallisoletana, se ha leído un manifiesto en el que se ha alertado de que “la España rural está siendo asediada por la proliferación de macrogranjas y macroplantas de biogás”, por lo que han exigido la modificación urgente de las normas que rigen estas explotaciones para proteger la vida de los pueblos y sus gentes.
En concreto, han denunciado el uso desmedido y privativo de agua; la contaminación de los suelos y los acuíferos; el deterioro de la calidad del aire y la salud de los vecinos, las falsas promesas de empleo y desarrollo, el crecimiento de la ganadería intensiva y la degeneración de los pueblos, que pasan a convertirse en vertederos.
“La mayor problemática que estamos sufriendo es que el agua está dejando de ser potable, están contaminando nuestros acuíferos y estas macrogranjas agravan el problema”, ha apuntado Vilariño, en representación de los 45 municipios afectados y 90 colectivos.
Aparte de desplazarse en vehículos particulares, se han fletado autobuses desde municipios como Aranda de Duero (Burgos), El Burgo Ranero (León), Santillán de la Vega (Palencia), San Esteban de Gormaz (Soria) y las capitales soriana y burgalesa.
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