La Guardia Civil de Valladolid ha detenido este jueves a una mujer por el sabotaje a la bodega Cepa 21 en la Ribera de Duero que se produjo en febrero de 2024, cuando se abrieron cinco depósitos con 60.000 litros de vino valorados en 2,5 millones de euros según la empresa. La mujer, una extrabajadora, ha sido detenida en la localidad de Villaescusa de Roa (Burgos) como presunta autora de un delito de daños.
La Guardia Civil instruye las diligencias que han sido remitidas al Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid. El propietario de Cepa 21, el bodeguero José Moro, ha adelantado que la compañía se personará como acusación particular en la causa judicial que se abrirá contra la mujer detenida, al igual que su aseguradora.
La investigación atribuye este sabotaje a una extrabajadora cuyo contrato expiró dos días antes de los hechos, aunque el despido se le había comunicado quince días antes. Esto podría “haber sido fundamental” para planificar este daño. La Benemérita también ha registrado el domicilio de la detenida y se ha investigado a su pareja sentimental “por su posible relación con los mismos hechos”, aunque esta persona fue puesta en libertad el mismo día en que fue detenida.
El sabotaje se produjo a las tres y media de la madrugada del 18 de febrero, cuando una persona entró en las instalaciones de la bodega utilizando una llave de la puerta e introdujo el código para desactivar la alarma y abrió el grifo de cinco depósitos de fermentación, de los cuales tres contenían género en su interior y los otros dos se encontraban vacíos, desperdiciando 60.000 litros. La bodega ha valorado las pérdidas económicas en 2.535.385 euros, parte de la cosecha de tres de los vinos más comercializados.
Según ha informado la Benemérita a través de un comunicado, desde el primer momento se trabajó con la hipótesis de que la autoría del delito correspondería a una mujer y más concretamente una persona “perfectamente conocedora de las instalaciones y muy familiarizada con la maquinaria” utilizada en el proceso de obtención del vino. La Guardia Civil sospechaba que podría tratarse de una trabajadora o ex trabajadora aunque los instructores de las diligencias agotaron cualquier otra vía de investigación.
Según José Moro, esta exempleada pidió regresar a la empresa tres meses después de los hechos por los que ha sido detenida. Moro ha explicado que la presunta autora del sabotaje estuvo trabajando durante prácticamente un año en Cepa 21, pero fue despedida cuando terminó la campaña navideña junto a otros tres trabajadores. Además, ha descartado que esta rescisión del contrato haya sido conflictiva. “Aunque sea un despido no tiene que ser traumático. Unas veces nos toca a unos y otras a otro. Si a cada uno que despidieran hiciera una salvajada de estas, imagínate”, ha subrayado Moro en declaraciones a EFE.
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