Fiscalía de Valladolid solicita una condena de 12 años de prisión por delito de homicidio para el joven Sansón F.M, quien en septiembre de 2018 se enzarzó en una violenta discusión con el entonces novio de su madre en Nava del Rey, en plena fiestas de la localidad, y acabó con su vida tras asestarle un navajazo en el cuello que le seccionó la yugular.
El suceso será objeto de un juicio con jurado popular en la Audiencia de Valladolid, en fecha aún por determinar, donde las distintas partes personadas discrepan en cuanto a la calificación de los hechos, ya que frente a la consideración de homicidio de la acusación pública, L, según informaron fuentes jurídicas.
En concepto de responsabilidad civil, la acusación pública interesa el desembolso de cantidades que suman 475.000 euros a repartir entre los tres hijos del fallecido, sus padres y sus tres hermanos.
Los tres hijos personados, Rafael y Javier C.G. y María Montserrat C.R, piden 100.000 euros para cada uno, en lugar de los 80.000 que el fiscal solicita para los dos primeros y los 50.000 para la tercera individualmente.
Homicidio no pretendido
A la diversidad de calificaciones se suma igualmente la defensa del encausado, que presenta el caso como un homicidio preterintencional, es decir, una muerte no pretendida, y solicita con carácter principal una sentencia absolutoria al concurrir la eximente de legítima defensa y, alternativamente, entre uno y dos años de prisión, una vez aplicada la atenuante de provocación/arrebato.
En la vista oral del juicio se reproducirán hechos ocurridos entre la noche del día 7 de septiembre de 2018 y la madrugada del día siguiente en la calle Arrabal de Nava del Rey, donde el acusado, de 19 años, y el novio de su madre, José C.C, de 49 años, sostuvieron una violenta discusión que concluyó en tragedia.
El joven, quien residía de forma habitual en Medina del Campo en compañía de su padre, se había trasladado unos días a Nava, en plenas fiestas, a casa de su madre, Vanesa M.L, quien por aquel entonces mantenía una relación sentimental con la víctima.
Así, Sansón F.M. y José C.C. salieron a divertirse la noche del 7 de septiembre, hasta que sobre las 07.15 horas del día 8, cuando ambos regresaban a casa por la calle Carretera de Castrejón, a la altura de los números 10 a 14, se originó entre ellos una discusión por motivos desconocidos para la acusación pública.
En el curso de ese incidente el acusado agredió a José Cortés, causándole varias erosiones en la cara. En concreto, en el caballete nasal, en el pómulo izquierdo, en región frontal derecha y en región parietal derecha. Sin embargo, en un momento dado José C.C. sacó una navaja y acometió con ella a Sansón, al que produjo un corte en la muñeca del brazo izquierdo.
Durante la pelea, el acusado desarmó a José C.C. y se apoderó de la navaja que éste blandía, sorteando así el peligro que para él existía y, siempre según el fiscal, pudiendo dar por terminada la disputa.
Sin embargo, lejos de ello, “y con clara intención de dar muerte” a su oponente, le lanzó hasta cinco puñaladas a la cabeza, alcanzándole en diversas partes de la cara y cabeza y causándole la muerte con una de ellas al seccionarle la vena yugular como consecuencia del corte profundo que le originó en la parte posterior derecha del cuello. La víctima también tenía cortes varios dedos de ambas manos.
Los hijos de la víctima consideran que fue un plan preconcebido
En el relato de los hechos, hijos de la víctima, que entienden que la condena debe ser por asesinato, incorporan el convencimiento de que el encausado siguió un “plan preconcebido”, no sólo por la manera de producirse la muerte sino a tenor de las propias declaraciones realizadas en sede judicial por la madre del presunto autor.
Los acusadores particulares recuerdan que en su día la progenitora de Sansón indicó que éste había presenciado ese fin de semana cómo el fallecido la maltrataba, con lo que apuntan la posibilidad de que el joven tratara de vengarse y 'tirara por la calle de en medio'.
Lo cierto es que ese mismo fin de semana, recuerda que la víctima falleció de muerte violenta, “asegurando el acusado no sólo la indefensión de la víctima ante su ataque sino abandonando el lugar de los hechos para ese fin”, en referencia a que nada más ocurrir el suceso pasó por la casa de su madre, se subió al vehículo del fallecido y se dirigió hacia un lugar indeterminado.
Sólo el accidente en el que se vio involucrado y el encuentro casual con una ambulancia hicieron que acabara en el hospital, añaden los acusadores particulares.
Antecedentes de la víctima
En el lado opuesto, el defensor del acusado persiste en que se trata de un homicidio preterintencional, no buscado, fruto de la violenta agresión de la que su patrocinado fue objeto, navaja en mano, por parte del propio José C.C, un hombre, como así recuerda, con antecedentes penales por delito de lesiones y con antecedentes policiales por
delito de homicidio, entre otros.
En esa refriega, sostiene que Sansón recibió dos navajazos en la espalda inicialmente y a continuación numerosos cortes en las manos, signos evidentes de defensa, hasta que en el forcejeo entre ambos contendientes la víctima recibió distintas heridas, pero sin que en momento alguno el joven llegara a utilizar una navaja más pequeña que portaba o intentara arrebatarle la vida.
Respecto de la razón por la que el acusado abandonó el lugar de los hechos, su defensor lo justifica en el deseo de que José C.C. no siguiera agrediéndole, así como para curarse cuanto antes las lesiones recibidas.