Ni la deslocalización del Día de Castilla y León de su epicentro tradicional ni el frío han podido con la fiesta de Villalar. La localidad comunera ha concentrado a unas 18.500 personas, según la Delegación del Gobierno para hacer memoria, reivindicar y celebrar. En el resto de la Comunidad, en las 11 localidades, cerca de 4.000 personas han participado en los actos, mientras que en León, la marcha para reclamar una autonomía ha obligado a suspender las actividades.
En esta jornada, que el Estatuto de Autonomía tiene fijado como festivo propio, se rememoran los 503 años de la derrota del movimiento comunero a manos del ejército realista de Carlos I que acabó con el ajusticiamiento de los cabecillas del levantamiento Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Ese monarca extranjero, que sería emperador, recaló en la Península Ibérica sin saber el idioma y con el objetivo de recaudar impuestos para auparle en su carrera al trono del Sacro Imperio Romano-Germánico. La nobleza leonesa y castellana abanderó una guerra que pedía, entre otras cosas, una democracia limitada, el fin de los abusos de la Corte, la reducción de gastos de la Corona y una reforma de la Justicia.
Reclamaciones y protestas
Cada 23 de abril actual contrasta con los hechos vividos en 1521, donde hubo una derrota ahora hay fiesta. Cierto es que la jornada tiene ese fuerte componente crítico del movimiento comunero que se capitaliza con la presencia de varias organizaciones sindicales, partidos políticos y plataformas. Esto se ve en el color de las banderas: enseñas republicanas, LGTBi, de Castilla y León, Castilla por un lado y León por otro, la versión del pendón morado castellano asociado a los Comuneros, la de partidos y sindicatos, la de España también.
Este año se ha añadido las protestas agrarias con dos representantes de Agricultores Independientes que han dado a los políticos asistentes sus reclamaciones por escrito. También las del partido Sentir Aranda, que junto al alcalde de Aranda, Antonio Linaje, han reclamado al ministro de Transportes, Óscar Puente, una reunión para tratar el tren directo a la ciudad o miembros de la Plataforma del Soterramiento de Valladolid.
Este año, quizás por las elecciones europeas o por la polémica levantada por PP y Vox a la hora de organizar el día de la Comunidad, la izquierda ha concentrado a tres ministros, Ana Redondo (PSOE), el propio Puente (PSOE) y Sira Rego (IU), además de la exministra de Igualdad, Irene Montero (Podemos). Junto a ellos, políticos izquierdas y sindicatos.
Al acabar sus intervenciones, fotos con la gente, y hasta aclamaciones en forma de cántico al ministro de Transportes. “Puente, Puente, Puente”, exclamaba un grupo de veinte personas mientras se hacían fotos con el exalcalde de Valladolid.
La masa de gente marcha desde la Campa, epicentro de la fiesta, con casetas y el escenario y donde la historia atribuye parte de la batalla, y el monolito levantado en honor a María Pacheco, Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado en frente de la casa consistorial. Por todo el camino, se entremezclan las jotas, el sonido de la dulzaina y del tamboril, suena 'La Chica Segoviana'; al fondo retumban los bajos de la música de los puestos.
Este festivo también deja contrastes. No solo hay mítines; si uno se escapa unos metros puede ver un curioso contraste. De fondo, la música folk se entremezcla con la de Rosalía, que proviene de uno de los puestos. Lo que queda claro por la cantidad pancartas, algunas en clave republicana, que recogen que: “Ni Carlos V, ni Felipe VI”, es que el día de Villalar tiene un fuerte carácter popular, con ese poso reivindicativo pero también como si de las fiestas de cualquier pueblo de Castilla y León se tratase.
Un día de tradiciones
Una de esas estampas que se pueden ver es la presencia en cada esquina de un grupo de músicos. En el caso de Samuel, que viene de San Pedro de Gaíllos, en Segovia, lleva en su cinturón, a un lado, un tambor para tocar música folklórica castellana y al otro, una dulzaina de Carbonero el Mayor y unas castañuelas de Saldaña de Segovia. Él lleva viniendo “desde bien pequeño” a Villalar, como tradición familiar. A pesar de las polémicas -asegura- con la Junta seguirá viniendo. “Otro año más que haremos lo que venimos haciendo todos los años. Esto va en cada uno, es una lucha personal que yo llevo haciendo muchos años”.
Para el joven músico la fiesta es “política al 100%”. “Venir aquí significa que está metido en política. Es una fiesta altamente reivindicativa en la que se viene a defender Castilla y León”, reconoce. “Me encanta venir a reivindicar lo que queremos: que Castilla tire para adelante y no se queda muerta”.
En este día festivo la polémica es una de los apartados del día. Las hay de motivo político, las hay por sentimiento de pertenencia a la tierra o porque el grupo de amigos no se ponen de acuerdo si prefieren ir al monolito a ver los discursos o almorzar y dar una vuelta por los puestos como discute un grupo de jóvenes a medio camino entre la campa y el monolito en esa 'autovía' de personas que es la calle Nuevo Mester de Juglaría.
“Me gusta mucho el ambiente festivo y reivindicador, que pese a lo que piense alguna gente, pueden ir de la mano, y si hace bueno con música, una cervecita y comida”, comenta Juan, un asiduo que va a Villalar todo los años con sus padres como tradición familiar.
Preguntado por las polémicas sobre la celebración, el joven vallisoletano de 30 años responde si es “la misma que la del año pasado o una nueva”. “Perdone pero es que me da mucha pereza la política regional desde que tenemos este gobierno”, zanja.
“Cuanto menos apoyo reciba esto de la Junta más vamos a venir”
Camino al monolito de Villalar, Laura y Javier comentan la actualidad política. “Cuanto menos apoyo reciba esto de la Junta más vamos a venir. Hay que hacer fuerza para que esto siga adelante, si la Junta se lo quiere cargar no lo vamos a dejar”, comenta Laura entre risas.
Ella, como muchos de los asistentes, viene también desde pequeña y han convertido ahora, ya más mayores, en costumbre venir con sus amigos. Su novio, Javier, que viene desde 2019, combina la reivindicación con la jornada festiva, como reconoce. “Independientemente de quien gobierne o de las ayudas seguiremos viniendo”. A él, lo que más le gusta es el ambiente familiar que se ve por el día.
Pero Villalar también es festivo en el que se reivindica lo autóctono como se puede ver en los trajes tradicionales y los grupos de música de folklore que centran las actividades en la localidad. Y si hay más programación es gracias al consistorio de la localidad que se ha encargado de ampliar. Por la mañana la danza ha sido la protagonista con varios grupos venidos de diferentes puntos de la Comunidad, con el grupo Jambrina y Madrid Música como la principal nota musical. Ya a la tarde, Nacho Prada con el Nido, Guille Jové, Delameseta, San Miguel Fraser, Linda Burnetti ha ofrecido su particular visión de folk.
Día de Castilla y León con presencia en Villalar de un Mañueco 'madrugador' y ausencia de Vox
En esa polémica creada por PP y Vox en torno al Día de la Comunidad se ha podido ver a un presidente de la Junta que ha acudido a las 8.00 de la mañana a Villalar en una visita exprés y la ausencia de cualquier representante de Vox, tanto en el Ejecutivo autonómico, como el presidente de las Cortes. Lo cierto es que, como se podía escuchar en proclamas y en carteles, la formación de derecha radical populista y el vicepresidente Juan García-Gallardo son “personas non grata”.
Más allá de Villalar, otras 11 localidades de toda la Comunidad han acogido actos. La Junta ha deslocalizado la celebración en Ávila, Aranda de Duero, Burgos, León, Miranda de Ebro, Palencia, Ponferrada, Salamanca, Segovia, Soria, Villalar y Zamora. Por su parte, las Cortes, con el presidente Carlos Pollán, de Vox, ha organizado sus propias jornadas de puertas abiertas también con programación cultural contraprogramando al Ejecutivo. Por tercer año, al que se le otorga el carácter de anfitrión por su labor organizadora no acude a la localidad comunera como han hecho sus predecesores en el cargo al estar al frente de la Fundación Castilla y León.
Otra polémica que ha propiciado la Junta es la elección de las ciudades para celebrar el Día de Castilla y León con oposición en León y Ponferrada. Mientras en Villalar se celebra el sentimiento de pertenencia a la Comunidad. En León las cosas son muy distintas. Miles de personas han salido a la calle en la ciudad para reclamar una autonomía para León solo y mostrar su rechazo a celebrar el día en la capital. Al finalizar la movilización por la capital leonesa ha supuesto la suspensión de las actividades que se desarrollaron en la plaza de San Marcos, dado que los abucheos y la tensión generada tras la irrupción de los manifestantes provocó el fin de la actuación y el cierre de los hinchables para niños.
En el resto de la Comunidad cerca de 4.000 personas han participado en las marchas y carreras organizadas por la Junta con motivo del Día de la Comunidad, a las que se han sumado cientos de asistentes a actividades gastronómicas y musicales. A estos actos fuera de Villalar sí que han acudido miembros de la Junta con García-Gallardo en Burgos, por ejemplo, y otros como el portavoz y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, en Palencia. A pesar la organización de otras actividades, el epicentro del Día de Castilla y León ha sido Villalar con los 18.500 asistentes, unos 2.500 menos que en 2023.