El Supremo confirma cuatro años de cárcel y 24 millones al 'rey del carbón' por la mina a cielo abierto de 'Nueva Julia'

Alberto Pozas

5 de mayo de 2023 13:06 h

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El Tribunal Supremo ha declarado firme una condena de cuatro años de cárcel y multa de 24,3 millones de euros a Victorino Alonso, empresario minero, por el caso 'Nueva Julia'. Los daños medioambientales que causó en el entorno de la localidad leonesa de Cabrillanes la mina de carbón a cielo abierto bautizada con ese nombre.

Los jueces de lo penal reconoce que el empresario tenía una licencia urbanística concedida por el ayuntamiento, pero que los trabajos que querían realizar tenían que limitarse al suelo rústico común. Quedaba prohibido hacer cualquier otro tipo de obra pero la promotora de Alonso ocupó varias parcelas más sin licencia. Y fueron más lejos, según el Supremo: “Invadió terrenos pertenecientes a Villablino, cuando la concesión minera se ceñía a Cabrillanes”.

Una extralimitación de casi 19 hectáreas que entró de lleno en terrenos de monte protegidos por la Red Natura 2000 sin ningún tipo de autorización administrativa. La entidad, además, “no llevó a cabo los trabajos de restauración en la forma y condiciones previstas en la Declaración de Impacto Ambiental” dejando más de 424 hectáreas de terreno dañado.

El Supremo confirma la condena de Victorino Alonso, que implicará su ingreso obligatorio en prisión. Y asegura que las pruebas ponen en evidencia “los exagerados excesos medioambientales” que cometió la promotora en León. Un impacto “de tal envergadura, que ofrece muestras que, a simple vista, son detectables, como las modificaciones topográficas, o la destrucción tanto del suelo como de la totalidad de la vegetación, o la existencia de escombreras de estériles, o el taponamiento de cauce de arroyos por escombros”.

Invadir terrenos de Villablino, además, fue para el Supremo “un exceso más de todos cuantos incurrió la promotora, unos cualitativos, mediante la agresión a los recursos naturales, y otros cuantitativos, en cuanto que se expandió por unos terrenos para los que no tenía autorización”. Obtuvo unas licencias pero después “se extralimitó en todos sus aspectos, siempre con la misma finalidad lucrativa que guio todo el proceder del condenado”.