Soria Ya capitaliza el 50% de los votos de España Vaciada en Castilla y León y logra dos o tres escaños, según las encuestas

Endika Núñez

4 de febrero de 2022 22:20 h

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El nuevo fenómeno de las próximas elecciones en Castilla y León es la irrupción de un espacio político que se articula bajo la “motivación de corregir un modelo [territorial] de desarrollo, erróneo, injusto y asimétrico”: España Vaciada. Aunque no lo hace de manera uniforme –hay varias plataformas bajo esa reivindicación–, este nuevo movimiento político se juega por primera vez en unas elecciones ganar protagonismo político en un territorio especialmente azotado por la despoblación y confirmar que Teruel Existe abrió camino con su irrupción en el Congreso.

Las expectativas de esta plataforma electoral son altas de cara a las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León. La experiencia con Teruel Existe en el Congreso en las generales de 2019 evidenció la oportunidad histórica que tendrían los colectivos sociales que luchan contra la despoblación a la hora de influir en la política estatal en tiempos de fragmentación y mayorías frágiles.

En esta tesitura, es plausible pensar que España Vaciada pudiera conseguir, al menos, una decena de escaños en las próximas elecciones generales, por lo que su presencia en el Congreso podría ser vital para la conformación de nuevas mayorías. Pero antes, la batalla electoral se libra en tierras castellanas y leonesas, donde el adelanto electoral ha pillado con el pie cambiado a la nueva plataforma.

Y es que el movimiento ha conseguido presentar candidaturas en cinco de las nueve provincias (Burgos, Palencia, Salamanca, Soria y Valladolid), aunque no parece que pueda conseguir representación en todas ellas. Según el promedio de encuestas y la simulación elaborada para elDiario.es, España Vaciada superaría ligeramente el 3% de voto en toda la comunidad autónoma y podría conseguir entre 1 y 9 escaños, siendo 3 el resultado más probable. La amplitud de las horquillas depende de la distribución de sus votantes por provincias. 

El caso de Soria

Todas las encuestas apuntan que Soria ¡Ya!, plataforma que se presenta bajo la España Vaciada en Soria, podría ser la fuerza más votada en su provincia, con alrededor del 35% de los votos (entre el 31 y el 39%). Supone casi la mitad de los que conseguiría España Vaciada a nivel autonómico si las estimaciones se terminan trasladando a las urnas.

Esto significa que Soria ¡Ya! entraría en el parlamento autonómico con 2 o 3 escaños de los 5 que se reparten en la provincia, consiguiendo 2 escaños casi con toda seguridad y asumiendo uno más en 1 de cada 3 ocasiones.

El potencial éxito de esta plataforma se debe a su larga trayectoria –más de dos décadas— y al arraigo en el territorio. “Son la plataforma más madura”, comentaba Narciso Michavila, director de la empresa demoscópica GAD3, y añadía que los potenciales votantes de Soria ¡Ya! entraban sistemáticamente en la muestra de sus encuestas, a pesar de ser la provincia menos poblada y, por ende, con menos representación en el sondeo.

Más allá de Soria

Lejos de Soria los resultados no serían tan abultados. En Burgos conseguirían en torno al 7-8% de los votos y entre 0 y 2 escaños. Conseguirían un escaño en 1 de cada 2 ocasiones (52% de probabilidades), lo que deja abierta la puerta a no conseguir representación en la mitad de las veces (47%). Dicho de otra forma, lanzar una moneda al aire y acertar el lado o fallar es la probabilidad de Burgos Enraíza de entrar, o no, en el parlamento en este momento.

En Palencia, Salamanca o Valladolid la cosa se complica, al menos según este modelo estadístico basado en sondeos. Las candidaturas de España Vaciada no superarían el 5% de los votos en ninguna de las tres provincias y, en el mejor de los casos, solo tendrían 1 de cada 10 ocasiones de conseguir representación en cada una de estas provincias.

Sabiendo esto, es necesario añadir que la información disponible es escasa, parcial y de no muy buena calidad. La mayoría de las encuestas no ofrecen la intención de voto desagregada por provincias para cada una de las candidaturas de España Vaciada, con la excepción del CIS, lo cual complica notablemente la predicción electoral. 

Un empuje para los partidos provinciales

Hace cuatro años, la irrupción de nuevos partidos como Podemos o Ciudadanos consiguió atraer la atención –y el voto– de muchos ciudadanos que, tradicionalmente, habían votado por partidos exclusivos de su territorio. 

En las pasadas elecciones generales, en cambio, hubo un movimiento significativo de gente que prefirió volver a votar a partidos de carácter provincial o autonómico y, según indican los sondeos, esta dinámica podría seguir ampliándose con la irrupción de España Vaciada en Castilla y León.

En el gráfico que sigue se puede observar la estimación de voto de los partidos de carácter provincial, comparada con los resultados históricos –todos los autonómicos y generales desde 1977– en ese territorio. 

En Soria, León o Ávila, por ejemplo, los votantes podrían estar apostando más por este tipo de partidos, lejos de la media histórica que han mantenido en cada provincia. De hecho, los partidos estatales pasarían de tener el 93% de voto de media a un 78% en los próximos comicios. Soria, donde España Vaciada irrumpe con más fuerza, pasaría del 94% al 62%, una caída para los partidos estatales que asciende hasta los 30 puntos. En Ávila, en las pasadas elecciones, el partido Por Ávila, una escisión del PP, logró obtener un diputado autonómico por vez primera y aspira, como mínimo, a mantener su representación.

Ocurriría algo similar en León, provincia con un partido histórico regionalista (Unión del Pueblo Leonés) que vuelve con fuerza. El porcentaje de voto de partidos estatales en León no llegaría al 80% en esta ocasión, aunque no sería una novedad, ya que en 1999 y 2003 cosecharon el 75 y 78% respectivamente, coincidiendo con el mejor momento histórico del partido leonesista. UPL tiene actualmente un diputado autonómico y aspira a conseguir uno o dos más en esta cita electoral del 13 de febrero.

La irrupción de España Vaciada, por tanto, será desigual en cada circunscripción electoral. La fortaleza que pueda tener en cada territorio se ajusta a la presencia y actividad de estos movimientos a lo largo de los últimos años. El éxito o fracaso se medirá en función de las expectativas de cada uno, aunque parece clara una cosa: vienen para quedarse.